Un tributo que trasciende edades

Los rosarinos de Dios Salve a la Reina vuelven a ofrecer su homenaje a Queen, la banda británica que atraviesa generaciones.

SIMILITUDES. Pablo Padín se compenetra en el rol de Freddy Mercury, el líder de la Queen original. Prensa “Dios salve a la reina”.- SIMILITUDES. Pablo Padín se compenetra en el rol de Freddy Mercury, el líder de la Queen original. Prensa “Dios salve a la reina”.-
07 Abril 2017

ACTÚA HOY
• A las 22
en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).

Después de 19 años asumiendo la identidad de una de las bandas más emblemáticas de la historia, Dios Salve a la Reina ya no se fija tanto en la actuación (tienen incorporados a los personajes), sino que se focaliza en la parte musical. La banda que emula a Queen vuelve a Tucumán y promete un show novedoso, “Don’t stop me now”, con la incorporación de nuevos temas y los hits infaltables que todos quieren escuchar.

LA GACETA charló con el baterista Matías Albornoz, quien cuando sube al escenario se transforma en Roger Taylor; pero cuando las luces se apagan, asegura que vuelve a ser un “tipo de lo más normal y corriente”.

Uno de los más grandes desafíos para un grupo tributo es persistir en el tiempo homenajeando al mismo conjunto y mantener el atractivo con el público. “No es la primera vez que nos presentamos en Tucumán, por lo que la idea es ir renovando cada año el show con canciones nuevas para aquellos que ya nos vieron”, advierte. Y para los que nunca los vieron, el músico les anticipa lo que ofrecen: “es dejarse llevar por la magia y la ilusión de estar viendo a la banda original”. Y agrega que será como un viaje en el tiempo para el público, será “transportarlos a la época de Queen a aquellos que la vivieron y a los que no, mostrarles cómo eran arriba de un escenario”.

Los artistas rosarinos tienen giras por el exterior en su haber, pero prefieren seguir rodando su show por la Argentina. “La respuesta del público tucumano siempre es muy buena, nos reciben muy bien”, aclara. Pero para que el público los siga eligiendo, se perfeccionan en todos los sentidos y brindan un espectáculo de calidad. “No podés dejar a medias tintas algunas cosas: o te la jugás por hacer algo respetable o no hacés un proyecto así”, sentencia.

Aunque cuando despliegan su música suenan como Queen, la banda también tienen su impronta y su identidad. Albornoz piensa que la característica es estar en cada detalle para lograr que la gente sienta que está viendo y escuchando a los que fueron liderados por Freddy Mercury. “Pasa por el respeto y la admiración, tratar de aproximarnos al máximo posible es la marca de nuestra identidad, pero obviamente incorporamos detalles y cosas nuestras a la hora de la ejecución del instrumento”, destaca, y explica que son detallistas desde las luces hasta el sonido para sonar como Queen en vivo o en estudio.

Aunque trate de asemejarse en todo, Albornoz nunca se deja apoderar por el espíritu de Taylor: “es mi referente, así que trato de hacer exactamente lo mismo en su técnica, en sus golpes, pero a esta altura se estudia bastante menos, salvo en los momentos que hay que sacar alguna canción nueva; hoy en día no estamos tan pendientes del personaje”. Asume que el estilo de tocar es el aspecto en el que se hace más notoria la diferencia, así que lo trabaja con detenimiento.

También refiere a su compañero Pablo Padín, quien interpreta al líder Mercury. “En su caso no es ni sobreactuado ni es rígido; la gente que lo ve abajo del escenario se sigue impactando por el parecido y por la forma de moverse”, señala, y admite que por tantos años de trabajo y de compartir escenarios él no puede verlo así.

Hay Dios Salve a la Reina para rato, porque el público que sigue a la banda no sólo está compuesto por gente de la generación de Mercury y sus compañeros. “Vemos un amplio espectro de edades en la platea, con padres que traen a sus hijos y abuelos que vienen con sus nietos”, destaca Albornoz. Encuentra que el justificativo de este fenómeno que se transmite de generación en generación es que la música de Queen no determina un estilo o una época y que sigue gustando. “Tenemos futuro todavía, vemos seguidores que tienen 12 años y más chicos también, que vienen con una remera de Queen y para nosotros es fantástico que ellos escuche a la banda y hasta se pongan su remera”, reflexiona con una exaltación en el tono de voz. Es que Queen no es pasado, sino presente perpetuo.



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