Un tucumano ocuparía un papel clave en el tráfico de cocaína desde Orán

Un tucumano ocuparía un papel clave en el tráfico de cocaína desde Orán

El “Cabudo”, que estaría al frente de una banda, sería el principal contacto de varias redes que se dedican al narcomenudeo.

EN LA MIRA. Desde Aguas Blancas se puede llegar a la localidad bolviana de Bermejo, donde comprarían la droga. fotos de la gaceta salta EN LA MIRA. Desde Aguas Blancas se puede llegar a la localidad bolviana de Bermejo, donde comprarían la droga. fotos de la gaceta salta
02 Octubre 2016
Martín Alfaro y Nahuel Toledo | Enviados especiales de LA GACETA

De los cuatro últimos operativos antidrogas, tres tienen un mismo punto de partida: la ciudad salteña de Orán. Gendarmería Nacional encontró en un camión de tomates, que tenía como destino el Mercofrut, casi 50 kilos de cocaína. La misma fuerza le incautó a una pareja de tucumanos más de 25 kilos de la misma droga que había cargado en esa localidad. Rogelio “El Gordo” Villalba, detenido por ser el presunto líder de la red de narcomenudeo más grande de La Costanera, adquiría la droga que vendía también en Orán. Para los investigadores, los procedimientos que se realizaron en menos de 10 días dejaron de ser coincidencia para transformarse en una preocupante realidad.

Orán, ubicada a unos 500 kilómetros de la capital tucumana, es una ciudad con 120.000 habitantes y con grandes índices de trabajo informal. Es el lugar preferido de muchas bandas dedicadas a los negocios ilícitos. A la calurosa localidad, la segunda en importancia de la provincia de Salta, llegaron varios grupos desde distintos puntos del país y coparon las principales actividades informales, entre ellas el narcotráfico.

Según detalló a LA GACETA el fiscal federal de Orán, José Luis Bruno, este delito comenzó a crecer hace varios años: “la fuerte crisis que atravesó la Argentina desde 1997 o 1998 derivó en piquetes en casi todo el norte de la provincia, fundamentalmente en Tartagal, ubicado cerca de la frontera, entre Salvador Mazza y Yacuiba (Bolivia). Eso provocó que los tours de compras, que antes pasaban por esa zona, se trasladaran para esta localidad (Orán), donde el control era más liviano. Son 100 kilómetros menos para llegar al límite del país y por eso hoy está todo instalado aquí”, dijo.

Las vías por donde los narcotraficantes trasladaban la droga también se vieron afectadas y se buscó una alternativa: la ruta 50 desde Aguas Blancas hacia Orán. “Todo el contrabando de estupefacientes que se daba hace unos años casi exclusivamente por la ruta 34, que comunica a Tartagal con Salvador Mazza, se trasladó ahora a la ruta 50 hacia Orán”, explicó en una charla con LA GACETA.

Bruno también planteó que hay menos controles. “Para traer la droga desde Yacuiba hay que pasar por el Escuadrón de Gendarmería de Tartagal, el de Aguaray y el de la propia frontera, y cada uno tiene entre 350 y 400 hombres. En Orán, en cambio, sólo está instalado el Escuadrón 20 con 400 gendarmes”, precisó. Esa importante ventaja fue aprovechada por organizaciones que se dedican a traficar drogas. Entre ellas, la Justicia tiene en la mira a una que estaría liderada por un tucumano, conocido como “Cabudo”. Él, según coincidieron en señalar varias fuentes, se transformó en el líder de un sector de “bagayeros”, que son las personas que se encargan de ingresar al país mercaderías de manera ilegal.

Los pesquisas sostienen que el sospechoso tiene contactos con varias redes dedicadas al narcomenudeo de la capital tucumana. Sin embargo, tendría una relación casi directa con el “Clan Toro”, sindicado como el principal vendedor de sustancias en Villa 9 de Julio.

En Orán, “Cabudo” no es ningún desconocido. El 8 de mayo encabezó la revuelta de un grupo de “bagayeros” que impidió un procedimiento de la AFIP en la playa de camiones de propiedad del municipio oranense, donde se acopia la mercadería de contrabando desde Aguas Blancas, procedente de Bermejo, Bolivia.

En esa oportunidad, sus hombres atacaron a pedradas a efectivos del Escuadrón 20 y tomaron de rehenes a tres de ellos. Tras varias horas de negociación, los revoltosos liberaron a los uniformados luego de que Gendarmería devolviera la mercadería que había sido decomisada.

Fuentes de la Fiscalía de Orán y de Gendarmería dijeron que la banda de este tucumano, que tendría otros comprovincianos como colaboradores, desempeñaría un papel muy importante en el traslado de la droga desde Aguas Blancas hacia Tucumán y hacia otras ciudades del país.

Nadie se anima a decirlo en voz alta, pero la banda de los tucumanos genera miedo en Orán. Fuentes de la Justicia Federal dijeron que son varias las bandas vinculadas al narcotráfico en Orán, pero la de “Cabudo” es la única que tiene un grupo de “bagayeros”. Esa ventaja le da más poder y le permite, por los nulos controles desde la frontera hasta Orán, trasladar no solo ropa sino también cocaína.

Frontera fuera de control
Cruzar la frontera para llegar a Bolivia no es una tarea complicada

La situación de la frontera en Orán es muy compleja. Para llegar hasta el límite con Bolivia hay que viajar 47 kilómetros (se tardan unos 35 minutos en auto) por la ruta nacional 50 hasta el pueblo de Aguas Blancas, convertido en municipio recién en diciembre de 2015, y que tiene una población estable de unos 4.500 habitantes. Allí se encuentra el paso fronterizo Puerto de Chalanas que conecta nuestro país con Bolivia. Para cruzar el límite es necesario atravesar el río Bermejo en pequeñas embarcaciones llamadas “Chalanas” a un costo de $ 10 por persona.

Por el puesto de Migraciones del Puerto de Chalanas transitan unas 9.000 personas diarias, el doble de la cantidad de habitantes de esa localidad. A 300 metros de ese puerto, empieza la actividad ilegal: “bagayeros”, a bordo de gomones, cruzan la mercadería por el río.

Ya en territorio argentino, los grandes bultos son ingresados por caminos alternativos que evitan los minuciosos controles de la AFIP y Gendarmería. En esos caminos la presencia de uniformados es insuficiente. LA GACETA constató que uno o dos gendarmes solo atinan a mirar y revisar por encima las lonas de los pasantes.

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El murallón,  un camino donde vale todo

Una vez que los “bagayeros” llegan a tierras salteñas, cargan la mercadería en vehículos para que sea trasladada a Orán por la ruta 50.

En el trayecto se pueden descubrir desde Ford Falcon modelo 60, repletos de ropa, artículos de bazar, juguetes, que casi se arrastran por el suelo hasta camionetas doble tracción último modelo. Pero antes de llegar al puesto de Gendarmería Nacional conocido como 28 de julio, a mitad de camino entre Aguas Blancas y Orán, los autos y camionetas se vacían y los pesados bultos, de más de 60 kilos cada uno, son llevados, otra vez, en las espaldas de los “bagayeros” por un camino alternativo, que entra en fincas de propiedad privada, entre las cañas de azúcar, para evitar el control.

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Esa ruta, conocida como El Murallón, es tierra de nadie y en él se puede comprar desde cocaína hasta una pistola nueve milímetros. Más adelante del puesto de Gendarmería, los vehículos, que pasaron sin carga el control, esperan que los “bagayeros” salgan del muro de caña dulce para cargar de nuevo los bultos y llevarlos a la ciudad de Orán.

En esa localidad, la mercadería es acopiada en una “Playa de Transferencias” que la Municipalidad dispuso para esta actividad. Allí, micros llegados desde varios puntos del país esperan ser cargados para volver a sus ciudades. Todo el circuito de comercialización, traslado y distribución de la mercadería es controlado de cerca por varias bandas, entre las que se encuentra la de los tucumanos.

La convivencia entre las fuerzas de seguridad, el municipio y los “bagayeros”, que son los que inyectan dinero a la castigada economía local, es hasta de amistad.

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