La crítica situación de las rutas de la producción

La crítica situación de las rutas de la producción

Un informe de una de las principales instituciones agropecuarias de Tucumán, junto a reiteradas denuncias de agricultores y de lectores de nuestro diario dan cuenta de las deplorables y dramáticas condiciones de mantenimiento en la que se encuentran la rutas provinciales y, especialmente, la red de caminos rurales por donde se desplazan las principales producciones del campo. La Sociedad Rural de Tucumán ha advertido que a pocas semanas del inicio de las cosechas del limón y de soja en la provincia, “las rutas y caminos más importantes para el traslado de la producción son intransitables”. A través de sus autoridades, la entidad planteó que el deterioro de los caminos no sólo tiene como efectos la demora en el movimiento -cosecha y comercialización- de materia prima, sino también que lleva implícito un aumento de costos en el flete. “Los gastos por las roturas de los vehículos, a raíz del mal estado de los caminos, son trasladados directamente al precio final del servicio”, insistió.

En ese informe, la Sociedad Rural urgió resumidamente la reparación de unos 35 kilómetros de la ruta 34 vieja desde Gobernador Garmendia hasta Las Cejas; 20 kilómetros de la ruta 345 desde Las Cejas hasta Piedrabuena; la ruta de ripio de La Virginia a Cañete, los caminos que desembocan en esta vía, la ruta de ripio de Estación Aráoz a Cañete, entre otros sectores, pero las quejas de los agricultores agregan puntualmente su reclamo por la ruta entre Lules y El Bracho y las que conectan las fincas entre las distintas localidades y los campos con los caminos troncales, muchos de ellos convertidos en ríos en esta temporada de lluvia.

Aunque la crisis de la infraestructura se presenta a esta altura del año como generalizada y profunda, son los caminos secundarios y terciarios los que realmente se encuentran en un estado de extrema gravedad, a tal punto, que en muchos lugares los ruralistas tienen casi imposibilitado los accesos a sus fincas. Las tormentas inclementes del verano han destrozado muchas de estos tramos. Se estima que por las rutas provinciales se desplazan unas 300.000 toneladas (tn) de limón (fruta fresca) destinada a la exportación y más de 1,1 millón de tn de fruta destinada a la industria; más de 1,5 millón de tn de azúcar junto a unos 16 millones de tn de caña con destino a los trapiches de los ingenios, unas 600.000 de soja; otras 400.000 de maíz y algo más de 300.000 tn de trigo, además de la carga habitual que demanda el consumo de una provincia importadora neta de alimentos y bienes transables. Se trata de volúmenes cuantiosos que exponen la vitalidad de la actividad económica de Tucumán, y que son trasladados en camiones -muchos de gran porte- desde los campos a destinos de acopio e industrias y desde los puntos neurálgicos del país hacia nuestro territorio, como parte del comercio regional. Pero el deterioro de las rutas le provocan roturas, serios daños en la carga, agregan demora al traslado e incrementan los costos del flete, entre varias complicaciones. La escasa reacción del Gobierno para resolver esta problemática no ha hecho más que agravar la situación: no hubo en los últimos años y no aparece hasta hoy un plan general de reconstrucción y mantenimiento de las rutas por donde se mueve la producción; unos pocos ejemplos de atención -apoyado por programas nacionales- no han sido lo suficientemente eficaz y duraderos como resolver un trance que año a año se complica, desequilibra y ensombrece el trabajo de miles de personas y suma perdidas, incertidumbre y mayores costos a la economía. Urge que las autoridades dejen atrás este letargo y se ponga manos a la obra.

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