De ciudadano modelo a cómplice del narcotráfico

ESTRENOS DE CINE

Frecuentemente, el cine de Hollywood recurre a alguna historia de un norteamericano incomprendido y en problemas en suelo mexicano. “Gringo: se busca vivo o muerto” recurre a esa misma idea madre en clave de humor, para retratar las desventuras de un empresario que está a punto de cerrar un gran negocio farmacéutico pero muta en un fugitivo de la ley cuando cruza la frontera. Un argumento que lleva décadas en la pantalla grande, pero que no pierde efectividad a la hora de buscar risas.

Presentada como una comedia negra dentro de una intriga dramática y con elementos directamente surrealistas, David Oyelowo personifica al sorprendido Harold Soyinka, que ya no es más el yuppie de modales suaves que se ve en los despachos de las grandes ciudades sino que es tratado como cómplice de los dueños de los cárteles de la droga, todo en medio de la persecución de mercenarios internacionales y de agentes de la DEA. En la medida en que avanza el filme, se desprenden del guión distintos trazos que hacen presumir que el protagonista no es el inocente ciudadano honesto que inicialmente parece ser.

En el elenco figuran además Charlize Teron y Joel Edgerton, quienes también oficiaron de productores de este filme que dirige Nash Edgerton (hermano del actor), en el que se vislumbra un choque clásico entre el bien y el mal que se torna más interesante en su tramo final por una gama de grises.