Peluquerías caninas, entre el boom y la obsesión de los mascoteros

Peluquerías caninas, entre el boom y la obsesión de los mascoteros

A los tucumanos les gusta lucirse con sus mascotas y pueden llevarlas hasta dos veces al mes a los salones de estética para perros. Video.

Hasta hace algunos años, con un fuenton y una manguera alcanzaba para higienizar al perro de la casa, que generalmente se escapaba y salpicaba a todos en su intento de autosecado. Si había, hasta se usaba jabón. Esa escena pintoresca comienza a formar parte de los recuerdos desde que las peluquerías caninas se volvieron una tendencia que, con sus múltiples ofertas, gana espacio en el mercado tucumano.

El fenómeno se siente mucho más en el microcentro, en donde escasea el espacio y abundan las torres de departamentos. "La gente convive con los animales, los tiene cerca y necesita que el animal esté limpio y que no tenga ese olor característico de los perros, que es natural. A veces exageran con la higiene y cada 15 días vienen a la peluquería”, comentó Ana María Seleme, una de las propietarias de un pet shop (tienda para mascotas), ubicado en barrio Norte desde hace una década.

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De acuerdo a la raza, cada perro necesita un cuidado particular, por lo que además de un baño requiere de un corte de pelo y hasta de una sesión para desenredarlo. Los más meticulosos prefieren llevar a su amigo fiel cada 15 días, mientras que lo usual es pasar por la peluquería al menos cada dos meses.

"La gente cuida mucho la estética de su mascota", aseguró Seleme, que organiza los turnos de acuerdo a las razas de sus clientes.

Aunque depende del perro, los servicios básicos en un salón de estética canina incluyen, además del baño, un corte de uñas y limpieza de oídos. Entre las herramientas se destacan las tijeras, las máquinas especiales para el secado y un set de cepillos, con los que se los acondiciona. Un turno puede durar alrededor de dos horas. 

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En todos los casos se busca generar un ambiente relajado y amigable, para que el cachorro se sienta contenido y se deje bañar y cortar el pelo.

"La idea de montar una peluquería canina, sin servicio de veterinaria, es por el hecho de que en las veterinarias generalmente se estresan un poco ya que olfatean el miedo de otros perros que llegan para consultas", detalla Fabiana Ibáñez, que desde hace cinco años cuenta con un local en Villa Luján.

Como le pasó a la mayoría de sus colegas, para comenzar, Ibáñez tuvo que buscar formación afuera de la provincia, algo que en los últimos tiempos ya fue cambiando. Ni siquiera se podían conseguir las herramientas más rudimentarias para lanzarse en la profesión.


Mucho más que cuidado estético

Desde hace al menos una década, para muchos tucumanos, los perros se convirtieron en compañeros inseparables a los que cuidan casi como a un integrante más de la familia.

“No termino de admirarme. Nosotros tenemos una línea de ropa que surgió debido al pedido de los clientes, que buscan diseño y calidad. Quieren que su mascota esté a la moda. Ya nos pasó de tener pedidos con estampados de ‘animal print’”, detalló Seleme que también ofrece servicios especiales para eventos.

Con la llegada del invierno, las conductas se modifican y las sesiones suelen ser más espaciadas ya que los mascoteros prefieren resguardar a sus perritos del frío. Eso sí, es la estación del año en el que la ropa se convierte en un bien preciado.

Como los sienten parte de su núcleo familiar, muchos clientes los incluyen en los casamientos o fiestas de cumpleaños, por eso a veces buscan que sus cachorros se luzcan, incluso, con cortes de pelos más modernos y hasta con algunos mechones teñidos con tinturas temporales.

Si bien no hay un registro de todas las peluquerías en la provincia, son decenas las personas que ofrecen sus servicios por la web, en diferentes barrios de la capital y en las principales ciudades del interior. En muchos casos, no es necesario contar con un local, y la oferta incluye el baño y el corte a domicilio.

 


Para una exposición

Además de ofrecer sus servicios en un salón de estética canina que abrió hace una década en el barrio de Floresta, Leonardo Argañaraz se dedica a los cortes de raza, con los que prepara perros para exposiciones. "Para los shows se utilizan técnicas que deben adecuarse a cada raza. Si tienen pelo duro (Schnauzer), lacio (Galgo afgano) o rizados (Caniche) se hace un trabajo distinto, que puede llevar diferentes sesiones, incluso durante meses”, aseguró Argañaraz, que además se dedica a la crianza.

Confiesa también que es una actividad en auge y que cada vez hay más instrumentos para poder desarrollarla en la provincia. Todas estas actividades son reguladas por la Federación de Cinología Argentina (FCA), que se encarga de brindar cursos de cortes y de organizar los concursos en los que se busca mostrar a los perros con las características estéticas con las que fueron creadas las razas.


Una moda en números


  • $ 130 cuesta bañar a un cachorro pequeño

  • $ 220 baño y corte

  • $ 250 y $ 300 baño y corte para un perro grande

  • Cada sesión puede durar entre 90 y 120 minutos

* en todos los casos depende del estado en el que llega el cachorro a la peluquería


  • $ 1.500 y $1.800, un corte de raza para exposición


  • 8 horas al menos puede requerir un corte de raza, en sesiones que se coordinan a lo largo de 90 días

  • $ 120 cuestan los abrigos más económicos

  • $350 un abrigo cuatro patas impermeable

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