Un paseo más accesible para descubrir el cerro

Un paseo más accesible para descubrir el cerro

En el sendero de Horco Molle se construyeron dos puentes sobre los rieles y se renovó la cartelería. Un camino para disfrutar con toda la familia.

RASTROS. Durante todo el sendero, los visitantes caminan a un lado de los truncos rieles del funicular. LA GACETA / foto de Florencia Zurita RASTROS. Durante todo el sendero, los visitantes caminan a un lado de los truncos rieles del funicular. LA GACETA / foto de Florencia Zurita
26 Julio 2015
¿Estás preparado para que el sol te acaricie la frente, para empezar a respirar aire fresco, para sumergirte como en un túnel rodeado de enredaderas, árboles, flores y el canto de los pájaros? La magia está cerca y no es más que la naturaleza que nos rodea, esa por la que alguna vez fue motivo para que Tucumán sea llamada “El jardín de la República”. Y lo mejor es que nadie tiene privado el paso al cerro tucumano, y una puerta de entrada es el sendero del funicular, que ha sido renovado por un convenio entre el Ente Tucumán Turismo y el Ministerio de Turismo de la Nación.

Este paseo recorre lo que fue un tendido ferroviario (funicular es un tren eléctrico) construido entre 1948 y 1955, con el objetivo de unir dos núcleos universitarios: el de Horco Molle y San Javier. Su extensión es de unos 6 kilómetros, con seis viaductos, pero sólo está habilitado 2.5 kilómetros. Por estos días se puso en valor el lugar y se construyeron dos puentes sobre sectores del tendido del funicular (ya hay un proyecto en marcha para realizar dos puentes más). Antes, bajo esos lugares sólo se veía el curso del arroyo y la mayoría de los visitantes sin vértigo apreciaba el paisaje desde los durmientes.

“La zona rural se está convirtiendo en metropolitana. Y la urbanización se está acercando al cerro. Esto generó un cambio: cada vez tenemos más visitantes, hasta familias enteras, que se acostumbran a usar el cerro. Ante esto tenemos que generar otros soportes físicos”, explica el porqué de esta renovación del sendero Julio Martensen, jefe del departamento de Educación Ambiental del Parque Sierra San Javier, administrado por la UNT. Además de la instalación de puentes, se renovaron los paneles interpretativos y se sumaron cestos para residuos.

El objetivo de este proyecto, de la puesta en valor, enmarcado en el Programa Ecosendas, es crear un producto que fortalezca y diversifique la oferta existente vinculada al ecoturismo, aprovechando las bondades del variado paisaje, informaron desde Turismo local. El mismo fue financiado por el Programa Nacional de Inversiones del Ministerio de Turismo de la Nación y el Ente Tucumán Turismo.

Los primeros pasos

Al funicular se llega por la ruta 339, y el ingreso es en la esquina del CAPS de la zona de Horco Molle. En la entrada hay carteles que indican qué se puede hacer y qué no: podés caminar, hacer un picnic, pero no circular en bicicleta, por ejemplo. De hecho, a lo largo de todo el camino se cruzan troncos de laureles ubicados a propósito para que no pasen los ciclistas, ya que es un camino exclusivo para trekking.

Apenas se cruza el río muerto, comienza el sendero del funicular, que tiene una dificultad baja (con una pendiente suave) y el tiempo de recorrido es de una hora (idea y vuelta). En la cartelería, se informa al visitante que puede cruzarse con ecosistemas contrastantes de selvas de montañas o yungas y ambientes de bosque chaqueño, como así también las más de 200 especies de aves, corzuelas, pecaríes y felinos.

Al principio de la senda, de entre la yunga, se pueden observar especies exóticas, como naranjos, nísperos y otros tipos de árboles con ramilletes de flores rosas, que fueron plantados por los trabajadores del proyecto universitario inconcluso. Y esa mano del hombre también se va descubriendo a través de restos de máquinas “olvidadas” en algunos rincones, o de las cañerías que llevan agua hacia la ciudad.

En verano es común que los aventureros bajen del camino para refrescarse en el arroyo “Las conchas”. Pero ojo: es recomendable no salirse del camino porque es muy fácil perderse, resalta Rubén de la Orden, director administrativo del Parque. “Tenemos un plan de búsqueda y rescate muy aceitado. Tenemos bases de guardaparques en Horco Molle, San Javier y Las Tipas. Y además, en diferentes sectores del cerro hay señal de celular, así que los que se pierden pueden llamar al 911 o al 103 (Defensa Civil)”, indicó de la Orden.

Este espacio turístico que regala la naturaleza también sufre de amenazas: el vandalismo de algunos visitantes que arrojan basura o destrozan la cartelería, y el tráfico de aves (según confiesan los guías, “se lucha constantemente contra los que instalan trampas para aves”).

El paraíso está cerca. ¿Estás listo para hacer tuyo -y de manera responsable- el cerro?

RECOMENDACIONES

• El horario de ingreso a los senderos es desde las 7 hasta las 19. El costo es de $ 10.

• Llevá zapatillas con agarre y abrigo en capas.

• No está permitido recolectar plantas, tierra, rocas o troncos.

• La línea 100 te deja frente al CAPS.

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