La ambición / No todo lo osado es admirable

La ambición / No todo lo osado es admirable

30 Mayo 2017

> Punto de vista II

SANTIAGO GARMENDIA / Profesor de Filosofía - Escritor

La ambición es el motor de los grandes hechos, que dependen de una voluntad del tamaño de lo que se propone. Tiene que ver con metas y obstinaciones muy necesarias porque, como dice Oliverio Girondo, habrá cosas malas en el mundo, ¡pero de ahí a no concebir otra aspiración que la de recibirse de calavera…!

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El problema está en la figura del ambicioso, que se olvida o intenta olvidar esa graduación de calavera con el poder, el placebo más conocido de la humanidad. Paradójico, el ambicioso cree que es distinto del rebaño y que va a saltar por encima suyo, pero lo que hace es encarnar de la forma más atroz los valores de la época. Busca los lugares que le son vedados o prohibidos, pero sin cuestionar esos lugares. No busca cambiar el reino, sino ser el monarca.

Pensemos un lugar en el que esto literalmente ocurre, la conocida obra de W. Shakespeare, La tragedia de Macbeth. El personaje principal escucha una borrosa profecía que despierta en él una ambición que lo hace traspasar los límites de la moral, y esa es su perdición. Es una tragedia (está en su título) porque el buen militar no tiene miramientos en romper con sus propios valores para conseguir el reino. Demasiado tarde comprende que ha sido un juguete de sus deseos de poder. Paga entonces su ceguera moral con remordimiento y muerte. La finalidad de la obra (inspirada en hechos históricos) es hacernos recapacitar sobre los límites entre lo que podemos y lo que debemos hacer.

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Ahora bien, cinco siglos después el modelo impone y celebra un individuo ambicioso, al que lo único que no se le perdona es aflojar: “No estoy en el negocio de la droga, estoy en el negocio de hacer imperios”, dice Water White en la serie Breaking Bad; ese es el héroe de nuestros días. Llegamos entonces a aplaudir (a veces en secreto, otras a viva voz) a los Macbeth en la vida y en los paneles televisivos. Sin remordimientos, la tragedia es más trágica.

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