Atlético, duro como una baldosa

Atlético, duro como una baldosa

El "Decano", que sumó un punto, no le regaló nada a All Boys pero tampoco al espectáculo.

DUELO. Menéndez, que intenta proteger el balón ante el achique de Pellegrino, sigue peleado con el gol. En parte, la culpa es del equipo que no lo asiste como debería. foto de matías napoli escalero (especial para la gaceta) DUELO. Menéndez, que intenta proteger el balón ante el achique de Pellegrino, sigue peleado con el gol. En parte, la culpa es del equipo que no lo asiste como debería. foto de matías napoli escalero (especial para la gaceta)
Los hinchas de All Boys entraron a la cancha hablando de Messi, del segundo gol que un par de horas antes le había convertido a Bayern Munich. “Lo hizo en una baldosa”, le dijo, con admiración, un sexagenario a otro. Es posible que, al regresar a sus casas después del 0 a 0, esos hinchas hayan utilizado la misma palabra para calificar a Atlético: “Es un equipo duro como una baldosa”.

Atlético no será la sinfónica de Barcelona pero a su modo también regala un concierto: uno de heavy metal. El equipo de Juan Manuel Azconzábal tiene una intensidad difícil de seguir para sus rivales, juega a 220, corre hasta cuando termina el partido. Alguna abuela incluso se tapará los oídos -como los hinchas anoche se pudieron haber tapado los ojos para dejar de mirar el insufrible segundo tiempo-. Como dijo una vez Juan Pablo Sorín respecto de la selección de Bielsa: “Somos un equipo insoportable”.

Atlético no hizo un partido especialmente cautivador -y es difícil que lo haga- pero volvió a hacer lo que más sabe: desplegar brea sobre el césped. All Boys quedó empantanado, incómodo en su propia cancha. Siempre con Pablo Garnier como eje central, ayudado por ese buen discípulo llamado Franco Quiroga, Atlético hizo del partido una rosca política: todo muy trabado, todo muy hablado, todo muy burocrático.

El primer tiempo fue lo mejor, cuando Atlético abrió y cerró el capítulo con dos chances claras, una media vuelta de Franco Sbuttoni que pegó en el palo y una emboquillada de Luis Rodríguez que Gastón Losa salvó con los justo. En el medio fue Garnierlandia, mientras All Boys se iba acercando al arco de Cristian Lucchetti, aunque nunca con demasiado peligro: Bruno Bianchi y Sbuttoni fueron dos diques de contención.

Ese paulatino desentendimiento de Atlético por la pelota se acentuó en el segundo tiempo, con el equipo ya retrasado contra su arco. Entre la inaptitud de All Boys y el conformismo del “decano” no pasó nada, pero eso fue un triunfo para lo que quería Atlético: ganar 0 a 0.

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