Por Carlos Páez de la Torre H
29 Septiembre 2017
BENVENUTO CELLINI. Un aviso de 1922 componía versos a propósito de su figura.
Material abundante para un libro podría proporcionar una recopilación comentada de los avisos publicitarios que aparecían en los diarios y revistas de Tucumán, desde las últimas décadas del siglo XIX hasta las primeras del XX. Por cierto que su estilo era absolutamente distinto al que se utiliza hoy. Los responsables se las arreglaban para inyectarle cierta picardía, a través de versos de rima más que elemental.
Por ejemplo, en “La Razón” de abril de 1875, Adolfo Bugeau anunciaba la apertura de “un lindo establecimiento,/ confitería sin par,/ llamada La Madrileña/ donde no se servirá/ en vez de café de Yungas/ ningún brebaje infernal,/ ni copitas de aguardiente/ de caña en vez de cognac,/ sino cosas superfinas/ de primera calidad”. Agregaba que “la cosa va a ser enfrente/ de la Iglesia principal,/ en el almacén antiguo/ de Don Patricio Navá”…
La tradicional farmacia “Massini”, uno de los establecimientos más antiguos de su ramo de Tucumán, publicaba en “El Orden”, en julio de 1922, un aviso-poesía compuesto con una alusión a Benvenuto Cellini, el famoso orfebre italiano del siglo XVI. Los pobres versos decían: “Triste estaba Benvenuto,/ artífice singular;/ un espantoso pesar/mostraba en el rostro hirsuto./ Una vieja enfermedad/ minaba su triste suerte,/ y caminaba a la muerte/ por ley de fatalidad./ Pero alguien curó los tedios/ de Benvenuto Cellini,/ pues la Farmacia Massini/ le pudo dar sus remedios./ Lector: la obra de Cellini/ que siempre suele gustarte/ se la debes a Massini,/ pues que salvando a Cellini/ te brindó sus obras de arte”…
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