Más inteligencia emocional y menos racionalidad

Más inteligencia emocional y menos racionalidad

12 Septiembre 2017

julio a. picabea
Maestrando en Pol. Públicas (U. Austral)
Julio A. Picabea - Maestrando en Pol. Públicas (U. Austral)

Estamos viviendo un nuevo paradigma de la política en el mundo occidental a raíz de la aparición de las nuevas TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Tucumán no está exento de este impacto. Ocurre que los partidos ya no tienen una base de apoyo natural (como ocurría en la sociedad de masas). Por el contrario, hoy tenemos un electorado fragmentado, volatil y díficil de predecir. El politólogo Irlandés Peter Mair, agrega, como características del elector occidental actual, su desinterés por la política y el hecho de que la decisión de “por quién sufragar” la toma recién momentos antes a la emisión del voto.

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Las PASO nos han dejado algunas conclusiones: 1) los oficialismos son fuertes: ganaron en 14 provincias; 2) se redujo la fragmentación partidaria: según Cippec, en las Primarias se presentaron 207 alianzas en el país, de las cuales 60 no superaron el umbral del 1,5%, reduciéndose en un 29% la oferta; y 3) las PASO funcionaron como un incentivo a los partidos minoritarios para formar coaliciones y de esta forma superar el 1,5%, en contraposición con la idea de que este sistema penaliza a las fuerzas chicas.

En Tucumán es factible que en octubre se dé una lógica de balotaje. De darse este supuesto, Cambiemos para el Bicentenario, si aspira a obtener dos bancas en Diputados, deberá captar parte del electorado de Fuerza Republicana, de perfil conservador y caracterizado por su descontento con el monopolio del gobierno por el peronismo, pero que no vota automáticamente por oposición al oficialismo.

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Por su parte, el Frente Justicialista por Tucumán, prácticamente ha alcanzado el techo de votos, restándole como estrategia incentivar la participación de los abstencionistas e intentar captar su voto. Aunque se dé la lógica de balotaje, dificilmente las fuerzas mayoritarias puedan atraer al votante del Frente de Izquierda, claramente ideologizado. Esta fuerza enfrenta el desafío de cosechar entre los votantes del MST y del Frente Amplio por Tucumán, que quedaron fuera de la contienda y que se presentaron como coaliciones de izquierda o de centro izquierda. Tanto el FIT como los republicanos buscarán evitar la polarización.

Podemos distinguir en nuestra provincia dos tipos de votantes: el “urbano” y el “rural”. El primero tiene como características ser un votante independiente, individualista y con mayor propención a la volatilidad. Mientras que el rural es un votante más influenciado por el legado intergeneracional y las tradiciones, y también más “clasista”. Dada su pertenencia, tiene una mayor identificación histórica con el movimiento peronista (sin embargo, el sentido del voto de este sector social como “clase”, está en declive).

En la sociedad de la revolución comunicacional e informativa en que vivimos, se hace cada vez más difícil predecir la tendencia electoral. El elector vota guiado más por la inteligencia emocional, que por la racionalidad.

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