“Los jueces debemos tener el coraje de los que declararon la independencia”

“Los jueces debemos tener el coraje de los que declararon la independencia”

Magistrados y especialistas trataron la cuestión ambiental en una jornada que concluyó con la disertación de Lorenzetti. Casi todos los oradores recordaron las palabras del papa Francisco

ÚLTIMO DISERTANTE. Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el salón de actos Juan B. Alberdi del Palacio de Justicia. la gaceta / fotos de inés quinteros orio ÚLTIMO DISERTANTE. Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el salón de actos Juan B. Alberdi del Palacio de Justicia. la gaceta / fotos de inés quinteros orio
01 Julio 2016
Yolanda Ortiz, tucumana nonagenaria y pionera del ecologismo, salió del Palacio de Justicia cargada de reconocimiento. Antonio Gandur, presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, fue el primero en “saltar” de la silla para aplaudir a la oradora que llamó a construir el mundo más fraterno y humano que todos soñamos. “El papa Francisco destaca la cuestión en (la encíclica) Laudatio si’: no hay dos crisis, una social y otra ambiental, sino una sola crisis compleja socioambiental”, había dicho antes Gandur a modo de apertura de la Jornada titulada “Hacia la tutela efectiva del ambiente en el Bicentenario de la Independencia”. A modo de cierre, Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, evocó a los congresales de 1816: “los jueces debemos tener el coraje de los que declararon la independencia”.

La presencia y disertación de Ortiz, primera secretaria de Estado de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Nación, puso la nota emotiva al encuentro académico que se desarrolló ayer en el salón de actos Juan B. Alberdi. Además, disertaron Néstor Cafferatta, Enrique Peretti, Pablo Lorenzetti, Liber Martín y Claudia Sbdar. Esta actividad se inscribe en el homenaje de la Justicia argentina al Congreso de 1816 que hoy prosigue con un acto en la Casa Histórica. Vocales de los superiores tribunales de las provincias y camaristas federales de todo el país participan de esta cumbre judicial que Ricardo Lorenzetti definió como una “circunstancia histórica”.

En ese contexto de celebración y de reflexión, el pontífice argentino se llevó el mayor número de citas y menciones. “En Laudatio si’, el Papa dice que quien plantea una cuestión ecológica, plantea una cuestión social. El principal problema ambiental del mundo es el exceso de pobreza”, manifestó Cafferatta, secretario de Juicios Ambientales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Voy a limitarme a citar una parte de la encíclica: ‘hemos crecido pensando que éramos los propietarios y dominadores (de la madre tierra), y que estábamos autorizados a expoliarla’. Olvidamos que nosotros mismos somos tierra”, meditó Peretti, vocal del Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz.

“Lo dice el Papa: la tradición cristiana nunca reconoció como intocable la propiedad privada”, afirmó Pablo Lorenzetti, que es hijo del presidente del máximo tribunal del país. El abogado especialista en Derecho Ambiental celebró la inclusión de la temática de la protección del medio en el ámbito de la conmemoración del Bicentenario. “Agradezco la invitación a la doctora Sbdar y al resto de la Corte de Tucumán”, dijo.

Una bala (in)humana

Lorenzetti hijo se refirió al Código Civil y Comercial de la Nación en vigor desde el año pasado -el anteproyecto fue redactado por una comisión de juristas que presidió su padre-. “El nuevo código nos invita a tratar de encontrar el equilibrio entre la manera de proteger los derechos individuales y los derechos fundamentales de origen colectivo”, acotó. El letrado añadió que no había que tener miedo de de aplicar los grandes principios ambientales: “como lo dijo la Corte de la Nación y como lo decimos nosotros en cada lugar al que vamos, no se trata de prohibir irracionalmente (una actividad económica), sino de autorizar racionalmente. Cuando, aún así, estemos perdidos, apliquemos el título preliminar del nuevo código, cuyos postulados sirven para resolver cualquier conflicto”.

Tras asegurar que la autonomía privada estaba “fuertemente” tutelada en el digesto en vigencia desde el 1 de agosto de 2015, Pablo Lorenzetti expresó que el derecho ambiental debía ser respetado tanto en el orden público como en el privado. Y comparó la tutela del equilibrio natural con la protección de la dignidad. Al respecto, relató cómo la Justicia francesa había invalidado el contrato celebrado entre un enano y una discoteca al considerar indigna la prestación a cargo del primero, quien era lanzado al local por un cañón, como si fuese un proyectil. “El ambiente es un límite”, agregó y destacó que percibía que la jurisprudencia argentina en esta zona del derecho estaba entre las más valoradas del mundo.

Sobre la gobernabilidad

El abogado ambientalista Martín convocó a imaginar un país gobernado en función de las cuencas hidrográficas existentes. “Casi la totalidad del territorio argentino está compartiendo aguas. A partir de la experiencia del Riachuelo (Buenos Aires), la cuenca se afianza como principio de derecho de aguas y de unidad de gestión ambiental. Pero (estos modelos) no deben avanzar de manera injustificada sobre las jurisdicciones preexistentes”, advirtió.

Sbdar, que había ido a recibir a Ricardo Lorenzetti y a la Elena Highton al aeropuerto, se incorporó justo a tiempo a la Jornada para escuchar la exposición de Pablo Lorenzetti y presentar a Ortiz. En una alocución en la que citó a Sigmund Freud, a Charles Darwin, a Nicolás Copérnico y a los estudios de género que cuestionaron la supremacía del hombre sobre la mujer, la vocal de la Corte de Tucumán dijo que el ambiente no era pasivo, sino que estaba interpelando. “Podemos pensar en la conveniencia de un fiscal ambiental y de un fuero ambiental, y discutir sobre la ejecución de sentencias ambientales, pero sólo encontraremos soluciones cuando entendamos que los hombres y la naturaleza constituimos un sólo ecosistema”, propuso a la audiencia. La escuchaban, entre otros, sus cuatro pares (Gandur, René Goane, Antonio Estofán y Daniel Posse); Rafael Gutiérrez, presidente de la Junta Federal de Cortes; Julio Piumato, secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, y Marcelo Caponio, legislador oficialista.

Después de un recreo breve, los asistentes volvieron al salón de actos para oír a Ricardo Lorenzetti, cuya participación en la jornada estuvo en duda hasta ayer al mediodía. “Hace unos años, la cuestión ambiental era un problema de la sociedad. Luego fue un tema de las legislaturas. Pero hoy es un asunto de los poderes judiciales de casi todo el planeta. Esto sucede porque tenemos un buen cúmulo de leyes en casi todos los países: que esas leyes hayan sido hechas para no ser aplicadas es otra cuestión. Hoy todos piden la implementación, hasta la Iglesia, que tiene esa encíclica extraordinaria del papa Francisco”, razonó.

Ricardo Lorenzetti dijo que los magistrados no podían ignorar que existía una sensación fuerte de crisis ambiental. “Los jueces hacen activismo en esta materia y es bueno que así sea porque la población demanda efectividad y credibilidad”, afirmó. A continuación, precisó que había que ser prudentes: “los jueces deben defender con fuerza las convicciones de los constituyentes, pero no pueden gobernar”.

Según su criterio, existe una mutación en los tiempos de la gobernabilidad. “Los sistemas electorales y plebiscitarios tienden a producir decisiones de corto plazo porque hay una fuerte presión respecto de temas momentáneos en la prensa y en las redes sociales”, postuló. Y agregó: “frente a este escenario, las grandes cuestiones de medio y largo plazo están yendo a los Tribunales. Hay que ser conscientes de este momento histórico”. Ricardo Lorenzetti manifestó que ya no había margen para desarrollar la economía a costa de la naturaleza y sentenció que el desarrollo en esas condiciones conducía a la pobreza. La máxima autoridad judicial del país apeló entonces al pasado y convocó a emular a los congresales de 1816 que hacían historia sin saberlo: “imagino que, hace 200 años, los congresales no sabían que estaban dando el paso que nosotros vamos a homenajear. Y, sin embargo, declararon la independencia”.

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