Ataques “estilo Mad Max” en Venezuela

Ataques “estilo Mad Max” en Venezuela

La gente ataca los camiones con mercadería en las rutas para llevarse alimentos. En enero hubo 162 saqueos, incluyendo 42 robos a camiones.

TRABAJO PELIGROSO. Humberto Aguilar dice que se encomienda a Dios y a la Virgen cada vez que sale a la ruta. Reuters TRABAJO PELIGROSO. Humberto Aguilar dice que se encomienda a Dios y a la Virgen cada vez que sale a la ruta. Reuters
11 Febrero 2018

VENEZUELA.- El camionero Humberto Aguilar atraviesa la carretera con 20 toneladas de vegetales frescos cosechados para venderlos en Caracas. Días antes, Aguilar había visto aterrorizado como cientos de saqueadores embestían a un grupo de camiones estacionados para llevarse, aprovechando que los superaban en número, toda la leche, el arroz y el azúcar que cargaban los vehículos.

Unos atacantes lanzaron una piedra al parabrisas de Aguilar que rebotó sin causar daños. El saqueo de las cargas ha aumentado en Venezuela en tiempos recientes y parece ser el resultado no sólo de la criminalidad común, sino del hambre y la desesperación entre sectores de la población del país de 30 millones de habitantes. Por el país hubo 162 saqueos en enero, incluyendo 42 robos a camiones, según la consultora local Oswaldo Ramírez Consultores (ORC) que evalúa los riesgos en las carreteras para las empresas. Eso se compara con los ocho saqueos, incluyendo el robo a un camión, de enero de 2017. Los ataques estilo Mad Max están impulsando aún más los costos del transporte y la comida en un ambiente hiperinflacionario. Todos esos problemas convergen en la peligrosa vida de un camionero, que además enfrenta el acoso de uniformados pidiendo sobornos, el espiral inflacionario sobre los repuestos de su vehículo y el constante riesgo del crimen, en un país con una de las tasas de homicidios más altas del mundo.

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Atemorizados ante los saqueos, pero con una prohibición legal de portar armas, los camioneros forman grupos para protegerse, se envían mensajes de texto para alertarse entre ellos sobre los puntos con mayores incidencias y, sobre todo, se mueven lo más rápido posible. “Cada vez que me despido de la familia, pido a Dios y a la Virgen que nos protejan” expresó Aguilar, de 36 años, preparándose para su viaje de novecientos kilómetros saliendo de La Grita, un pueblo andino, hasta un mercado de Caracas.

Los saqueadores, envalentonados, utilizan distintas técnicas, dependiendo del terreno y el objetivo. Algunas veces, motorizados con pistolas rodean un camión hasta que logran detenerlo, como leones cazando a su presa. Otras veces, los atacantes esperan a que el camión reduzca la velocidad.

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Yone Escalante, de 43 años, quien también transporta vegetales desde los Andes, se estremece al recordar cómo uno de sus vehículos fue saqueado en el centro del país. Hace sólo unos días, Escalante fue saqueado. Los sucesos pueden parecer sacados de la película de Mad Max, los camioneros dicen que se parecen más a la historia de Robin Hood. Los atacantes tienen el cuidado de no herir a los conductores, siempre que no se resistan, por eso “la mejor protección es ser sumiso, ofrecerles la carga”, cuentan. En el viaje desde los Andes hasta Caracas se pasan 25 puestos de control, donde los camioneros deben buscar el sello de los agentes de la Guardia Nacional. Un soborno es requerido, siendo más valioso un saco de papas que dinero. “El Gobierno no presta seguridad a nadie. Es una locura. La gente se ha acostumbrado a robar, a vivir la vida fácil”, protesta Escalante. (Reuters)

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