La murga es lo que el pueblo quiere decir

La murga es lo que el pueblo quiere decir

Jesús Fernández enseñará un género que es mucho más que cantar en grupo.

FELICIDAD. Fernández integró La Gran Muñeca, murga ganadora en 2016. FELICIDAD. Fernández integró La Gran Muñeca, murga ganadora en 2016.
21 Abril 2018

Jesús Fernández comenzó a cantar murga a los cinco años. Con más de tres décadas haciéndolo y luego de pasar por algunas de las más emblemáticas, el uruguayo es voz autorizada para enseñarla, como lo hará hoy y mañana, a partir de las 18, en Casa Managua (San Juan 1.015).

“La idea se puede transmitir, aunque sea un formato de canto muy especial. Se enseña a impostar, a encontrar la tímbrica particular del género y a hacerlo técnicamente bien con las características propias de sus arreglos corales”, afirma el músico.

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La murga uruguaya es más que canto, ya que encierra una estética determinada llena de signos, desde las caras pintadas, los trajes y los movimientos hasta el sentido social y político de las letras de las canciones. “Es una herramienta muy grande de comunicación, que usa la gente para decir cosas. Lo primero que te atrapa es la forma de cantar, pero lo fundamental es impulsar la creación y el decir artísticamente algo grupalmente, con aportes del teatro, de la pintura y de la música”, aclara.

“Todas las murgas que integré me marcaron en distintas etapas de mi vida. En la Falta y Resto estuve muy joven; con La Mojigata era una reunión de amigos que le dio un vuelco muy grande al carnaval y en La Gran Muñeca pude volcar mi experiencia de décadas, con un papel de arreglador”, puntualiza. Con esta última formación ganó en 2016 el primer premio en el concurso oficial carnavalero.

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Fernández fue de lo tradicional a lo nuevo, lo que incluyó la incorporación de la voz femenina desde finesde la década del 90: “su ingreso es algo muy bueno por su ductilidad, aunque depende de la decisión de cada director; muchos prefieren todavía que sólo haya varones por su potencia y su estridencia, pero me gusta mucho el aporte de la mujer al coro”. Parte de la renovación del género llegó con la desaparecida Antimurga BCG, a la que reconoce como “un paso enorme” en los cambios. Luego surgieron Queso Magro, Cayó la Cabra y muchas más que “nacieron de ámbitos universitarios y que aportaron desparpajo y creatividad sin estar preocupados en ganar premios”. “Espero que el carnaval siempre esté mutando”, agrega.

El artista resalta la penetración que está teniendo el estilo uruguayo en las murgas argentinas, con grupos en numerosas provincias (por ejemplo, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Jujuy y Tucumán, con la flamante Pa’ Ladrar Fino). “Ya se formó un circuito argentino con espectáculos muy buenos. Aconsejo que se sigan armando shows para seguir creciendo porque tiene mucho todavía por explotar, y que no lleguen a competir entre ellas, porque dejarían de lado lo importante, que es dejarle algo a la gente. La murga es la voz del pueblo, es lo que se quiere decir”, asevera.

La parte comercial de la murga no lo asusta porque “siempre estuvo”. “Poner dinero no asegura tener un espectáculo mejor que otro, aunque permita tener una disponibilidad de recursos mayor”, alerta.

Fernández dictará además un taller de canto a oscuras, hoy y mañana entre las 16 y las 18, en Zona Afro (La Rioja 19).

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