Sbuttoni regresó a Atlético desde Japón, seducido por los desafíos futbolísticos

Sbuttoni regresó a Atlético desde Japón, seducido por los desafíos futbolísticos

Cruzó el planeta para volver, luego de enriquecer la vista y el espíritu en un país mágico.

DE NUEVO EN EL RUEDO JUNTO AL “DECANO”. Sbuttoni intenta rechazar un balón durante el amistoso del martes contra Arsenal. Ese fue su primer partido con Atlético, luego de su paso por el fútbol japonés. foto de IGNACIO IZAGUIRRE (especial para la gaceta) DE NUEVO EN EL RUEDO JUNTO AL “DECANO”. Sbuttoni intenta rechazar un balón durante el amistoso del martes contra Arsenal. Ese fue su primer partido con Atlético, luego de su paso por el fútbol japonés. foto de IGNACIO IZAGUIRRE (especial para la gaceta)
10 Agosto 2017

En un descanso de la minigira que Atlético realiza en Buenos Aires, Franco Sbuttoni menciona dos veces la palabra “historia”. La repetición no es una redundancia: el “Gringo” aplica el mismo vocablo en dos contextos diferentes. El primero es porque Sbuttoni se revela como un aficionado a la Historia, al punto que estudió esa carrera durante dos años en la Universidad Nacional de Rosario -su primer club fue Tiro Federal, de esa ciudad-, y en su reciente paso por Japón quedó maravillado por los palacios, jardines y tradiciones de Kioto, la capital imperial entre los siglos VIII y XII. La segunda vez que Sbuttoni alude a esa palabra es cuando habla de su relación con el “Decano”: “Por suerte estoy en una camada de jugadores que hizo historia en el club”.

Aún con ropa de entrenamiento, el defensor de 190 centímetros y 28 años volvió a vestirse con los colores de Atlético en el amistoso que el equipo que dirige Ricardo Zielinski jugó el martes contra Arsenal, en Sarandí. Su último partido oficial con el “Decano” fue el 4 de diciembre de 2016, en el triunfo 2-1 ante Godoy Cruz, en Mendoza, durante el interinato de Luciano Precone. Entonces, con Atlético ya clasificado a la Copa Libertadores, Sbuttoni se fue a jugar a una liga poco habitual para los futbolistas argentinos, la japonesa: firmó para Sagan Tosu, un equipo del sur de ese país.

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“Era el único argentino en Primera. También está Joaquín Larrivey, pero en Segunda. Fue una gran experiencia. Tosu es una ciudad parecida a Villa Carlos Paz (Córdoba): no muy grande, con 80.000 habitantes, y rodeada por sierras. Aprendí varias palabras en japonés: para saludar y para pedir comida, por ejemplo. Ellos comen mucho tofu, una especie de queso, pero igual trataba de cocinarme en casa. En el plantel había un colombiano, Víctor Ibarbo, que jugó el Mundial 2014. Fueron a visitarme mis hermanos y, si tenía dos o tres días libres, iba a viajar por el interior de Japón. Así conocí Kioto, una ciudad hermosa. Me gusta mucho la Historia y leí que el frente aliado decidió no bombardear Kioto durante la Segunda Guerra Mundial porque uno de sus jefes había estado allí y conocía de la belleza de sus palacios y parques”, dice Sbuttoni.

“En lo deportivo, al comienzo fui titular pero después dejé de jugar y entonces hablé con el técnico para buscar una salida. Tenía ofertas de Turquía pero surgió la chance de volver a Atlético. Me lo comentó Diego (Erroz) y estuve en charlas con él y con Miguel (Abbondándolo, directivo a cargo de cerrar los refuerzos). Una vez que ya estaba confirmada la posibilidad de volver a Atlético, decidí irme de Japón”, explica.

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Según la web www.transfermarkt.es, Sbuttoni jugó ocho partidos, tres por la liga y cinco por la copa de la liga. Su última actuación fue hace poco más de dos meses: el 31 de mayo, en la derrota 3-2 contra el Ventforet Kofu. El Sagan Tosu, dirigido por el italiano Massimo Ficcadenti, terminó la liga en mitad de tabla.

“En Japón seguía por Internet lo que pasaba con Atlético en la Copa. Nosotros entrenábamos a las 2 de la tarde, así que por las 12 horas de diferencia entre los dos países, me venía perfecto para ver los partidos en directo, que se jugaban a las 10 de la mañana de allá. El que no pude ver fue el de Quito, contra Nacional, porque justo esa mañana entrenamos. Pero lo que hicieron los jugadores fue espectacular”, dice Sbuttoni.

Christian Lucchetti dijo alguna vez que muchos futbolistas de este plantel encontraron en Atlético “su lugar en el mundo”. Y Sbuttoni está de acuerdo: “Me hice de muchos amigos en Tucumán, y estoy muy feliz de volver a jugar en el club y de volver a vivir en la ciudad. Por suerte pertenezco a una camada de jugadores que hizo algo importante para la historia del club. Es un grupo bárbaro, de muy buena gente, que consiguió grandes resultados. No me olvido de los partidos que jugamos en B Nacional”.

Para Atlético se viene un semestre con un triple frente: la temporada de Primera, la Sudamericana y la Copa Argentina. Encarar todo suena tentador pero esconde el riesgo de una trampa, y el “Gringo” tiene su prioridad. “Hay que sacar un colchón de puntos grande para afianzar a Atlético en Primera. Es lo que te permite clasificar a las copas y hacer más historia”, dice Sbuttoni, el hombre que conoció la historia de Japón y ahora quiere más historia en Tucumán.

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