Había una vez en la ciudad de Nueva York, allá por la década del 50, un niñito que no sentía agrado por su maestro de música, llamado Charles Walker. Así que le dio un puñetazo a Walker, dejándole un ojo morado. “Cuando ese niño tenía 10 años -recordó Walker en su lecho de muerte-, incluso en ese momento, era un...” Gentil lector, es hora de seguir apresuradamente con la historia de Donald Trump.
El joven Donald se hizo repartidor de diarios. Quería saber qué era eso de trabajar para ganar dinero. El detalle es que para evitar mojarse en los días de lluvia lo llevaban casa por casa en el Cadillac familiar.
Hay más de 20 libros sobre Trump, y si bien no puedo alegar que los leí todos -¡no soy masoquista!-, he indagado a través de su vida para que usted no tenga que hacerlo. ¡De nada! Como servicio al lector, aquí van los puntos salientes.
Donald asistió a la Academia Militar de Nueva York, donde prosperó a pesar de un lamentable intento por arrojar a un estudiante más pequeño por la ventana del segundo piso (esto viene de una de las mejores biografías, la flamante “Trump revealed”, a cargo de un equipo del diario The Washington Post).
Suficiente de la juventud; ahora pasemos rápidamente a su carrera. Se unió al negocio de bienes raíces de su padre y, ejem, fue abriéndose paso a la cima: aproximadamente a los 25 años fue nombrado presidente de Trump Management.
Para mala fortuna, todo indica que los Trump tienen una política de no alquilar algunas propiedades a los negros. ¿Cómo funciona esto? Si una persona negra lograba llenar una solicitud se le aplicaba un código -a veces “C”, por “color”- para asegurarse de que no fuera aprobado accidentalmente. La administración Nixon demandó a la familia Trump en 1973 por violar leyes en contra de la discriminación.
Algo similar ocurrió con los concursos de Donald Trump. Empezó con la búsqueda de modelos para la “Chica de Calendario de Ensueño de Estados Unidos”, pero eso llevó a la demanda de una mujer que dijo que Trump la había manoseado y retenido en la habitación de su hija. La demanda también alega que Trump había dado instrucciones de que cualquier concursante negra fuera excluida de sus fiestas. Trump negó los alegatos.
De vuelta en el mundo de bienes raíces, Trump se había mudado a Manhattan. En 1980, preparándose para construir la Torre Trump, demolió una tienda con departamentos usando cientos de trabajadores polacos indocumentados a los que les pagaron menos de 5 dólares por hora, a veces en vodka. A algunos no les pagaron nada y fueron amenazados con la deportación si se quejaban.
A final de cuentas, la Torre Trump fue un éxito financiero, pero no ocurrió lo mismo con la incursión de Trump por los casinos. Cualquiera que haya invertido en su única empresa pública, Trump Hotels and Casino Resorts, cuando apareció en la bolsa en 1995, habría perdido alrededor de 90 centavos por cada dólar hacia 2005.
Como candidato, Trump se ha negado a divulgar sus declaraciones fiscales. Sin embargo, cuando fue obligado a hacerlo en el marco de los procedimientos de regulación de casinos se descubrió que no había pagado absolutamente nada del impuesto federal a los ingresos. Debido a huecos fiscales, se las ingenió para informar cero ingresos (¡pérdidas, de hecho!) tanto en 1978 como en 1979.
¿Corro el riesgo de aburrirlos con cuestiones financieras? Es momento de arrojar un poco de sexo, con una mirada a la vida familiar. Melania Trump dice que su marido es intensamente leal. “Él nunca te decepcionará”, enfatiza Melania. Pero hay que considerar que ella es su tercera esposa.
La primera fue Ivana Trump, y después él empezó un flirteo con Marla Maples, culminando en un dramático enfrentamiento entre las dos mujeres mientras todos estaban esquiando en Aspen. Las resultantes negociaciones del divorcio fueron amargas, con Ivana alegando que Trump la había violado. Más adelante, ella dio marcha atrás con eso.
Entonces, Trump se casó con Maples. Ella, a su vez, le dio paso a Melania, quien pudo haber ingresado a Estados Unidos ilegalmente. Melania Trump lo niega, pero nunca ha dado una explicación convincente acerca del proceso de inmigración.
Entonces, ¿a qué equivale todo esto? Ya sea en su juventud, en su carrera de negocios o en su vida personal, la de Trump es la historia de un egoísta superficial que utiliza a la gente a su alrededor.
Durante su infancia personificó a un privilegiado con la sensación de que tenía derecho a todo. En los negocios demostró que es un genio del marketing, pero si hubiera puesto su riqueza en un fondo indexado de la bolsa sería mucho más rico. Hizo un caos de su vida personal y ha sido acusado repetidamente de racismo, de engañar a la gente, de mentir, de quedarle debiendo a organizaciones de caridad. Su vida es un vacío de principios y nunca parece que haya defendido otra cosa que a sí mismo.
A lo largo de siete décadas, hay un tema continuo de la historia de su vida: Trump es un narcisista que no tiene núcleo. Las luces están encendidas, pero no hay nadie en casa.