En la lista de los mejores equipos que tuvo el fútbol argentino tuvo en los últimos 50 años no puede falta la formación de Argentinos Juniors que en la década del 80 escribió páginas de oro con su estilo: vistoso y efectivo. Uno de los que integró ese equipo del “Bicho” de La Paternal fue Mario Hernán Videla, un volante talentoso que nació hace 55 años en su Mendoza querida y al que todos conocía como “Panza”. Integró el equipo que ganó la Copa Libertadores de 1985 y la Copa Interamericana de 1986.
Visitó el “Jardín de la República” para visitar a un amigo de la juventud, José Costanzo y LG Deportiva tuvo la posibilidad de dialogar con él.
-¿Qué opinas del fútbol actual?
-Desde la década del 80 nuestro fútbol viene en decadencia. En forma paulatina fuimos perdiendo ese fuego sagrado que caracterizó al futbolista argentino. Ahora el jugador es un atleta y eso es un impedimento para que veamos los buenos espectáculos que antes estaban garantizados por el talento natural de nuestros futbolistas.
-¿Qué recuerdo te dejó aquel equipo de Argentinos?
-A ese fue un equipo que lo formó Ángel Labruna. Tras su fallecimiento llegó Roberto Saporiti, quien le dio su impronta hasta cederle la posta a José “Piojo” Yudica, el técnico que terminó de darle el toque final a un equipo que jugaba de memoria. Los éxitos que rescatamos en esos años fue el fruto del trabajo de un plantel que hizo un culto del buen fútbol.
- Hay un partido que aún hoy se recuerda, pese a la derrota...
- Sí, la final que jugamos contra Juventus en Japón. Fue en 1985 y estuvimos cerca de la hazaña porque estuvimos a minutos de ser campeones del mundo, Micheal Laudrup igualó el partido cuando ganábamos 2-1. Luego perdimos 4-2 en la definición con remates desde el punto del penal. A pesar de todo ese equipo demostró toda su personalidad ante uno de los mejores conjuntos del mundo.
-¿Qué te dejó el fútbol?
-La posibilidad que mi nombre figure en la historia grande de este deporte y eso para mí no tiene precio. Desde el mismo momento que me fui de mi querida Mendoza para probar suerte en Buenos Aires lo hice con ese objetivo y Dios me dio la posibilidad de concretarla. Esto me llena de orgullo.
-¿Qué haces en la actualidad?
- La vida me brindó la posibilidad de tener muchos amigos con los que me encuentro siempre. Uno de ellos es José (Costanzo) con quien jugamos en la cuarta campeona de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Aunque no estoy en actividad como técnico, tuve la posibilidad de dictar muchas clínicas de fútbol a lo largo del país. Hace unos años estuve durante cinco temporadas trabajando en una filial que Deportivo La Coruña tiene en Uruguay.