El centenario del Museo Timoteo Navarro

El centenario del Museo Timoteo Navarro

Siempre es motivo de festejo un cumpleaños. Mucho más lo es cuando se ha llegado al siglo e incluso más cuando se trata de instituciones, porque significa que han perdurado por su importancia. El Museo Provincial “Timoteo Navarro” iniciará hoy las celebraciones de su primer centenario, que se cumplirá en junio. Lo hará con una exposición de obras de su patrimonio y de artistas invitados del medio artístico local. En los textos de presentación, se indica que se plantea un recorte que intenta dar cuenta de la prolífica y diversa escena artística tucumana de la que el museo ha sido agente activo con su constante presencia y acompañamiento. La muestra coincide con el Día Internacional del Museo, que se recuerda hoy.

El Timoteo Navarro fue creado por la entonces naciente Universidad Nacional de Tucumán como la Sección Bellas Artes. Abrió sus puertas el 18 de junio en 24 de Septiembre 871, con 89 obras (en la actualidad cuenta con 883). En 1922, dejó de depender de la UNT y en 1931, fue trasladado a la avenida Sarmiento 655. En 1941, pasó a depender de la Comisión Provincial de Bellas Artes. En 1957, se trasladó a la casa de Nicolás Avellaneda, en Congreso 56, y pasó a depender del Consejo Provincial de Difusión Cultural. En 1975 se lo bautizó con el nombre de “Lola Mora”. En 1977, durante la época de la dictadura militar, se creó la Dirección General de Cultura y quedó bajo su órbita; fijó su sede en calle 9 de Julio 44. El 30 de junio de 1986, por la ley 5.780, se le cambió el nombre por el de “Timoteo Eduardo Navarro”, uno de los pintores destacados que dio nuestra tierra.

Su colección está integrada por obras de destacados artistas, entre ellos, Lino Spilimbergo, Benito Quinquela Martín, Ramón Gómez Cornet, Pompeyo Audivert, Gramajo Gutiérrez, Luis Lobo de la Vega, Ezequiel Linares, Pedro Figari, José Nieto Palacios, Atilio Terragni, Julio Oliva, Benjamín Nemirovsky, Lajos Szalay, Juan Carlos Iramain, Roberto Fernández Larrinaga, Aurelio Salas, Luis Debairosmoura, Ernesto Dumit, Gerardo Ramos Gucemas, Donato Grima, Roberto Koch, Enrique Salvatierra, Juan Bautista Gatti y el mismo Timoteo Navarro.

Es saludable para la vida cultural de Tucumán este aniversario. Si bien un museo está relacionado con la conservación del pasado, en los últimos lustros en distintas ciudades del país y del mundo se ha avanzado hacia un criterio interactivo. En ese sentido se podría trabajar para incorporarlo -también a los otros- al medio. Como señalamos en otra ocasión, se podrían programar en forma constante visitas de colegios secundarios o de los últimos grados de la primaria, con una intención didáctica, así como darles continuidad a los salones de arte en las distintas especialidades, que tradicionalmente han prestigiado a nuestra provincia. No se trata sólo de exhibir obras, sino de formar un público para las artes plásticas, porque si estas no llegan a la comunidad pierden su sentido fundamental, que es la comunicación con el otro. El modo de lograr que un tucumano sienta como propio el museo es a través de la educación y del contacto con sus pintores, grabadores, escultores, cuya obra debería ser objeto de estudio obligatorio en la Facultad de Artes.

El hecho de que el museo se haya habilitado en el marco del primer centenario nos brinda una idea de la importancia que las autoridades de la casa de altos estudios, inaugurada en 1914, le daban al arte y a la cultura. Sería saludable que ese espíritu se conservara siempre.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios