Los extremos de Diego
 reuters reuters
27 Junio 2018

Bailó, celebró, durmió, insultó y se descompensó. La última postal de Diego Maradona que entregó el triunfo ante Nigeria fue la más preocupante. “El 10” tuvo que ser asistido para ingresar al palco desde donde, casi colgado, alentó a Argentina. De 57 años y un historial de salud más que delicado -la adicción a la cocaína le hizo coquetear varias veces con la muerte-, Maradona estaba ayer especialmente alterado y excitado.

Algunos videos que circularon por las redes mostraron al ex futbolista con una bajada de la tensión arterial. Antes se lo vio bailando con una nigeriana, en otro momento del partido se quedó prácticamente dormido en su asiento. En los últimos minutos había tal tensión en el estadio porque se temía una eliminación de Argentina. Diego sufría.

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Hasta que apareció Marcos Rojo para marcar el gol del triunfo y devolver las esperanzas a los hinchas. Horas después, un audio de WhatsApp indicaba que el astro argentino había sido hospitalizado y que sufrió un paro cardiorespiratorio del cual “lo intentaron levantar con inyección de adrenalina en el corazón, intentaron un montón de vueltas y no hubo manera”.

A los pocos minutos, Dalma Maradona, una de las hijas de “El 10”, vía Twitter, salió al cruce: “dejen de decir mentiras”. Al mismo tiempo desde Telesur, cadena para la cual está trabajando, confirmaban que Maradona ya estaba en vuelo hacia Moscú. Maradona vivió el partido a su manera. Y fue de un extremo a otro durante los 90 minutos.

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