El cardenal Poli oficiará la misa en homenaje a los cinco curas palotinos asesinados hace 40 años

La Iglesia recordará la masacre perpetrada por grupos de tareas vinculados a la dictadura dentro de la parroquia de San Patricio.

EN EL RECUERDO. Rolando Savino, el organista que tenía 16 años y encontró a los curas asesinados, y el padre Rodolfo Capalozza, que era seminarista y se salvó porque esa noche no estaba en la iglesia. TÉLAM EN EL RECUERDO. Rolando Savino, el organista que tenía 16 años y encontró a los curas asesinados, y el padre Rodolfo Capalozza, que era seminarista y se salvó porque esa noche no estaba en la iglesia. TÉLAM
04 Julio 2016
BUENOS AIRES.- Los cinco curas palotinos asesinados hace 40 años por la dictadura militar serán homenajeados hoy, con una misa que el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, celebrará en el mismo sitio de su muerte.

El oficio se realizará en la parroquia de San Patricio, ubicada en Echeverría y Estomba, del barrio porteño de Belgrano R, y será concelebrado por otros cinco obispos, entre ellos el nuncio apostólico (embajador papal) monseñor Paul Emil Tscherrig.

De la ceremonia, prevista a las 20, participarán también los obispos Fernando Maletti, Jorge Lozano, Alejandro Giorgi y Enrique Eguía Seguí, y será precedida por una "jornada de oración" a partir de la mañana, según informó la agencia católica AICA.

En la madrugada del 4 de julio de 1976 fueron asesinados a tiros dentro de la parroquia los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti.

Los asesinos actuaron en una "zona liberada" por la policía y en las paredes y pisos se encontraron leyendas que decían: 'así vengamos a nuestros compañeros de coordinación federal' y 'esto les pasa por envenenar la mente de la juventud'.

La hipótesis más firme es que el crimen fue en respuesta a un sermón pronunciado días antes por el cura Kelly, quien calificó de "cucarachas" a integrantes de su grey que, según información que había recibido, compraban muebles de desaparecidos.

"Queremos que se establezca una verdad que nos permita avanzar para honrar la memoria de nuestros hermanos, que murieron por tener una vida al servicio del evangelio", dijo esta semana el superior de la comunidad palotina, Juan Sebastián Velasco, al anunciar los homenajes.

Ayer, la comunidad palotina realizó una procesión con cinco paradas -una por cada cura asesinado-, que partió a las 17 de la capilla Stella Maris-Espacio Patrick Rice, en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

El año pasado, el Papa Francisco anunció a una delegación de familiares de desaparecidos encabezados por Lita Boitano la apertura progresiva de los archivos vaticanos sobre la dictadura argentina, un reclamo constante de los organismos de derechos humanos en las últimas décadas.

La posibilidad de acceder a esos documentos no sólo permitiría encontrar datos sobre las gestiones que realizó u omitió la curia romana y argentina en torno al destino de desaparecidos y chicos nacidos en cautiverio, sino también sobre el crimen de los palotinos y el de los obispos Enrique Angelleli y Carlos Ponce de León.

En las últimas semanas, la justicia argentina cursó un exhorto al Estado Vaticano pidiendo datos de sus archivos que ayuden a desentrañar el crimen de los sacerdotes de San Patricio, cuyo expediente judicial se tramita dentro de la Megacausa Esma.

En 2007, el titular del Juzgado Federal 12, Sergio Torres, procesó a 17 ex integrantes del Grupo de Tareas que operaba en ese centro naval como sospechosos del crimen, basándose en testimonios de sobrevivientes que aseguraron haber escuchado al marino torturador Antonio Pernías jactarse de haber participado en el hecho.

Pero la Cámara Federal porteña revirtió la medida por considerarla con escasos fundamentos, pero sin cerrar la causa que se considerarse imprescriptible por tratarse de delitos de lesa humanidad.

Lo que se busca dentro de los archivos vaticanos son datos sobre la excomunión aplicada automáticamente a los implicados en el múltiple crimen de San Patricio y que, según versiones periodísticas, se intentaron revertir a fines de los años ochenta desde un buffet porteño especializado en derecho canónigo. (Télam)

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