Después del agua, el barro cubre de angustia a Arcadia y a Concepción

El agua bajó pero la angustia creció al ver el paisaje desolador. Un espeso y pestilente barro cubre las ciudades de Concepción y -especialmente- de Arcadia luego del desborde del río Gastona, ayer por la tarde. Más de 250 personas permanecen evacuadas, muchas de ellas porque perdieron hasta sus casas.

En Arcadia son 215 los evacuados, de los cuales 110 son niños. La mayoría de los damnificados son de San Roque, el barrio más castigado por la correntada. El agua llegó hasta dos metros de altura y unas 20 familias perdieron sus viviendas. Casas derrumbadas y montículos de muebles y colchones arruinados eran parte del paisaje esta mañana mientras los vecinos estaban en la penosa tarea de retirar el lodo.

En San Roque, precisamente, se vivió un momentos de mucha tensión y de emoción cuando el vecino Juan Figueroa, padre de siete hijos, les gritó a funcionarios que están cansados de perder todo. Solicitó, además, que los reubiquen. "Estamos hartos de los políticos que traen colchones que en las próximas crecidas quedarán tapados de barro", exclamó. Desde la Gobernación afirmaron que están evaluando un posible traslado.

De acuerdo a las autoridades, están conteniendo a los cientos de damnificados en cuanto a salud y alimentación. En total son 300 las familias afectadas en Arcadia.

Concepción también sufrió la crecida

El intendente de Concepción, Roberto Sánchez, indicó que son más de 50 personas las que permanecen evacuadas en el club Belgrano por el desborde del río. "La cantidad de troncos y piedras hicieron que rebalse. Buscaremos ayuda de la provincia para quitar hierros, nosotros no tenemos las herramientas", dijo en diálogo con la prensa.

El descenso de las aguas permitió que desde anoche se normalizara la circulación por las rutas 38, 65 y 157, según informó la Dirección Nacional de Vialidad.

"Anoche bajó el nivel del agua. Incluso hay gente que regresó a sus casas, pero el daño está", manifestó el jefe de bomberos de Concepción, Luis Figueroa. Respecto al desborde del río, indicó que fue uno de los más complicados de los últimos años. "Ha sido algo inesperado porque fue mucha agua en poco tiempo. Llovió mucho en la zona de la montaña entonces hubo crecidas simultaneas", comentó.