Cartas de lectores
27 Junio 2018

Conicet y Universidad: una sociedad estratégica

En relación a la entrevista a la antropóloga Hebe Vessuri (25/6), como directora del Conicet Tucumán, y como investigadora y docente de la UNT, me veo en la obligación de hacer algunas aclaraciones, aunque previamente reafirmo mi admiración y respeto por la profesora Vessuri, reitero mi agradecimiento al diario LA GACETA por el acompañamiento permanente al trabajo de los investigadores, y expreso que un país que se precie de tal debe acompañar a sus científicos, a sus artistas, y a toda su gente, con políticas de jubilaciones y apoyo para un digno vivir. 1.- No es el Conicet el que otorga los subsidios más importantes para investigación científica, sino la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Anpcyt-Mincyt), además de los internacionales. Las universidades también otorgan subsidios para investigación y si bien son escasos no los decide el Conicet ni el Mincyt, sino la SPU (Secretaría de Políticas Universitarias). Siento muchísimo la descalificación que supone llamar al Conicet “San Conicet” y acusarlo de decidir si te da plata o no, pues verdaderamente no es así. 2.- No es cierto que los investigadores del Conicet hacemos docencia en dosis mínimas; hacemos la docencia que nos corresponde según sea el cargo y la dedicación del mismo. Un altísimo porcentaje de los investigadores del Conicet somos docentes de la UNT y aportamos a la misma con toda nuestra energía y dedicación, y amor a la UNT. 3.- Desde hace una década el Conicet les ha planteado a las universidades nacionales crear unidades ejecutoras de doble dependencia, con el convencimiento de que es una unión estratégica fundamental para el desarrollo de la ciencia, la docencia, la vinculación tecnológica y social, la extensión y, sobre todo, para lograr un impacto mayor en la comunidad. En Tucumán, de los 15 institutos que tenemos, 11 son con la UNT, uno con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), uno con la Fundación Lillo y dos (Cerela y Proimi) dependen sólo del Conicet. En el caso de Santiago del Estero y Catamarca los institutos creados, 4 y 3, son de doble dependencia con la UNSE y la UNCA, respectivamente.

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Elisa Margarita Colombo [email protected]

Parque 9 de Julio

Respecto a vuestras notas sobre nuestro Parque 9 de Julio, aparte de expresar mi total repudio al comportamiento irresponsable del público por contaminarlo, me preocupa el lento interés de las autoridades por realizar una restauración pronta y total del mismo. Salvo algunas zonas como avenida Soldati, alrededor de bares -creo mantenidas por los concesionarios-, reloj floral, casa del Obispo Colombres y entorno de Espacios Verdes, el resto se encuentra sumamente abandonado. Algunas veredas y caminerías se repararon con materiales de baja calidad, nada que ver con el original, como la periférica de la antigua fuente grande, y otras nunca se hicieron como a lo largo de avenida Coronel Suárez. Muchos elementos decorativos con agua no funcionan y otros desaparecieron. Para qué hablar del lago San Miguel. El hermoso techo paraboloide hiperbólico de lo que fuera la Confitería del Lago, desaparecido por la sumisión de un ex intendente a un ex gobernador, con lo que pretendían mutilarlo aun más, construyendo un centro de convenciones. ¿Y las esculturas que ya no están, dónde fueron a parar? Prácticamente no hay plantas ornamentales ni florales. Ni hablar del sector Este, desde el canal que lo cruza hasta avenida Coronel Suárez -nunca se lo tuvo en cuenta-. Allí yacen las ruinas del Palacio de los Deportes, esperando su prometida resurrección, restos de la pista del engendro de autódromo y “monumentos” sanitarios que dijeron eran baños públicos. Debo reconocer lo bueno: la transformación de las tribunas en albergues. ¡Bien por ello! Por otra parte, la falta de control hace que sea sumamente peligroso pasear y cruzar ciertas avenidas o andar en bicicleta -propio para hacerlo en un parque- ya que son usadas por muchísimos vehículos sin límites de velocidad y contaminando para “ahorrar” espacio y tiempo, como por ejemplo de rotondas Avellaneda y Roca, avenidas Coronel Suárez y Benjamín Aráoz a rotonda Roca, rotonda Avellaneda a Coronel Suárez y Gobernador del Campo (todas ida y vuelta). Muchas coníferas, que son muy decorativas, se secaron y no fueron repuestas. Es cierto que forestaron algunos sectores con especies autóctonas, pero depredadores las hicieron desaparecer, como está desapareciendo el verde en muchos sectores por el uso como canchas improvisadas. Ahora se suma otra sinrazón: el lugar donde instalaron la pantalla gigante: recargando aun más el interés por el sector Oeste afectando, seriamente la seguridad de los espectadores, dificultando el tránsito, sobre todo del transporte público y del servicio de emergencias 107, como ocurrió el pasado jueves. Me parece, hubiese sido más adecuado ubicarla, por ejemplo, en lo que es o fue la cancha de polo, desde luego, con la debida custodia.

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José Cermignani
[email protected]

Yerba Buena

En LA GACETA del 21/6 se informa de la nueva propuesta municipal de urbanización de Yerba Buena. En el proyecto se prohiben, al Oeste del Río Muerto, los desarrollos urbanos como barrios cerrados, countries, clubes de campo, proyectos comerciales y divisiones de parcelas. Pero parece algo raro que ninguno de los asesores convocados, constitucionalistas, especialistas en derecho eco ambiental u otra documentación e informe, y la misma SAT y su organismo de control no les hayan advertido que la zona hacia el Oeste como al Este del río Muerto está dentro de un gran vaso de infiltración acuífera, que por el lado Oeste tiene por límite las cumbres de San Javier, desde donde bajan los arroyos Las Piedras, Antayacu, Las Cañas, Las Conchas, Frontino, de la Virgen y San Agustín, y las siete vertientes en fila en La Rinconada; y más abajo la vertiente del Cuchiyaco y la del Monte de los Naranjos, en donde estuvo la primera toma que abasteció durante años de aguas corrientes a Yerba Buena y Marcos Paz, y que después de la desgraciada privatización de la Dipos fue perdida por los franceses y no rescatada por la SAT, y hoy devenida en Las Yungas. Y esta zona tiene por límites, al Este, Las Lomadas de Antayacu, la Loma de Imbaud, y siguiendo esa línea las Lomadas de La Rinconada. Es mi obligación ciudadana advertir del peligro de que materia fecal y otros contaminantes se viertan en ese gran vaso. Inexorablemente, al infiltrarse contaminarán las napas acuíferas de los pozos de provisión de agua para los habitantes de Yerba Buena, El Manantial, San Miguel de Tucumán y hasta Banda del Río Salí. Y además, hay que decir que dentro de esta zona de infiltración la UNT tiene la Residencia Universitaria (Horco Molle) y la Escuela de Agricultura, cuyos desechos cloacales van a parar a una pequeña laguna de pasivación que descarga en el arroyo Antayacu. Es necesario decir a los concejales que deben tener en cuenta que, una vez ocurrida la contaminación acuífera, se necesitan siglos para descontaminarla. Un terrible ejemplo de esto es la ciudad de México, hoy víctima de la imprevisión y la contaminación de sus napas acuíferas. Y en cuanto a que la Constitución ampara la contaminación acuífera, aun en el caso de alegar razones de turismo, no sé en qué artículo está esto, pero sólo sé que en estos aciagos días el derecho a vivir dignamente está siendo vencido por la prava ley del relativismo y los intereses económicos y turísticos mal concebidos y peor manejados.

Juan Carlos Rosario Medina
Lucas A. Córdoba 285
San Miguel de Tucumán

El ejemplo de Pasteur

Se cuenta que cuando el aclamado y respetable Pasteur descendía cierta vez de un medio de transporte, dos albañiles distraídos que acarreaban un tablón le propinaron un tremendo golpe a la cabeza. “Disculpe”, dijo uno de ellos. A lo cual Pasteur respondió golpeándole a este con su paraguas y repitiendo varias veces “disculpe, disculpe, disculpe”. En contraposición al ejemplo del albañil distraído, aquellos argentinos que a pesar de opiniones críticas de expertos defendían empecinados una economía irracional y cruel, disculpan ahora al autor de este desastre diciendo: “se equivocó”. Sin siquiera pedir disculpas o dar explicación alguna de la causa del fracaso, el macrismo (sustituto del albañil del relato) exige que hagamos borrón y cuenta nueva, mientras omite mencionar que “cuenta nueva” significa que todos los argentinos vivos serán responsables de repagar en 36 meses el préstamo más elevado jamás otorgado por el FMI (sin mencionar los préstamos adicionales a largo plazo que el gobierno intenta conseguir, ya que el FMI es sólo la carnada). Y del otro lado de la narración, al parecer, somos pocos los que empuñamos el paraguas como Pasteur para hacerle notar al “distraído” de que hay “errores” que no se perdonan... ¿Le importa acaso a Mauricio Macri el hecho de que los hijos y nietos de todos los argentinos deberán sacrificar sus vidas para heredar el viento? Parece que no, ya que en su afán de lucirse de fiesta en fiesta, Macri nos deja en el lugar de la famosa fregona del collar de perlas de Guy de Maupassant, repagando un fiasco. Es de esperar que los que votaron antes por el PRO, como quien suscribe, aprendan de una vez por todas que no se puede usar un clavo para sacar a otro y empuñen sus paraguas en la próxima elección presidencial.

Leonardo Peusner

[email protected]

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