La vida y la obra de Inés Aráoz se reúnen en “Luna en llamas”

La vida y la obra de Inés Aráoz se reúnen en “Luna en llamas”

Fabián Soberón indaga acerca de la relación entre la biografía y la ficción con su filme sobre la poeta.

PROTAGONISTA. Alrededor de Inés Aráoz se articuló “Luna en llamas”. PROTAGONISTA. Alrededor de Inés Aráoz se articuló “Luna en llamas”.
08 Agosto 2018

PRIMERA PROYECCIÓN

• Mañana a las 10.30 en el Espacio Cultural de la Facultad de Filosofía y Letras (avenida Benjamín Aráoz al 800)

La poeta Inés Aráoz es retratada por Fabián Soberón en su documental “Luna en llamas”, que tendrá su estreno local mañana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, luego de haber pasado por Santiago del Estero y una semana antes de su llegada a la Capital Federal.

El filme aborda la obra y la figura de la escritora, cuyos trabajos eran seguidos por el director y guionista; contiene testimonios de Indiana Jorrat, Isabel Aráoz y Nicolás Aráoz, y los instantes vitales que fueron claves en la conformación de una obra. “Soy un lector de poesía: Fernando Pessoa, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Mark Strand, Olga Orozco, Aráoz... Me interesa la relación entre vida y poema, entre biografía y ficción, una relación compleja que me llevó a pensar en hacer esta película”, le dice Soberón a LA GACETA.

- ¿Te encontraste con la Inés Aráoz que buscabas?

- Cuando la conocí, era una persona huidiza, tímida, que solía rechazar las entrevistas y la exposición pública. Su poesía circulaba más allá de su posición personal. Por ese misterio que la rodeaba quise bucear en su proceso de creación y este documental fue una forma de indagar en el enigma. El resultado es un perfil posible, en cierta medida utópico, de ella. Apareció una Inés impensada, alejada del estereotipo hermético; es otra y la misma: simpática, risueña, irreverente. Quizás en ese disloque haya una clave para pensar la relación indirecta, desenfocada, entre vida y poesía.

- Todo realizador elige un recorte del material en su trabajo. ¿Qué dejaste afuera?

- Con el montajista Lucas García hicimos el primer corte en 2013 y duraba una hora y cinco minutos. Este año retomé la película y realizamos la versión final con Leandro Herrera. Buscábamos darle ritmo y precisión según un criterio que no fuera el de la imposición del mercado.

- ¿Es posible hacer un documental sin ficcionarlo de algún modo?

- La ficción no es un peligro: es un tesoro. ¿Por qué temerle? Sus estrategias narrativas fueron usadas en el guión que hicimos con Máximo Mena y Puny Beltrán. Planteamos la idea de un investigador que no conoce a Aráoz, pero la conozco desde hace 10 años. El cine es una máquina de narrar que desconoce los límites entre documental y ficción. El principal desafío fue encontrar el tono, el ritmo de la narración, el modo de cruzar el tiempo del poema con los tiempos múltiples de la narración audiovisual.

- ¿Cuál es el límite de la verdad en esta propuesta?

- La verdad es un problema del conocimiento científico. El poeta Friedrich Nietzsche escribió que la verdad es un ejército móvil de metáforas. “Luna en llamas” es una metáfora sobre las metáforas de Inés. En el arte, allá, en el fondo, está la equis kantiana de la realidad. ¿El cine y la poesía expresan la verdad? Los poetas románticos creen que sí. Yo tengo mis dudas. No sé si el arte debe expresar la verdad. Quizás nos muestra con otro foco un rincón insospechado de la vida.


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