“La cultura moderna nos aleja todo el tiempo de lo natural”

25 Abril 2015
Desde 2011 en Argentina funciona la Asociación de Terapia Hortícola. Es un espacio terapéutico en el que las únicas herramientas válidas son la pala, el rastrillo, la tierra y las semillas. A través de esto las personas se rehabilitan mental, social y físicamente.

“El contacto con la naturaleza nos genera una sensación de pertenencia a ella que se contrapone con lo que la cultura moderna ha hecho”, explica Andrea Sucari, psicóloga y presidenta de la Asociación. “La cultura moderna nos aleja todo el tiempo de la naturaleza. Nos enajena”, aporta la especialista que se dedica desde hace años a la terapia hortícola, que dicta cursos de capacitación y que trabaja con un grupo de la tercera edad de la mutual israelita AMIA, en Buenos Aires.

Su experiencia le permitió observar que los cambios son profundos. “La gente comienza a relacionarse de manera distinta, a comer de otra forma, a cuidarse y también a preocuparse por lo que compra y consume. Piensa si eso volverá a la tierra y cómo lo hará”, comenta.

Los beneficios del trabajo con la tierra han sido ratificados por numerosos estudios. Investigadores de la Universidad de Essex (Reino Unido) encontraron que pasear en la naturaleza reduce la sensación de depresión. Además, otro estudio confirmó que el trabajo en jardines o huertas comunitarias puede reducir los niveles de violencia en un barrio o grupo social.

“Se da un cambio integral en todos los aspectos de la vida. Lo pude comprobar con chicos, adultos y discapacitados”, sintetiza Sucari. En la Asociación se dicta la carrera de terapeuta hortícola, que dura dos años y ya tiene ocho egresados.

A esta terapia se la puede emparentar con la zooterapia, donde en definitiva el objetivo es el mismo: encontrar la sanación o la mejora a través de la naturaleza, animal o vegetal.

El jardín sirve para sanar heridas del alma. Sucari cuenta que se le ha propuesto que capacite a personas que están en contacto con ex veteranos de la guerra de Malvinas. La primera documentación del uso de la terapia hortícola para trastornos mentales la realizó Benjamín Rush, en 1812. Describía cómo aquellos pacientes con alteraciones psiquiátricas mejoraban al realizar tareas manuales en contraste con el agravamiento de aquellos que no las desarrollaban. Los terapeutas involucran al paciente en todas las fases de la jardinería, desde la siembra hasta la venta del producto final de la cosecha.

Temas Buenos Aires
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios