UN BUEN EJEMPLAR. David Redondo muestra la tararira que capturó hace unos día en el río Dulce.
Imagine una escena. Está pescando desde la orilla de un lago o de un río. De pronto, hay una explosión de furia en el agua. Inmediatamente comienza una lucha sin cuartel que dura varios minutos. Y esta película termina con un deportista observando la pieza que acaba de capturar. La dueña de semejante espectáculo cargado de aventura y emociones es nada menos que una Hoplias Malabaricus, conocida popularmente como tararira, tarucha o zoco, como la llaman en Santiago del Estero.
La pesca de esta especie ha tenido un sorprendente desarrollo. Y no es para menos. Es un ejemplar que ofrece muchas emociones a los que buscan acción a la hora de planear una excursión. ¿Qué encanto ofrece? Muchos, entre los que se destacan: es un pez sumamente combativo, voraz, astuto (ataca todo lo que invade su espacio) que se lo puede capturar en ríos, arroyos, lagos y lagunas de toda la región.
Los pescadores más veteranos aseguran que fueron los inmigrantes los que se interesaron por las taruchas. Cuentan que disfrutaban pescando ejemplares con cucharas (ellos las llamaban spinners) en La Aguadita o en el arroyo Mista camino a Termas de Río Hondo. Los criollos y lugareños los observaban a esos “locos” que no dejaban de lanzar esas cositas de metal que eran enviadas desde Europa por los parientes que allí se quedaron.
Al entender cuan exitoso era ese sistema, algunos lograron hacer (ya en esos tiempos) un culto al “lo atemos con alambre” creando esos señuelos con cucharas robadas del cajón de la cocina de la ‘vieja’ y forradas con los llamativos y coloridos papeles de cigarrillos y caramelos que se conseguían en esos tiempos.
Pero hay un dato que siempre jugó a favor de estos peces. Las tarariras nunca fueron explotadas comercialmente porque no forma parte de ningún menú o receta culinaria salvo un escabeche o unas empanadas caceras. Nadie va a una pescadería a comprar un ejemplar. Es más, hasta hace no mucho tiempo, los santiagueños las capturaban para alimentar a los cerdos que criaban en sus ranchos. Es cierto, se salvaron de las redes asesinas que limpian los ríos, pero aún siguen siendo víctimas de los pescadores que no respetan el cupo de sacrificio y, en muchas oportunidades, los dejan tirados.
Dónde pescarlas
Los que disfrutan capturando estos ejemplares tienen una gran ventaja a su favor: pueden encontrarla a lo largo y a lo ancho de la provincia, Santiago del Estero, Salta, Jujuy y Catamarca. “Hay una buena cantidad de ejemplares en todos los sitios pesqueros y al haberse disminuido la población de dorados esta es una muy buena alternativa para la pesca deportiva”, asegura Álvaro Cabrera Durango.
No existe un sitio en particular para triunfar, sí hay algunos indicios para encontrarlas. Por ejemplo, los lugares más feos para pescar, son casi siempre, los sitios donde las tarariras se encuentran esperando una presa para capturar o defenderse de la invasión de su territorio por alguna otra especie. Los deportistas deben saber que normalmente se las ubica cerca de la costa o entre la vegetación como juncales y lugares tapados por lentejulas o camalotes.
Y no es casual que ello ocurra, puesto que las taruchas viven en sitios calmos y poco profundos donde el agua se calienta más rápidamente, lo que activa su sentido de ataque y alimentación. El mejor momento para intentar su captura es al atardecer por los siguientes motivos: las aguas lograron su mayor temperatura ambiente luego de recibir durante la mayor parte del día los rayos directos del sol, y en general el ambiente se tranquiliza.
Cómo pescarlas
A diferencia de otras especies, a las tarariras se las puede pescar utilizando todas las técnicas de pesca que se pueden. Desde la tradicional con carnada, pasando por el spinning, siguiendo por el bait casting y terminando por el fly cast.
Cada una de esas técnicas tiene sus encantos. Para capturarlas con carnadas hay que recurrir a un equipo básico integrado por un líder de acero -por su voracidad y dientes es obligatorio usarlo para evitar que corte la línea- con un anzuelo fuerte y una boya tradicional. De cebo se puede utilizar mojarras, trozos de bagres, sábalos y anguilas y rana. No hay uno más efectivos que el otro y por eso se recomienda probar con todos hasta dar con el ideal.
La pesca de taruchas con artificiales crece a pasos agigantados. Tanto en el spinning (se utiliza un reel frontal y una caña de hasta 2,40 metros) como el bait casting (se usa un huevito y la caña no supera los 2,10 metros) se están consiguiendo buenos resultados utilizando las ranas de siliconas de colores verdes o amarillos bien fuertes tirando flúor. Tampoco hay que dejar de cargar los señuelos de flote, si son poppers, mucho mejor y los de media agua que son muy efectivos cuando las tarariras están reacias a picar.
Por último, buscar esta especie con fly cast es otra modalidad que tuvo un importante desarrollo por las emociones que aporta capturar un ejemplar con estos equipos que son sumamente livianos. Lo recomendable es utilizar una caña #5 y moscas poppers o streamers siendo la Clowser Minnows la más exitosa. Tiene todos los elementos sobre la mesa. Ahora sólo queda disfrutar.
PUNTO DE VISTA
Sensaciones Diferentes
ENZO LAURICELLA
PESCADOR DEPORTIVO
Lo divertido de pescar tarariras es la violencia con la que pican y más aún si son señuelos de superficie. Para intentar tomarlos, prácticamente salen del agua con una furia terrible porque son muy de cuidar su territorio.
Pescarlas con carnadas es diferente. Al cebo lo toma con total sutileza a tal punto que el pique casi no se siente, sino que se descubre porque la línea empieza a “pancear”.
A la hora de pescarlas con mosca la historia es muy similar a la de los señuelos. Se debe llamar su atención y hasta molestarlas para que empiecen a atacar, pero con la desventaja de no tener rattlin, ni la vibración lograda por las paletas de los artificiales.
Por eso hay que ser mucho mas paciente y perseverante a la hora de pescarlas con fly, pero cuando se atrapa una la sensación es inigualable. La sensibilidad que te ofrece una caña de mosca está lejos de la que te da una de bait y mucho mas de una con la que podamos llegar a pescar con carnada.
La pesca de esta especie ha tenido un sorprendente desarrollo. Y no es para menos. Es un ejemplar que ofrece muchas emociones a los que buscan acción a la hora de planear una excursión. ¿Qué encanto ofrece? Muchos, entre los que se destacan: es un pez sumamente combativo, voraz, astuto (ataca todo lo que invade su espacio) que se lo puede capturar en ríos, arroyos, lagos y lagunas de toda la región.
Los pescadores más veteranos aseguran que fueron los inmigrantes los que se interesaron por las taruchas. Cuentan que disfrutaban pescando ejemplares con cucharas (ellos las llamaban spinners) en La Aguadita o en el arroyo Mista camino a Termas de Río Hondo. Los criollos y lugareños los observaban a esos “locos” que no dejaban de lanzar esas cositas de metal que eran enviadas desde Europa por los parientes que allí se quedaron.
Al entender cuan exitoso era ese sistema, algunos lograron hacer (ya en esos tiempos) un culto al “lo atemos con alambre” creando esos señuelos con cucharas robadas del cajón de la cocina de la ‘vieja’ y forradas con los llamativos y coloridos papeles de cigarrillos y caramelos que se conseguían en esos tiempos.
Pero hay un dato que siempre jugó a favor de estos peces. Las tarariras nunca fueron explotadas comercialmente porque no forma parte de ningún menú o receta culinaria salvo un escabeche o unas empanadas caceras. Nadie va a una pescadería a comprar un ejemplar. Es más, hasta hace no mucho tiempo, los santiagueños las capturaban para alimentar a los cerdos que criaban en sus ranchos. Es cierto, se salvaron de las redes asesinas que limpian los ríos, pero aún siguen siendo víctimas de los pescadores que no respetan el cupo de sacrificio y, en muchas oportunidades, los dejan tirados.
Dónde pescarlas
Los que disfrutan capturando estos ejemplares tienen una gran ventaja a su favor: pueden encontrarla a lo largo y a lo ancho de la provincia, Santiago del Estero, Salta, Jujuy y Catamarca. “Hay una buena cantidad de ejemplares en todos los sitios pesqueros y al haberse disminuido la población de dorados esta es una muy buena alternativa para la pesca deportiva”, asegura Álvaro Cabrera Durango.
No existe un sitio en particular para triunfar, sí hay algunos indicios para encontrarlas. Por ejemplo, los lugares más feos para pescar, son casi siempre, los sitios donde las tarariras se encuentran esperando una presa para capturar o defenderse de la invasión de su territorio por alguna otra especie. Los deportistas deben saber que normalmente se las ubica cerca de la costa o entre la vegetación como juncales y lugares tapados por lentejulas o camalotes.
Y no es casual que ello ocurra, puesto que las taruchas viven en sitios calmos y poco profundos donde el agua se calienta más rápidamente, lo que activa su sentido de ataque y alimentación. El mejor momento para intentar su captura es al atardecer por los siguientes motivos: las aguas lograron su mayor temperatura ambiente luego de recibir durante la mayor parte del día los rayos directos del sol, y en general el ambiente se tranquiliza.
Cómo pescarlas
A diferencia de otras especies, a las tarariras se las puede pescar utilizando todas las técnicas de pesca que se pueden. Desde la tradicional con carnada, pasando por el spinning, siguiendo por el bait casting y terminando por el fly cast.
Cada una de esas técnicas tiene sus encantos. Para capturarlas con carnadas hay que recurrir a un equipo básico integrado por un líder de acero -por su voracidad y dientes es obligatorio usarlo para evitar que corte la línea- con un anzuelo fuerte y una boya tradicional. De cebo se puede utilizar mojarras, trozos de bagres, sábalos y anguilas y rana. No hay uno más efectivos que el otro y por eso se recomienda probar con todos hasta dar con el ideal.
La pesca de taruchas con artificiales crece a pasos agigantados. Tanto en el spinning (se utiliza un reel frontal y una caña de hasta 2,40 metros) como el bait casting (se usa un huevito y la caña no supera los 2,10 metros) se están consiguiendo buenos resultados utilizando las ranas de siliconas de colores verdes o amarillos bien fuertes tirando flúor. Tampoco hay que dejar de cargar los señuelos de flote, si son poppers, mucho mejor y los de media agua que son muy efectivos cuando las tarariras están reacias a picar.
Por último, buscar esta especie con fly cast es otra modalidad que tuvo un importante desarrollo por las emociones que aporta capturar un ejemplar con estos equipos que son sumamente livianos. Lo recomendable es utilizar una caña #5 y moscas poppers o streamers siendo la Clowser Minnows la más exitosa. Tiene todos los elementos sobre la mesa. Ahora sólo queda disfrutar.
PUNTO DE VISTA
Sensaciones Diferentes
ENZO LAURICELLA
PESCADOR DEPORTIVO
Lo divertido de pescar tarariras es la violencia con la que pican y más aún si son señuelos de superficie. Para intentar tomarlos, prácticamente salen del agua con una furia terrible porque son muy de cuidar su territorio.
Pescarlas con carnadas es diferente. Al cebo lo toma con total sutileza a tal punto que el pique casi no se siente, sino que se descubre porque la línea empieza a “pancear”.
A la hora de pescarlas con mosca la historia es muy similar a la de los señuelos. Se debe llamar su atención y hasta molestarlas para que empiecen a atacar, pero con la desventaja de no tener rattlin, ni la vibración lograda por las paletas de los artificiales.
Por eso hay que ser mucho mas paciente y perseverante a la hora de pescarlas con fly, pero cuando se atrapa una la sensación es inigualable. La sensibilidad que te ofrece una caña de mosca está lejos de la que te da una de bait y mucho mas de una con la que podamos llegar a pescar con carnada.








