“El proceso de crecimiento es desestructurado y traerá consecuencias inesperadas”

“El proceso de crecimiento es desestructurado y traerá consecuencias inesperadas”

03 Mayo 2017
Ubicada en el departamento Tafí Viejo, Los Nogales se desarrolla 15 km a lo largo de la ruta 9. Según el censo de 2010 contaba con una población de 5.325 habitantes. Los últimos datos muestran que entre los barrios precarios y las urbanizaciones cerradas ya habitan unas 6.666 personas. Se suman los trabajadores golondrinas en la época de cosecha del limón.

Es una localidad dividida en dos: hacia el este de la ruta 9 está el sector más viejo, con las casas más humildes, el tradicional club de campo, el edificio de la comuna y cerca de una decena de nuevas urbanizaciones cerradas (algunas ya habitadas). Hacia el oeste de la autopista está elbarrio San Martín, una estación de servicios, el CAPS, una escuela y también nuevos emprendimientos de barrios cerrados.

No hay plazas, aunque sí descampados con arcos de fútbol. Se repiten los almaceces y una que otra tienda de ramos generales. La novedad: abrieron ferreterías y corralones. Eso viene de la mano de la gran cantidad de terrenos que se ofertan.

Un estudio realizado por especialistas en urbanismo, llamado “Lineamientos estratégicos para la gestión territorial del área metropolitaqba de Tucumán”, muestra que Los Nogales es una de las localidades que más está creciendo. La ocupación del suelo se da principalmente bajo el tipo de urbanizaciones cerradas. Este fenómeno impactó sobre la población: Los Nogales se ha rejuvenecido. No obstante, también hay más fragmentación socioterritorial: la cantidad de hogares con necesidades básicas insatisfechas representa el 19%, lo cual duplica la media nacional.

La arquitecta y urbanista Marta Casares, coordinadora del estudio, opinó: “en Los Nogales se está produciendo una transformación del suelo rural a urbanizado. El proceso de crecimiento se hace sin reglamentación específica y es desestructurado, lo cual puede traer consecuencias inesperadas, especialmente porque hay que recomponer la matriz ambiental, ver de qué forma se va a recuerpar lo que brinda la naturaleza y se pierde cuando un pone cemento. Urge que haya una conducción de este desarrollo urbano”.

“En estos momentos lo único que se pide a las nuevas urbanizaciones cerradas es un dispositivo de evaluación de impacto ambiental. Pero con eso no alcanza -advierte Casares-. Ya hicimos el diagnóstico y se lo entregamos a la Provincia. También aportamos lineamientos estratégicos. Lamentablemente vamos por detrás de los hechos”. Y a los números se remite: el 27% del suelo urbanizado en los últimos 25 años en el área metropolitana corresponde a barrios cerrados o countries, una urbanización que además de acentuar la fragmentación socioterritorial, extiende la ciudad con estándares de densidad muy bajos, provocando fuertes discontinuidades y dificultando la conectividad del territorio.

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