01 Diciembre 2016
Macri
El presidente Mauricio Macri calificó con un ocho su primer año de gestión, al tiempo de que negó que vaya a realizar modificaciones en su Gabinete. "¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal de los últimos 50 años? ¿Cuánto califica haber bajado las tensiones? Los periodistas se expresan con absoluta libertad, el mundo nos abrió las puertas y quiere que al país le vaya bien. Yo me pondría para esta etapa una buena nota. Yo pondría un ocho", enfatizó en una entrevista con el diario "La Capital".
El mandatario rechazó que no esté conforme con la marcha de algunas áreas del Gobierno y se manifestó contento, en líneas generales, con el crecimiento que ha tenido el equipo de ministros. Al respecto, fue contundente: "no he planteado ningún cambio trascendente".
"Hoy, más que nunca, estamos convencidos del rumbo que hemos tomado y siento que la gente lo entiende mucho mejor que los dirigentes, que continúan haciendo propuestas demagógicas que entorpecerían el camino de crecimiento", añadió.
Al ser consultado sobre las críticas del presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó respecto al funcionamiento de Cambiemos, advirtió que no las comparte. "Es una opinión de él, en un espacio plural".
"No sé si me sorprende o no. El expresa un microclima en el cual vive, que es el de la Cámara de Diputados, que es distinto al del gobierno y al que la gente vive. Acá, en Argentina, lo bueno y lo mágico es que el cambio vino de abajo hacia arriba. Y la gente aun sabiendo que el cambio es difícil, es largo, tiene niveles de esperanza como nunca antes y le da un apoyo al gobierno como a ningún otro en América latina. Este es un cambio cultural, un cambio de época. Esto cuesta ser entendido en toda su dimensión", señaló.
En ese contexto, advirtió que "la reforma electoral no es negociable" y subrayó que "los argentinos decidimos otra forma de convivencia, diciéndonos la verdad, respetándonos, dialogando", pero que "el sistema electoral que acarreamos desde hace décadas expresa todo lo contrario".
El mandatario rechazó que no esté conforme con la marcha de algunas áreas del Gobierno y se manifestó contento, en líneas generales, con el crecimiento que ha tenido el equipo de ministros. Al respecto, fue contundente: "no he planteado ningún cambio trascendente".
"Hoy, más que nunca, estamos convencidos del rumbo que hemos tomado y siento que la gente lo entiende mucho mejor que los dirigentes, que continúan haciendo propuestas demagógicas que entorpecerían el camino de crecimiento", añadió.
Al ser consultado sobre las críticas del presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó respecto al funcionamiento de Cambiemos, advirtió que no las comparte. "Es una opinión de él, en un espacio plural".
"No sé si me sorprende o no. El expresa un microclima en el cual vive, que es el de la Cámara de Diputados, que es distinto al del gobierno y al que la gente vive. Acá, en Argentina, lo bueno y lo mágico es que el cambio vino de abajo hacia arriba. Y la gente aun sabiendo que el cambio es difícil, es largo, tiene niveles de esperanza como nunca antes y le da un apoyo al gobierno como a ningún otro en América latina. Este es un cambio cultural, un cambio de época. Esto cuesta ser entendido en toda su dimensión", señaló.
En ese contexto, advirtió que "la reforma electoral no es negociable" y subrayó que "los argentinos decidimos otra forma de convivencia, diciéndonos la verdad, respetándonos, dialogando", pero que "el sistema electoral que acarreamos desde hace décadas expresa todo lo contrario".
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