Luis Felipe Noé: un artista que sigue arriba de su tren en movimiento

Fue homenajeado por la UNT, paseó por San Javier y conversó con los artistas tucumanos en el Salón del MUNT.

“EN LA MARAÑA”. La obra que expone Noé en el Timoteo Navarro es un acrílico de 1986 que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes. “He tratado de hacer un contraste de vibraciones de color”, explica en su análisis. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ “EN LA MARAÑA”. La obra que expone Noé en el Timoteo Navarro es un acrílico de 1986 que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes. “He tratado de hacer un contraste de vibraciones de color”, explica en su análisis. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
03 Julio 2016
Cuando lo llaman “maestro” aclara que él es Yuyo. Cuando se le pregunta si tiene sueños baja la mirada, piensa, y responde que le sobran, pero que no cree que llegará a concretarlos. 
A los 83 años, Luis Felipe Noé regresó a esta ciudad luego de más de una década. Fue homenajeado por la UNT, paseó por San Javier y conversó con los artistas tucumanos en el Salón del MUNT. El viernes participó en debates y asistió a la inauguración de la muestra “Congreso de Tucumán”, en el museo Timoteo Navarro. 
- ¿Tiene sueños por cumplir?
- Sí, y muchos, pero no creo que llegue a hacerlos; haré una exposición este año. En agosto de 2017 pienso exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes. No es una muestra necesariamente retrospectiva, sino centrada en lo actual, pero con antecedentes. Se va a llamar justamente “Caos: hoy y antecedentes”. Entiendo todo este proceso como un viaje en tren, que tiene estaciones distintas. Eso es lo que escribí en mi último libro “Mi viaje” y en “Cuadernos de bitácora”. Tenía 10 estaciones, pero ahora estoy en la 11, porque sigo viviendo… No se terminó mi viaje. El concepto de viaje para referirme a mi evolución artística viene de la idea de que un artista siempre está en lo mismo, en su propio tren, pero como este se halla en permanente movimiento, siempre está cambiando y tomando conciencia de distintos paisajes.
- ¿Qué le interesa hacer ahora?
- Estoy volviendo a una etapa con instalaciones, pero con telgopor muy trabajado, muy duro, y a la pintura pero en tres dimensiones; con telas y pintadas encima con acrílico y tinta. Siempre estoy en la búsqueda de entender el caos. El caos no es desorden sino el verdadero orden de las cosas en estado permanente de movilidad. El concepto de orden no sirve porque es estático y parcial. Asumir el caos en el campo de la imagen es entender la dinámica abstracta sin excluir la concreción individual. Hice instalaciones en los 70 y también en 1994 y en 2000. Ahora hice una instalación, porque está en el piso (aunque un cuadro cuando se cuelga está instalado, ¡todo es instalación!).  Sé lo que estoy haciendo en la medida en que lo estoy haciendo. A veces tengo una vaga proposición inicial, pero no hay boceto jamás.
- Dicen que dibuja mucho…
- Siempre me interesó superar la diferencia entre dibujo y pintura o entre figuración y abstracción. Son dicotomías absurdas. Hace unos años me lastimé el brazo derecho y no puedo levantarlo, por eso trabajo de manera horizontal. El dibujo es representación, pero también es abstracción, línea, color, vibración y se proyecta al volumen.
- ¿Qué consejo le daría a un joven artista?
- Sólo los tontos dan consejos. A lo sumo puedo plantear algunas observaciones, pero así en abstracto, no. Generalmente, los mayores se equivocan cuando hablan de los jóvenes.
- ¿Ve el cine de su hijo, Gaspar?
- Claro que sí. Es muy talentoso y dirige con la cámara en mano. Mucha gente se queda en las anécdotas de sus películas.  
- ¿Cuál es su opinión de eso que se llama arte contemporáneo?
- Mire, el strip tease de la pintura arranca desde el Romanticismo hasta el arte conceptual y cada vez menos…pero se terminó en los 60, provocando un gran desconcierto. Creo que hay una gran libertad con todas las experiencias ganadas, pero la libertad también desconcierta: hay gente que no sabe manejarse con libertad y cree que todo vale. Y no todo vale. Decir arte contemporáneo es tonto, porque no hay conciencia de qué se está haciendo contemporáneamente. Es una bolsa donde se mete todo. Ya llegará la “imago mundi” que representarán los artistas de un mundo cada vez más complejo. 
- ¿Y cómo le va con la tecnología?
- Conceptualmente bien, pero soy un analfabeto tecnológico. La tecnología es un desafío nuevo del mundo. Me interesa mucho. No son pocos los que dentro del mundo del arte hablan de la pintura en tiempo pasado, yo la practico creyendo que lo nuevo que nos revelan los cambios tecnológicos reside en la concepción y visión del mundo, más allá del medio que se utilice para manifestarlas. Soy un pintor y punto. Con mi pintura puedo dar una imagen del mundo que se está abriendo constantemente, del que la tecnología revela. 
Cuando lo llaman “maestro” aclara que él es Yuyo. Cuando se le pregunta si tiene sueños baja la mirada, piensa, y responde que le sobran, pero que no cree que llegará a concretarlos. 
A los 83 años, Luis Felipe Noé regresó a esta ciudad luego de más de una década. Fue homenajeado por la UNT, paseó por San Javier y conversó con los artistas tucumanos en el Salón del MUNT. El viernes participó en debates y asistió a la inauguración de la muestra “Congreso de Tucumán”, en el museo Timoteo Navarro. 


- ¿Tiene sueños por cumplir?
- Sí, y muchos, pero no creo que llegue a hacerlos; haré una exposición este año. En agosto de 2017 pienso exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes. No es una muestra necesariamente retrospectiva, sino centrada en lo actual, pero con antecedentes. Se va a llamar justamente “Caos: hoy y antecedentes”. Entiendo todo este proceso como un viaje en tren, que tiene estaciones distintas. Eso es lo que escribí en mi último libro “Mi viaje” y en “Cuadernos de bitácora”. Tenía 10 estaciones, pero ahora estoy en la 11, porque sigo viviendo… No se terminó mi viaje. El concepto de viaje para referirme a mi evolución artística viene de la idea de que un artista siempre está en lo mismo, en su propio tren, pero como este se halla en permanente movimiento, siempre está cambiando y tomando conciencia de distintos paisajes.


- ¿Qué le interesa hacer ahora?
- Estoy volviendo a una etapa con instalaciones, pero con telgopor muy trabajado, muy duro, y a la pintura pero en tres dimensiones; con telas y pintadas encima con acrílico y tinta. Siempre estoy en la búsqueda de entender el caos. El caos no es desorden sino el verdadero orden de las cosas en estado permanente de movilidad. El concepto de orden no sirve porque es estático y parcial. Asumir el caos en el campo de la imagen es entender la dinámica abstracta sin excluir la concreción individual. Hice instalaciones en los 70 y también en 1994 y en 2000. Ahora hice una instalación, porque está en el piso (aunque un cuadro cuando se cuelga está instalado, ¡todo es instalación!).  Sé lo que estoy haciendo en la medida en que lo estoy haciendo. A veces tengo una vaga proposición inicial, pero no hay boceto jamás.


- Dicen que dibuja mucho…
- Siempre me interesó superar la diferencia entre dibujo y pintura o entre figuración y abstracción. Son dicotomías absurdas. Hace unos años me lastimé el brazo derecho y no puedo levantarlo, por eso trabajo de manera horizontal. El dibujo es representación, pero también es abstracción, línea, color, vibración y se proyecta al volumen.
- ¿Qué consejo le daría a un joven artista?
- Sólo los tontos dan consejos. A lo sumo puedo plantear algunas observaciones, pero así en abstracto, no. Generalmente, los mayores se equivocan cuando hablan de los jóvenes.


- ¿Ve el cine de su hijo, Gaspar?
- Claro que sí. Es muy talentoso y dirige con la cámara en mano. Mucha gente se queda en las anécdotas de sus películas.  


- ¿Cuál es su opinión de eso que se llama arte contemporáneo?
- Mire, el strip tease de la pintura arranca desde el Romanticismo hasta el arte conceptual y cada vez menos…pero se terminó en los 60, provocando un gran desconcierto. Creo que hay una gran libertad con todas las experiencias ganadas, pero la libertad también desconcierta: hay gente que no sabe manejarse con libertad y cree que todo vale. Y no todo vale. Decir arte contemporáneo es tonto, porque no hay conciencia de qué se está haciendo contemporáneamente. Es una bolsa donde se mete todo. Ya llegará la “imago mundi” que representarán los artistas de un mundo cada vez más complejo. 


- ¿Y cómo le va con la tecnología?
- Conceptualmente bien, pero soy un analfabeto tecnológico. La tecnología es un desafío nuevo del mundo. Me interesa mucho. No son pocos los que dentro del mundo del arte hablan de la pintura en tiempo pasado, yo la practico creyendo que lo nuevo que nos revelan los cambios tecnológicos reside en la concepción y visión del mundo, más allá del medio que se utilice para manifestarlas. Soy un pintor y punto. Con mi pintura puedo dar una imagen del mundo que se está abriendo constantemente, del que la tecnología revela. 

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