Cartas de lectores
09 Noviembre 2017

Azúcar y bioetanol I

Alguien ajeno a la medicina podría decir que relacionar el consumo excesivo de azúcar con problemas de salud no tiene asidero científico; pero que lo diga un médico no es de esperarse. El gobernador Manzur podría haber limitado sus argumentos a hacer notar los efectos que tendría sobre la economía regional el aumento del impuesto a las bebidas azucaradas. Pero eso sería una visión parcializada: cuidar la salud de la población también contribuye al progreso general de la economía, no sólo por el costo que le supone al Estado la atención sanitaria, sino también porque una población más sana implica menor ausentismo laboral. La otra medida polémica es la rebaja en el precio del alcohol destinado a biocombustible. Ignoro si la rebaja es exagerada -en verdad lo parece-, pero sé que se hizo merced a un estudio de rentabilidad elaborado en base a datos de la Estación Experimental Obispo Colombres; no se trata, por lo tanto, de una decisión caprichosa. De cualquier modo el Presidente se mostró dispuesto a dialogar con todos los sectores involucrados. No hay razón entonces para rasgarse las vestiduras anticipadamente. Y mirando como un todo el paquete de medidas anunciado, notaremos que tiende en general a favorecer la inversión y la producción, lo que, junto con el descenso del precio del biocombustible, debería tener como consecuencia una mayor demanda energética. Eso podría beneficiar mucho a la actividad de la caña de azúcar, compensando con creces la baja en el consumo de bebidas azucaradas. Si el presidente hubiese decidido subir el precio de los biocombustibles, en vez de bajarlo, no faltarían quienes lo acusarían de atentar contra el bolsillo del consumidor, favoreciendo a la oligarquía azucarera. Pero hizo lo opuesto, y eso no impidió que surgieran voces airadas. Siempre habrá intereses particulares afectados, pero la mezquindad nos hace perder la perspectiva: lo que a la larga es bueno para la mayoría, acaba siendo bueno para todos, de un modo u otro.

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Ricardo Roberto Manai

Belgrano 63, Tafí Viejo


Azúcar y bioetanol II

El enfoque del Gobierno nacional de fundamentar su decisión de recortar en un 30% el precio del etanol de caña de azúcar (acorde a un dudoso esquema de costos) afecta la base del negocio del azúcar. Sin producción de azúcar viable, difícilmente quede espacio para el bioetanol. La clave pasa por la paridad entre los negocios de azúcar y etanol. Teniendo en cuenta las actuales productividades y los costos relativos entre ambos coproductos, el anterior precio del etanol de $ 16,873 implicaba un equivalente para la bolsa de azúcar de $ 500. La primera reducción del 15% baja ese equivalente a $ 414, y la segunda del 14% lo lleva a $ 333. Estos valores nos retrotraen a la situación ruinosa de hace 3 años, con el agravante de que solamente por paritarias los costos laborales se ajustaron más del 30% cada año, y ni qué hablar de los ajustes salvajes del gasoil y demás insumos.

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Santiago Paz-Brühl

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Policías del GOMT

Es un pedido respetuoso que dirijo a los funcionarios del Poder Ejecutivo de la Provincia y, especialmente, al jefe de la Policía. La psicosis generalizada en la sociedad se debe a que los delincuentes, cuando nos atacan, se cubren el rostro para evitar ser identificados y siempre andan armados, por lo que en nombre de los que padecemos atracos, pido que nuestros policías, los buenos de la película, los que deben protegernos, no se cubran la cara, tal cual los delincuentes. De lo contrario, nunca sabremos si el motorista que viene blandiendo un arma, y que tiene en la pechera las letras GOMT (son las siglas del Grupo Operaciones Motorizadas Tucumán), viene a asaltarnos o a protegernos. Y no podemos saberlo porque no se le ven ni los ojos. Los buenos no tienen que ocultar nada; al contrario, deben ofrecer tranquilidad y seguridad. Ruego que revean esta desacertada decisión.

Roberto Nicolás Córdoba (h)

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Después de las elecciones I

El lector Francisco Centurión (2-11) me acusa de “sostener lo insostenible con argumentos poco serios”. Le agradecería indicarme cuáles son: ¿los de los barcos de gas que pagamos y jamás llegaron? ¿La chatarra ferroviaria que se compró y pagó como material circulante de primera? ¿La construcción de obras públicas que jamás se hicieron y que se pagaron con retorno incluido? ¿O la entrega de planes sociales a gente en edad de producir? Por falta de espacio no enumeré en esa oportunidad los millones de dólares entregadas a Hebe de Bonafini o a Milagro Sala para la construcción de miles de casas para los más necesitados, y hasta el día de hoy no podemos averiguar a dónde fueron a parar esos “dinerillos”. Y eso que no hablé de Boudou y todo su entorno; ni de CFK y los suyos. Toda esta gente, y muchísimos más, nos vaciaron el país, por eso lo difícil de reconstruirlo sin el aporte sacrificado de sus habitantes. Si estos son “argumentos poco serios”, le preguntaría si a él le gusta que le roben a manos llenas. Este señor habla de mejora en los niveles de educación; ¿se enteró de las pruebas que se hicieron a estudiantes de todo el país y sus desastrosas resultados? Esto es consecuencia de las políticas “inclusivas” del gobierno anterior (regalar notemos y no enseñar en las aulas). ¿Eso es crecimiento? También llevará un largo tiempo reparar esto. Y el lector también habla de los préstamos internacionales solicitados por nuestro país. ¿Conoce él que todos los países del mundo (en especial los más importantes que son los que más deben: EEUU, Japón, China, Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, India, Canadá, Brasil, etcétera) tienen abultadísimas deudas externas? Dice que el gobierno anterior jamás pidió un peso prestado; claro, para eso hacían trabajar, día y noche, a la maquinita de imprimir billetes, que es tan negativo como pedir prestado. Al lector Oscar Beltrán (2/11), le diría que no escuché ni leí en ningún medio sobre el 10% en que veré reducidos mis haberes de jubilado a partir del año que viene. Nuestros haberes se actualizarán de acuerdo al índice inflacionario, que me parece lo más lógico. Dicen además que nos manejamos con cifras antojadizas creadas seguramente por Durán Barba. Nadie nos indica lo que debemos decir, las cifras las arroja el Indec, organismo que el gobierno anterior se encargó de destruir (para tapar índices reales de pobreza, inflación, desocupación, entre otros), y que nos costó bastante rehacer. Son ustedes los que deben ya dejar de repetir el relato K. Ya fue. Dicen que el mayor de los ciegos es aquel que no quiere ver.

José Luis Roldán

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Después de las elecciones II

Con relación a la carta del lector Francisco Centurión del 8/11, debo aclararle nuevamente que no me mueve ningún interés político partidario, y que no pertenezco ni defiendo a ningún partido político. En mi carta del 2/10, a la que usted se refirió, y que no contesté en su oportunidad, no recuerdo haber tildado al gobernador Manzur de pecador bíblico, embaucador, astuto en provecho propio y que lo hacía responsable de la mentada grieta. El gobernador, a mi entender, ofendió a la gente de Trancas (departamento donde el lector Centurión vive) al decir “¿cómo puede ser que en Trancas haya gente que lo vote a Macri?; debe ser gente que se a acostado tarde y con unas copitas de más”. Entonces consideré que por eso, Manzur debía disculparse ante el pueblo tranqueño. Ahora, con errores y a veces con aciertos, expreso lo que realmente siento; por eso sugiero al señor Centurión con todo respeto que relea mi carta del 2/10. Cuando el enfoque es sesgado e intencionado, entramos en la manipulación y la mentira, un terreno resbaladizo al fundirse con la verdad y la legítima interpretación. En relación a su carta del 8/11, en la que dice que aparecí “ después de una larga ausencia con los tapones de punta”, ¿no salió él con los tapones de punta cuando criticó a los lectores José Roldán y César Cortés el 2/11, cuando afirmó que “ameritan una repuesta concreta y sustraída de tanta irracionalidad, como las que manifiestan estos señores”? En el prólogo de mi carta del 7/11, me permití copiar sus comentarios que descalificaron a esas personas, por el solo hecho de pensar diferente. La sinceridad en estos casos es un arma de doble filo, ya que muchos se sienten incómodos e incluso amenazados porque en ocasiones resulta más despreocupado vivir en la mentira. Y, hablando del efecto “espejo”, la verdad es al fin y al cabo ese espejo donde no todos desean verse reflejados. Hay quienes prefieren un trato más aséptico, dominados por las medias verdades antes que por la honestidad “sanadora”. Señor Mirande, considero que mi carta, leída con cierto pasionismo, no fue interpretada correctamente. No existe la mediocridad al escribir sino la tipicidad, y cada lector escoge la que le agrada; en mi caso, encuentro riquezas en todas las cartas, incluso cuando provengan de “malos escritores” influenciados por pasiones. Por último, le aclaro que no decidí mezclar mi fe religiosa con las medidas del gobierno. Soy jubilado y percibo la mínima. No soy ni de izquierda ni derecha, ni me adhiero a ningún “ismo” (macrismo, kirchnerismo, cristinismo, radicalismo...): lo mío es el argentinismo.

Pablo José Giunta

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Después de las elecciones III

Leí atentamente la carta del lector Giunta (7/11) y no tiene desperdicio. Luego de la dolorosa interrupción de nuestro orden democrático ocurrida hace más de 70 años y que causara la caída de nuestro país del 7° lugar en que se encontraba a su actual 96°, una sola ideología prácticamente gobernó o cogobernó. Y, cuando no detentó el poder, lideró una destructora oposición. Bajo el eslógan de “justicia social” dejó -a diciembre de 2015- un 30% de pobres, porcentaje que conforme a la última medición bajó a un 28,2%. Durante los últimos 12 años que gobernaron no tan sólo profundizaron la división entre los argentinos sino que alcanzaron la cúspide en los hechos de corrupción, y facilitaron la instalación de mafias de todo tipo y pelaje para pasar más desapercibidos en la sociedad. Fue tal el hartazgo que a fines de 2015 elegimos cambiar de monta. Tal vez el nuevo matungo sepa encontrar la huella entre espinas y pedregal para recrear la normalidad de un país civilizado e insertado en el concierto de las naciones. Hay que ayudarlo a llegar a la próxima posta. Lleva un año y meses de recorrido. Tal vez se equivoque o tenga oscuras y solapadas intenciones que nos dejen peor. De allí es que como sociedad no podemos hacernos los desentendidos. Debemos controlar de cerca y, de constatarse serias actitudes negativas, efectuar las denuncias legales con pruebas concretas en la mano. Creo que como sociedad nos cuesta aún comprender que debemos cambiar el horizonte cultural. Años de incultura y sometimiento a “las 20 verdades” significan tiempo para ello, pero es bueno que desde diciembre de 2015 hayamos comenzado a involucrarnos. Que no se aflija el señor Giunta: agoreros siempre hubo; pero como dice el refrán -desconozco su origen-: “ladran, señal que cabalgamos”.

Luis Vides Almonacid

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Después de las elecciones IV

Con el tema de la reforma política instalado luego de las últimas elecciones, volvemos siempre al punto de partida. Este fenómeno explica la falta de progreso en nuestra sociedad, al reiterar errores del pasado y no dar soluciones claras a problemas que inciden en la vida institucional, creando una sensación de perplejidad y desconfianza entre los ciudadanos. La reforma de la Constitución vuelve a ser tema de la política, para tratar, entre otros, el ingenioso sistema de los acoples y del voto electrónico. Once años se han perdido en la vida institucional para implementar el voto electrónico o su variante de boleta única electrónica, que bien pudo ser la base para ir perfeccionando el sistema de participación ciudadana. Al no haberse cumplido hasta la fecha el mandato de la Constitución de 2006 que ordenaba la sanción de un nuevo régimen electoral con el voto electrónico, se percibe la necesidad de construir un sistema electoral que realmente transparente la voluntad del electorado, partiendo para ello de las traumáticas experiencia recientes. ¿Existe voluntad política real de cambiar el sistema actual por algo más transparente como es el voto electrónico y la eliminación del sistema de acoples, o va en el tema de la reforma constitucional la intención aviesa de postergar este deseo de la sociedad de terminar con las incertidumbres que se suscitan en tiempos de elecciones? Tan responsable es el poder político que promete reformas escasamente convencido, como la oposición que se presta a seguir participando electoralmente en estas condiciones, sin plantear medidas puntuales a fin de evitar que los ciudadanos sigan cayendo en el engaño. El 2019 probablemente nos encontrará con una reforma constitucional sobre el tema electoral que se aplicará recién en el 2023, licuando de tal modo la ilusión y el sueño de los tucumanos. El sistema de acoples es inconstitucional y antidemocrático porque impide la expresión libre del ciudadano en cuanto su preferencia por un candidato. Se asemeja más al voto indirecto o por electores, donde los candidatos acoplados votan o se comprometen a sumar sus votos al candidato que encabeza otra lista. Es la negación del voto directo que inspira nuestro sistema político, y su inconstitucionalidad debe ser declarada por los jueces competentes. También es antidemocrático porque se vota por un candidato que en realidad no es candidato -testimonial- anulando la expresión libre y directa del elector.

José Luis Díaz Robín

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Insensibilidad

Que un Concejo Deliberante haya aprobado un aumento de gastos del 54% en el Presupuesto de la Municipalidad de nuestra Capital, que ha exhibido en estos últimos años un grado de abandono que la ubica entre la más descuidadas y caóticas de la nación, es un despropósito, y por qué no decir una ofensa a los que sufrimos el vivir en esta ciudad insegura, sucia, desordenada, con veredas y calles rotas, con efluvios cloacales que hacen el ambiente pestilente, con un caos vehicular, con estacionamientos en veredas que impiden el normal paso de peatones, sin ningún control de las miles de infracciones de tránsito, con infinidad de veredas rotas, con árboles sin podar, sin cuidado adecuado de plazas, etcétera. Todo lo expresado me lleva a rechazar que se efectúen aumentos de presupuestos que solo premian la ineficacia , inoperancia y desinterés con que han actuado s nuestros ediles, que no supieron desempeñar los cargos con la responsabilidad para lo que fueron votados, que sin sonrojarse quieren premiar su pobrísimo desempeño, evidenciado por lo expresado anteriormente. Quedo con la esperanza de que el intendente Alfaro con el criterio que debe tener su alta función vete esta resolución y nos permita pensar que puede reinar la cordura, y mostrarnos que podemos modificar actitudes mezquinas que lo único que hacen es hacernos pensar mal sobre políticos que no piensan en el bien común sino en el provecho propio cualquiera sean las consecuencias.

Francisco Hugo Palazzo

Esteban Echeverría 55, San Miguel de Tucumán

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