Cartas de lectores

Fe de erratas

En el Panorama Tucumano “Testigos en peligro (de falso testimonio)”, de Roberto Delgado (2/6) se dice, erróneamente, que Alberto Lebbos relató que “el ex juez federal Felipe Terán había cedido a Di Lella una ca mioneta secuestrada para que se usara en Raco y que la comisaría tenía el doble de agentes que los de otras dependencias policiales similares”. Por una confusión, se le atribuyeron a Lebbos datos que no fueron dichos por él. En cambio, el padre de Paulina dijo que “es sabido que Di Lella tenía una camioneta S 10 del Ministerio de Seguridad” y que en el caso tendría que haber intervenido la comisaría de Vipos, que es la que tenía jurisdicción en el kilómetro 2,8 de la ruta 341, donde fue hallado el cuerpo. Pedimos disculpas por el error.

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Tristes dichos de Vidal y de Carrió

El último día del patriótico mes de mayo fue lamentable; las dos mujeres más cercanas políticamente al presidente Macri tuvieron tristes dichos: la señora Carrió dijo que el Presidente le recordaba al doctor Alfonsín, lo que es una comparación obscena, es decir, fuera de lugar. Por su parte, la señora Vidal dijo que hay demasiadas universidades y que los pobres no llegan a ella. Sí, es verdad, cada vez menos familias humildes pueden mandar a sus hijos a la universidad. Seguramente, señora Gobernadora, que si Ud. y su Presidente siguen otro período en el poder ya no habrá ninguno; es que, probablemente, ya no habrá universidad pública.

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Griselda Barale

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“Acto fallido”

La lamentable expresión de uno de nuestros representantes en el Senado de la Nación, que en un posible acto fallido, manifestó: “que nadie quiere que le vaya bien al Presidente”, es el sentir de él y de muchos compatriotas que no comprenden, ni creen ni aceptan vivir en democracia. El actual Presidente -mal que les pese a muchos-, ha sido elegido por el voto de la mayoría del pueblo argentino, que cansado de un oficialismo del que él fue parte y continua siendo un conspicuo representante, buscó de cambiar una realidad, que por ineficiencia y corrupción -los hechos y la justicia lo evidencian-, nos estaban llevando al abismo. A los auténticos patriotas, sin importar el color de quien gobierne, quieren que siempre le vaya bien a un Presidente elegido en tales condiciones, porque si con humanos aciertos y errores, le va bien a su gobierno, le irá bien a la Patria de todos los argentinos.

Adolfo Valeriano Poliche

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María Isabel Villá

Hay días en los que la tristeza garúa. Uno busca reparo pero no encuentra techos para el alma. Y cuando uno trata de secarse de tan ominosa sensación, le resulta imposible hacerlo. El agua de la tristeza es implacable. Hoy es uno de esos días. A la distancia me enteré, imprevistamente, de la partida de María Isabel Villá (Isa, para mí), la querida amiga a quien conocí, hace mucho tiempo, a través de nuestros respectivos trabajos: ella como empleada de LA GACETA. Yo, como teatrero. Pocas veces frecuenté a una persona tan gentil, tan “gaucha”, tan solidaria, tan eficiente y tan dispuesta a promover la actividad artística tucumana. Isa será un ejemplo, si es que en esta vida los ejemplos hermosos prevalecen. Cuando le enviaba las carteleras de nuestros espectáculos y ellas las recibía, siempre cerrábamos con un chiste recurrente y que yo le proponía: “Isa, no te olvides de ducharte con los mocasines puestos. No sea cosa que te resfríes”. Y su respuesta era siempre ocurrente e ingeniosa. A veces: “Instalé la ducha de abajo para arriba”, o “Me compré mocasines con paraguas incorporado”. Y reíamos. Yo te voy a seguir enviando “carteleras”, querida Isa, mientras pueda. Y no te olvidaré, porque eso sí que es la verdadera muerte. Uno escribe cuando las palabras substituyen al llanto. Hoy llueve tristeza, aquí, tan lejos, como quizás en Tucumán. Llueve para quienes te conocimos, querida Isa, y no sólo para nosotros. Basta que una sola persona sueñe para que todos volemos como pájaros. Y yo sé que vos sabías soñar, Isa. Yo sé. Sueña, ahora, eternamente, con la alegría a cuestas y con la paz que, en la vida, trasmitías. Muchas gracias, Isa, por tu ejemplo...

Carlos Alsina

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