Los insectos que les dan color a dulces y golosinas

Los insectos que les dan color a dulces y golosinas

Se trata de la cochinilla, que vive en el nopal, una especie de cactus. Perú es el principal productor.

EN LA MANO. En la imagen se ve cómo cuando se aprieta la cochinilla, se desprende el colorante rojo. EN LA MANO. En la imagen se ve cómo cuando se aprieta la cochinilla, se desprende el colorante rojo.
29 Mayo 2018

Si la idea de comer insectos te parece repugnante, la mala noticia es que, probablemente, ya los hayas comido (sin darte cuenta) miles de veces, advierte BBC Mundo en su portal on line. Y a continuación explica que uno de los colorantes más usados en la industria alimenticia es el carmín, y, como te estarás imaginando, este colorante (que les da una tonalidad rojiza a los alimentos) está hecho con insectos triturados: la cochinilla.

La cochinilla es originaria de América Latina, vive en los cactus y actualmente se la cría en Perú.

Es un ingrediente básico en la industria alimenticia. Se lo añade a casi todo: desde el yogurt hasta los helados, pasando por las tartas de fruta, las bebidas sin alcohol, las magdalenas y las donas.

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También se usa ampliamente en la industria cosmética, como, por ejemplo, en muchos lápiz de labios.

Rojos naturales

El carmín se usa tanto porque es un aditivo estable, de larga duración, cuyo color no se ve afectado por el calor o la luz. Los que lo eligen como aditivo afirman que es un producto natural descubierto y utilizado por las cultura maya y azteca hace más de 500 años.

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Dicen que es mucho más saludable que las alternativas artificiales como los colorantes comestibles hechos a partir de carbón o derivados del petróleo.

Pero incluso los defensores del carmín creen que su uso debería estar claramente indicado en la etiqueta de los productos que lo contienen.

Si buscas la palabra carmín en un producto que lleva este aditivo, lo más probable es que no la veas en la lista de ingredientes. En cambio, encontrarás la frase “cuatro rojos naturales” o E120.

Amy Butler Greenfield, autora de “Un rojo perfecto”, un libro que trata sobre el carmín y su historia, dice que si bien está a favor de que se lo denomine en su forma correcta en las etiquetas, se trata de un producto natural que ha superado la prueba del tiempo.

“El carmín es increíblemente estable y una tintura natural confiable para los alimentos que puede utilizarse para crear una gran variedad de colores: rosas, naranjas, púrpuras así como rojos. Muy poca gente tiene reacciones alérgicas serias al carmín. Es un producto muy seguro”, sostiene.

Perú a la cabeza

Perú lidera la producción de carmín y, de acuerdo con datos oficiales, controla el 95% del mercado internacional. La actividad da trabajo a unos 32.600 agricultores. Los insectos, que miden unos 5 milímetros, se recogen de las hojas de los nopales. Juntan las hembras (que no tienen alas) más que los machos.

El color rojo proviene del ácido carmínico, que constituye cerca de un cuarto del peso del insecto, y que les permite ahuyentar a sus depredadores. Generalmente los insectos se dejan secar primero y luego se les elimina todos las partes, explica Butler Greenfield.

El año pasado, Perú exportó 647 toneladas de carmín por cerca de US$ 46,4 millones.

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