Miguel Angel Estrella y Gerardo Vallejo abrazaron al pueblo con sus talentos

Miguel Angel Estrella y Gerardo Vallejo abrazaron al pueblo con sus talentos

El célebre pianista dará hoy a las 21 en Fotia un recital con entrada gratuita. También hablará sobre su amistad con Gerardo Vallejo.

MIGUEL ANGEL ESTRELLA MIGUEL ANGEL ESTRELLA
10 Agosto 2018

Para Miguel Ángel Estrella, hacer música y hablar de Gerardo Vallejo en el auditorio de la Fotia (General Paz 376, a las 21), significa revivir, en un lugar emblemático, la figura de quien fue su compañero de militancia artística y social. Se hicieron amigos cuando cursaban el secundario en el Gymnasium y años después, a fines de los 60, ya como artistas reconocidos, se reencontraron y asociaron su talento -uno en la música, otro en el cine- para acercarse a los campesinos y obreros del interior de la provincia. No sólo les mostraron su arte, sino también los hicieron participar registrando sus testimonios.

Fuertes vivencias

“Gerardo era un tipo de muchísima vitalidad creadora. Juntos vivimos cosas muy fuertes -relató Estrella-. Él consiguió una camioneta, teníamos un piano vertical, el proyector de cine, y empezamos a recorrer los pueblos. Nos parábamos en pueblos muy pequeños. Fue muy fuerte todo eso, porque significaba un contacto muy afectivo con la gente. Allí aprendí una cosa que me enseñaron los campesinos: a ponerle nombre a las músicas”.

-¿Rebautizaban las obras?

-Claro. No las llamábamos el Opus tanto… sino que le ponían otro nombre. Por ejemplo, a un rondó de Mozart, que me lo hicieron tocar 23 veces, le pusieron “la música limpita”. Estuvimos una semana juntos, y en esa semana hice como una historia de la música, sin decirles qué era música barroca, clásica o romántica, sino que iba hilando esas diferentes etapas. Un domingo me tenía que ir. Ellos me reclamaban: “Muy mezquino sos, chango. Venite a vivir con nosotros”. Eso a Gerardo le encantaba. Esa afinidad con un pueblo. Eran calchaquíes todos. En los testimonios que filmaba Gerardo se ve cuando les preguntamos, en uno de los primeros encuentros, en Simoca: “¿Cómo les cae esto?” Respondían: “Como un vicio. Mañana vamos a querer otra vez lo mismo. Música y cine”.

-¿Qué representa para usted el auditorio de este recital?

-La Fotia fue el lugar donde nos reencontramos para militar. Había allí un personaje que era nuestro mentor: Benito Romano. Un gran dirigente de la clase trabajadora azucarera. Atilio Santillán, que era un tipo muy hábil en política, elogió el trabajo que estábamos haciendo con Gerardo. Le propusimos hacerlo en el marco de la Fotia, sin cobrar nada, sólo que nos pusieran un vehículo y un piano. Así nos convertimos en asesores culturales ad honorem de la Fotia. Fue una etapa muy creativa. Redactamos una propuesta para que nuestra modalidad se aplique a nivel nacional e incluso sacarlo para la patria grande. Había que pasar por la cancillería. Redacté el proyecto, Gerardo cambió algunas palabras, lo presenté, y cuando me llama el ministro a una entrevista, me dice: “¡Esto es fantástico! Porque además no hay ni una gota de marxismo”. Jajaja… Por eso era fantástico.

-Luego se exiliaron juntos.

-Sí. Cuando hubo represión, Gerardo se fue a Panamá y yo me fui detrás de él. El Panamá de Torrijos, que era el “Peroncito” de ahí, y le dieron un espacio privilegiado. Él se convirtió en profesor de cine. Y yo trabajé con los músicos, con un programa que consiste en tomar una obra de los grandes compositores y que el grupo de participantes la cante, aunque la obra sea instrumental. Cuando ya la cantaron cinco veces, ya están enamorados de esa música y los invito a ponerle un nombre.

Yo soy cristiano y tengo rituales cotidianos, como hablar con los muertos. En Buenos Aires tengo una hermosa foto de Gerardo. Lo miro y le digo: “Hermano ¡qué pronto te fuiste! Te extraño”. Y le conté que iba a venir aquí para hablar de lo que habíamos construido juntos como funcionarios ad honorem de la Fotia.

> Hoy se verán tres filmes y varios cortos tucumanos
La programación completa


Espacio Incaa / Sala Orestes Caviglia (San Martín 251)
A las 18: “Robar a Rodin”, de Cristóbal Valenzuela Berríos (Chile).
A las 20: “El Motoarrebatador”, de Agustín Toscano.  
A las 22: “Wiñaypacha” (foto), de Óscar Catacora (Perú), con la presencia del director.

Charla: “El documental periodístico y las nuevas pantallas de exhibición ”
Entrada Libre y Gratuita
A las 18.30, Sala Hynes O’Connor
A cargo de Tomás Posse y Pedro Noli (El Tucumano) junto a Daniel Fernández e Indalecio Sánchez (LA GACETA). Modera Matías Galindo.
Poyección de cortos: Cine Tucumano

HOMENAJE AL AMIGO. Estrella forjó su amistad con Vallejo desde la adolescencia y a lo largo de la vida cultivaron similares ideales políticos. la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli HOMENAJE AL AMIGO. Estrella forjó su amistad con Vallejo desde la adolescencia y a lo largo de la vida cultivaron similares ideales políticos. la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli

 MUESTRA 2
Entrada Libre y Gratuita
A las 20.30, Sala Hynes O’Connor
“A medias”, de Mariana Klyver y Luciana García Fusilieri.
“Oficio”, de Fran Rivadeo y Martín Chebaia.
“Lisandro”, de Nacho Alderetes.
“Confesión”, de Virginia Agüero.
“Carla vs. el corazón de mi mejor amigo”, de Sergio Olivera y Bernabé Quiroga.

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