Poca presencia argentina en el Festival de Cannes

Poca presencia argentina en el Festival de Cannes

“La cordillera”, de Santiago Mitre y con Ricardo Darín, y “La novia del desierto” compiten en la sección Una Cierta Mirada.

LÍDERAZGO. Darín personifica al mandatario argentino. La trama transcurre en una cumbre de mandatarios. LÍDERAZGO. Darín personifica al mandatario argentino. La trama transcurre en una cumbre de mandatarios.
17 Mayo 2017

Es la alfombra roja más glamorosa de todas, donde confluyen estrellas consagradas, artistas talentosos, modelos en alza, aspirantes a las luces y una larga lista de invitados que se relacionan con el lujo y la sofisticación antes que con el cine.

Con todos sus pro y sus contra, el Festival Internacional de Cine de Cannes es una de las citas más importantes en el séptimo arte. Hoy comenzará su edición 70, con un listado de 19 películas que aspiran a la codiciada y todavía prestigiosa Palma de Oro. La otorgará un jurado presidido por el español Pedro Almodóvar.

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Él será la máxima presencia iberoamericana en la competencia principal, ya que no hay ninguna producción de este origen que puje por el premio mayor, a diferencia de los cortometrajes que aspiran a la Palma de Oro, listado en el que figura la colombiana “Damiana”.

La participación argentina está relegada a la segunda categoría en importancia en el certamen, la sección Una Cierta Mirada, con dos trabajos. El que más expectativa genera es “La cordillera”, en el cual Ricardo Darín personifica a un presidente ficticio durante una cumbre de mandatarios del Cono Sur que se desarrolla en medio de una crisis política y personal de varios jefes de Estado. La dirección es de Santiago Mitre, quien hace dos años fue distinguido en la Semana de la Crítica de Cannes por “La patota”. Lo acompañan en el reparto Dolores Fonzi, Érica Rivas, los chilenos Antonia Zegers y Alfredo Castro y el mexicano Daniel Giménez Cacho.

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Un tucumano ejerció un rol clave en este filme: se trata del director de fotografía Javier Juliá, quien ya había asumido esa misma responsabilidad en “Relatos salvaje” y “El último Elvis”, entre otras producciones.

La otra apuesta del cine nacional en esta sección es la ópera prima de Cecilia Atán y Valeria Pivato, “La novia del desierto”, una historia de amor maduro y complejo que surge durante un viaje, protagonizada por la chilena Paulina García y el argentino Claudio Rissi.

De allí, la atención argentina se tendrá que desviar a la sección Cinéfondation, reservada para los trabajos realizados por estudiantes de escuelas y facultades, donde se proyectará el cortometraje de 14 minutos de Roberto Porta, “Pequeño manifiesto en contra del cine solemne”, una parodia sobre las convenciones de los relatos románticos. De 2.600 postulantes, la propuesta de Porta quedó entre las 16 seleccionadas.

En la selección oficial, pero fuera de competencia, figura el mexicano Alejandro González Iñárritu con una instalación de realidad virtual centrada en la migración: “Carne y arena”, el primer trabajo que firma el realizador desde que conquistara su segundo Oscar como director con “El renacido”.

El festival nacido en 1946 (dos años no se lo hizo por falta de presupuesto, a fines de esa década) es tan famoso por lo que pasa en sus salas como por las fiestas que sacuden la calma de este balneario galo sobre la costa mediterránea, tanto en tierra como en los lujosos yates atracados en puerto, y por sus polémicas decisiones a la hora de premiar.

Ahora se suma a los escándalos y comentarios el componente del cambio sensible en la industria, con la aparición de Netflix y de Amazon como productores (ver “Punto de vista”), en especial por la decisión de la primera de estas empresas de no estrenar en las salas francesas las dos películas que presenta en la competencia mayor, “Okja” y “The Meyerowitz stories”, lo que obligó a un cambio de reglas para el futuro.

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