Ser, estar y parecer

Caminaba por Roma cuando sintió la estocada. Sintió que, por primera vez en 32 meses, Juan Manzur debía salir a defender la gestión, su gestión hasta del “fuego amigo”. José Alperovich había dicho algo que cualquier dirigente que lo acompaña lo sabe desde el mismo momento que dejó el principal sillón de la Casa de Gobierno: volver a ocupar ese lugar. El senador nacional fue enfático en su afirmación. “Si quiero ser candidato a gobernador lo seré”, dijo en una entrevista con LA GACETA. En realidad, Alperovich es más imperativo cuando habla del operativo retorno. “No tengan dudas de que voy a volver a ser gobernador”, repite a quien se le cruza.

¿Por qué Osvaldo Jaldo, el vicegobernador, guardó silencio hasta que su compañero de fórmula regresó de su gira por el exterior? La respuesta fue clara. Manzur estaba obligado a frenar la embestida de su predecesor en el cargo. El silencio implicaba debilidad. Y ese es un factor que ningún gobernante puede permitírselo en una Argentina que se encamina hacia una recesión. Al gobernador le restan 16 meses para terminar su mandato. En su contestación a los dichos del senador, aclaró que nadie será proscripto; pero a la vez mandó un mensaje hacia adentro y hacia afuera del oficialismo. “Nosotros vamos a seguir trabajando. Todos ven el esfuerzo que estamos haciendo, el trabajo que venimos llevando adelante. Dialogamos con todos, generamos consenso y tratamos de mirar para adelante. Obviamente con Osvaldo (por Jaldo) siempre pensamos más allá de 2019”, dijo al día siguiente de su regreso desde Italia.

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¿Cuál fue el motivo por el que Alperovich salió con tanta anticipación a pelear espacios?¿Cómo se anima a disputarlos con el PJ si su esposa, Beatriz Rojkés, es la presidenta del distrito? ¿Qué le pasó a José por la cabeza? Esos son algunos de los interrogantes que se le cruzan por la cabeza al mandatario. Autonomía, decisión y firmeza son tres atributos que cualquier mandatario debe mostrar como conductor. Manzur necesita ser un gobernador en ejercicio pleno del poder; estar seguro de que no permitirá interferencias en las decisiones que adopte para administrar la provincia. Y parecer que puede timonear el barco cuando el mar se ponga bravo. Hoy por hoy, las declaraciones que hizo Alperovich son un caso cerrado para el mandatario. “Ya marcó la cancha”, comentan sus colaboradores. Si bien con sus dichos el gobernador ha ratificado a la fórmula, marzo sigue siendo el plazo para tomar definiciones electorales.

El gobernador considera que el rumbo económico del país no es el ideal y que, en un proceso de caída de actividad con alta inflación, no hay que descuidar la cuestión financiera. El equilibrio fiscal se ha convertido en una delgada línea que puede romperse si se dispara el gasto público. Las medidas económicas nacionales no contribuyen a cambiar el malhumor social. La inflación sigue siendo el principal problema nacional. En eso coinciden los sondeos efectuados por Berensztein/D´Allesio Irol y Hugo Haime. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), un sondeo entre analistas efectuado por el Banco Central, subió ahora la pauta inflacionaria de este año al 30%, el doble de la meta que se había fijado en diciembre último. “La inflación es una problemática que afecta, en forma transversal, a todos los sectores sociales”, advierte Haime. “El foco de las preocupaciones -de los argentinos- sigue estando en la economía cotidiana (inflación en general, aumentos específicos y presión impositiva) y en la inseguridad”, dice por su parte el diagnóstico de Berensztein/D´Allesio Irol.

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Con este panorama, el presidente Mauricio Macri se apresta a venir a Tucumán para encabezar los actos por los 202 años de la Declaración de la Independencia. ¿Vendrá Macri a Tucumán? “Tengo entendido que si”, respondió una fuente del Ministerio del Interior. No hay certezas, menos en la Casa de Gobierno, pese a los insistentes llamados de Fernando de Andreis, el secretario General de la Presidencia, al gobernador. La realidad económica domina el escenario político. El mismo Gobierno nacional admite que se vienen tres meses difíciles para el país. Hablar de cuestiones electorales con este escenario de fondo suena a quimera.

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