El canto agudo y en simultáneo de más de un centenar de reyes del bosque se
escuchó en el paraje de La Sepultura, Trancas, hace poco más de una semana.
El gorjeo duró algunos minutos, mientras las aves, negras y amarillas,
remontaban vuelo con vehemencia desde el suelo. No se trató de un fenómeno
propio de la naturaleza, sino de la liberación de los pájaros en un
operativo contra la captura y tráfico ilegal de la fauna tucumana.
Un llamado de un vecino de la comunidad originaria de Chuschagasta alertó
el 30 de junio a Fauna Silvestre de la provincia y a la subdirección de
Delitos Rurales y Ecológicos de la Policía que varias personas habían
estado atrapando pájaros en ese sitio. Un grupo de policías acudió pasadas
las 15 y constató la situación: tres hombres oriundos de Tafí Viejo, a bordo de un Fiat Siena, habían capturado 103 reyes del bosque. Cada ejemplar puede venderse por
$100, aunque su precio puede variar, informaron desde Fauna.
Como los ejemplares acababan de ser atrapados y se encontraban en su
hábitat natural, fueron liberados de inmediato. “En este caso como han sido
detectados en la zona y eran aves de captura reciente, se ha determinado
que se liberen por razones sanitarias, y previa recomendación de la
licenciada, en el mismo lugar, en presencia de testigos”, indicó el
comisario Marcelo Godoy, subdirector de Delitos Rurales y Ecológicos.
En el baúl del auto llevaban redes de niebla, trampas y tres amansadoras,
para “trampear” pájaros, enumeró Godoy, mientras Martín Leal,
oficial de la división Ecológica mostraba los elementos decomisados. Lo peculiar es la metodología para atraer a las
aves: con parlantes pequeños y un pen drive reproducían diferentes cantos de
pájaros, descargados desde internet. “Es algo muy
común, los acopiadores usan esta metodología para atraer a los pájaros
hasta las redes de niebla, y allí capturan animales”, explicó Ana Palacios,
jefa de Fauna Silvestre.
“Desde hace muchos años tomamos contacto con la comunidad de Chuschagasta,
por ello es que la primera alerta nos llegó por Delfín Cata, secretario de
la comunidad. El objetivo es poder dar siempre con los cazadores, para
evitar el mayor daño a los animales, pero no siempre sucede”, relató
Palacios.
Cualquier tipo de captura de animales está prohibida en nuestra provincia,
según Palacios. “El tráfico de aves no se trata de un delito, sino de una
infracción de la ley de Flora, Fauna y Áreas Protegidas (ley 6292), aunque
la falta trae aparejada una multa económica elevada”.
A causa de la caza furtiva, del mascotismo, de la expansión de
la frontera de agricultura, del tráfico de animales y de la contaminación,
la presión a todas las poblaciones silvestres afecta gravemente a la fauna
de la provincia. “El rey del bosque no está en peligro de extinción, pero
están sufriendo muchísima presión, no solamente por la captura ilegal, sino
también por la reducción de su hábitat”.