Entre los sueldos, la deuda y los impuestos

Entre los sueldos, la deuda y los impuestos

CARAS NUEVAS Y OTRAS RENOVADAS. Eduardo Samuel Garvich (centro) prefirió sostener gran parte del equipo de trabajo de su antecesor, Jorge Jiménez. También promovió a referentes políticos cercanos a Manzur. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO. CARAS NUEVAS Y OTRAS RENOVADAS. Eduardo Samuel Garvich (centro) prefirió sostener gran parte del equipo de trabajo de su antecesor, Jorge Jiménez. También promovió a referentes políticos cercanos a Manzur. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO.
El traspaso de gestión ha sido menos traumático que lo que generalmente aconteció para un área tan sensible del Poder Ejecutivo como lo es el Ministerio de Economía. Las cuentas públicas están equilibradas y hasta un remanente de fondos quedará para que el nuevo ministro, Eduardo Garvich, puede abonar los sueldos -sin contratiempos- hasta marzo del año que viene. ¿Y después? La herencia no ha sido tan pesada como en otras épocas. El después dependerá, en gran medida, de lo que acuerde el Gobierno con los gremios estatales.
 
“Los gastos normales están cubiertos; hasta marzo llegamos bien. Si no nos excedemos, las cuentas públicas seguirán transitando por la senda del equilibrio fiscal”, dice Garvich, que sucedió en el cargo a Jorge Jiménez, actual miembro del Tribunal Fiscal.

Garvich cumplirá en 2016 medio siglo con el manejo de las finanzas públicas provinciales. Arrancó en 1966, siendo jefe de trabajos prácticos en la Facultad de Ciencias Económicas (UNT), en tareas de asistencia técnica para el Ministerio de Economía. Luego transitó por esa cartera a través de la Dirección de Estudios e Investigaciones Económicas. En 1996, se adhiere a la jubilación anticipada a través del sistema conocido como BOSO (Bono Solidario). Sin embargo, sigue ligado al Estado como asesor. En 2003, José Alperovich lo convoca para ser el secretario de Hacienda. Entre 2007 y 2009 fue la Legislatura como prosecretario administrativo y, posteriormente, y hasta abril de este año vino desempeñándose como secretario coordinador en el Ministerio de Salud de la Nación. A lo largo de su carrera conoció a la mayor parte de los funcionarios que hoy ocupan puestos claves en el Estado. Con ellos diseñó los organigramas; refinanció la deuda pública y hasta trazó los lineamientos para el sistema de administración y control de las finanzas. “Fui, soy y seré un técnico al servicio de la provincia”, se define el ministro. A sus 71 años, cree que este cargo que hoy ocupa puede ser la meta de su carrera en la administración pública. Y hoy enfrenta cuatro frentes de tormenta que deberá resolver en el corto y en el mediano plazo:

Salarios

El 54% del Presupuesto se destina al pago de salarios de la administración pública. Hay más de 85.000 estatales en Tucumán (el Presupuesto 2016 denuncia 81.152 cargos en la planta permanente) por lo que el Estado eroga, anualmente, unos $ 22.844 millones. En 2016, la partida de Personal tendrá un incremento del 37% respecto de lo pautado originalmente para este año. Si bien Garvich sostiene que, con los fondos que tienen hoy, llegan tranquilamente hasta marzo, la clave en ese sentido serán las paritarias. El Gobierno sostiene que la inflación está en un proceso de desaceleración, por lo que la pauta de aumentos debería rondar entre un 20% y un 22%. Los gremios, a su vez, siempre solicitan más, bajo el argumento de la caída paulatina del poder adquisitivo del salario. Aún más, en estos días, varias organizaciones sindicales se sentaron alrededor de una misma mesa para diseñar un planteo que formalizarán a la gestión del gobernador Juan Manzur en las próximas semanas, solicitando un bono de “Fin de Año”.

Deuda

Desde el punto de vista oficial, la deuda pública ha dejado de ser una bola de nieve. Garvich -como su antecesor Jiménez- dice que Tucumán está en proceso de desendeudamiento y, por esa razón, el pasivo provincial hoy está por debajo de los $ 4.000 millones (equivale al 9% del presupuesto). Sin embargo, el Tribunal de Cuentas sostiene que ese endeudamiento es de $ 7.816 millones (hasta abril pasado), tomando en cuenta todas las obligaciones. El Ejecutivo confía en la continuidad de los planes de refinanciación que instrumenta la Casa Rosada para extender el plazo de pago.

Municipios

Hablando de deuda, los municipios están comprometidos frente a su principal acreedor, la Provincia. El compromiso global asciende a $ 3.500 millones. Los intendentes piden que haya una amplia refinanciación, tal como sucede a nivel nacional, de tal modo de obtener cierta autonomía financiera y política. En Casa de Gobierno analizan un pacto social de mediano plazo (durante los cuatro años que se avecinan), pero con la idea de que las Municipalidades se vayan “autoabasteciendo” y ayudar a las más comprometidas.

Impuestos

La presión fiscal es lo que más agobia a los distintos sectores económicos. Garvich cree que la Dirección General de Rentas debe acercarse más al contribuyente. Pero aclara que es fundamental que se sostenga el actual nivel de recaudación, con el fin de financiar los servicios que presta el Estado a la comunidad. Hay decisión política de cumplir los compromisos asumidos con el sector productivo para paliar la situación impositiva de las actividades. Se estudia bajar el porcentaje de revalúo anual que se aplica en el impuesto Inmobiliario. Se sostendrá el sistema de bonificaciones para los impuestos patrimoniales, por pago anticipado a fines de año. Y, en el camino, se analizará si se lanza una moratoria. Los empresarios ya anticiparon que requerirán un plan de pagos distinto de los instrumentados en los 12 años de gestión de Alperovich.

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