Un arte flamenco que surge desde el fondo del alma

Un arte flamenco que surge desde el fondo del alma

Los Romero Cádiz presentan “Esencia gitana”, espectáculo que propone un recorrido por géneros españoles tradicionales

UNA FAMILIA MUSICAL. Juan Romero Cádiz (en la caja), su madre Argentina Cádiz y su padre Emilio Romero. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.- UNA FAMILIA MUSICAL. Juan Romero Cádiz (en la caja), su madre Argentina Cádiz y su padre Emilio Romero. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
02 Julio 2017

“Cuando uno canta flamenco sabe que está poniendo el alma, porque se lo hace desde el sentimiento. Uno puede cantar cualquier canción, pero cuando es flamenco, se sabe que es algo puro, que nace de adentro”.

La definición le pertenece a una de las voces más autorizadas del cante jondo en el país, Argentina Cádiz, quien mantiene la cadencia del ritmo del flamenco en el decir, aunque esté lejos del escenario. Junto a su esposo, el guitarrista Emilio Romero, y el heredero de la tradición musical familiar, el percusionista Juan Romero Cádiz, protagonizarán hoy en el teatro Alberdi el espectáculo “Esencia gitana”, síntesis de un género que llevan en la sangre. Los acompañarán los bailaores Gastón Stazzone, Agustina Cantero y la tucumana Georgina Rague, como invitada especial.   

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En su visita a LA GACETA, Cádiz y Romero todavía recuerdan cuando, hace dos décadas, vinieron a Tucumán integrando la compañía de Carmen Flores. Su hijo Juan los convenció de regresar a la provincia para ofrecer su arte, a partir de sus experiencias en los tablados locales (el año pasado ofreció varios recitales). “Sorprende mucho la reacción del público local ante el flamenco, tiene mucho interés y siempre pide más. Esta es una prueba que queremos hacer para luego traer un espectáculo más grande, que tiene 20 artistas en escena”, relata el percusionista, quien está casado con la tucumana Eugenia Valperga.

El guitarrista toma la palabra para explicar qué ofrecerán esta noche. “Vamos a hacer un poquito de todo: habrá flamenco jondo y puro; baile con los dos mejores del país, como son Stazzone y Cantero; coplas; boleros y tango argentino, respetando la letra, los tonos y las melodías, pero con un toque andaluz”, adelanta, mientras que Argentina aporta que en el flamenco se está usando mucho el bolero. “Ahora lo recuperó El Cigala”, indicó.

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La penetración internacional del género le debe mucho a Paco de Lucía, al decir de Romero, ya que hasta entonces era tomado a risa, cuando es un lamento. De allí se abrieron puertas en cuanto a popularidad con los Gipsy Kings (aclara que lo de este grupo no era flamenco, sino rumba catalana) y con Lola Flores y su hermana Carmen.

“En la Argentina gusta mucho y la gente ya entiende qué es lo que está mal y lo que está bien hecho, y se inclina más por dos guitarras, el cajón para marcar el compás y las palmas, que nunca deben faltar. No es tanto del piano y la trompeta. Esperan el cantaor de pie, con la mano apuntando, la bata de cola, el bailaor... He visto gente llorando mientras Argentina canta, porque le hace recordar al público su pasado familiar español y le toca el corazón”, afirma Emilio. A la hora de las preferencias, admite: “me gusta toda la música que esté bien tocá y bien cantá”, con su acento característico. Junto a su hermano integró el reconocido grupo Los Tarantos, que actuó con Jorge Porcel y con Alberto Olmedo; mientras que él tocó para Kiss.

Cádiz interviene: “cuando estoy sobre el escenario llevo todo a mis vivencias, a mi propia vida, porque cada tema es una historia que tiene que ver con uno para poder transmitírselo a la gente”. “Me gusta mucho lo trágico, las letras de amor, lo melódico y pasional. No me atrae lo alegre, como es la rumba”, señala. Su hijo redondea la idea, categórico y entre risas: “es muy novelera”.

“Vivir en esa casa es lo que me hizo luchar para ser músico -sostiene Juan-, porque mis padres no querían que me dedique a esto. Lo fui a la fuerza, siempre pedía instrumentos como regalo de cumpleaños y que me llevaran a los recitales de Los Tarantos; en el teatro Regina, la gente se ponía de pie para verme de lo chico que era. Me dedico al flamenco porque soy gitano y por la influencia familiar, aunque escuche de todo, como la timba o el latin jazz”.

La gran difusión del baile flamenco se debe, en parte, a que es más fácil que tocarlo. “Pero hay una nueva camada de músicos que se la juegan”, plantea Emilio, mientras que su hijo añade que la gran falta son los cantaores, y por eso rescata a su primo, Eugenio Romero.

La música que integra el folclore español dialoga con distintos ritmos folclóricos argentinos. Romero lo ejemplifica golpeando en la mesa el ritmo del tanguillo ibérico, que suena casi igual que la chacarera; o el flamenco con el tango. Y esos son sólo dos hermanamientos de los muchos que se construyen entre dos pueblos unidos por costumbres, sonidos y emociones, como se lo comprobará sobre el escenario del Alberdi.

ACTÚA HOY

• A las 21 en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).

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