La provincia se prepara para la tolerancia cero de alcohol

La provincia se prepara para la tolerancia cero de alcohol

12 Abril 2015
La oficina es sencilla. Está en el subsuelo de la Casa de Gobierno. Detrás del escritorio plagado de papeles y carpetas está Benjamín Nieva, secretario de Transporte de la Provincia. Lo que trae entre manos -reconoce- levantará mucha polvareda. Está ultimando detalles de una ley de tolerancia cero para el alcohol al volante. El proyecto será enviado en los próximos días a la Legislatura. Si se aprueba, Tucumán será la tercera provincia que aplica esta medida.

Hasta ahora, la ley permite 0,50 gramos de alcohol en sangre en conductores de automóviles y 0,20 gramos en motociclistas. ¿Por qué usted está convencido que prohibir totalmente el consumo de alcohol es la mejor opción?, le preguntamos. “Las cifras hablan de que en el 50% de los siniestros viales hay conductores ebrios. Y en el 40% de los ingresos a las guardias hospitalarias por accidentes aparece el alcohol”, arranca.

“Si tienen alcohol en sangre, aún cuando no superan los límites establecidos por ley, es un peligro. Hay una falsa creencia de que, como hay un margen para consumir, puedo manejar la situación. Sin embargo, a veces con una copa ya se alteran las facultades para manejar”, sigue. “Yo se que no hará mucha gracia esta medida, pero en Salta la experiencia fue muy positiva: se redujeron un 25% los siniestros viales graves”, argumenta.

Nieva aclaró ciertos puntos que se han venido criticando en referencia a la tolerancia cero. “Un argumento típico es que hay múltiples causas que pueden llegar a dejar registro de alcohol: algunos medicamentos o el uso de enjuague bucal, por ejemplo. Por eso, el proyecto prevé que exista la contraprueba. Si el conductor asegura que no bebió y el dispositivo registra un rastro de alcohol va a tener la posibilidad de repetir la prueba 15 minutos más tarde. Este tiempo es suficiente como para que el rastro desaparezca si lo que consumió no fue alguna bebida alcohólica”, especificó. Según Nieva, hacer controles de tránsito es una tarea muy difícil, sobre todo porque se da un fenómeno que denomina: “grupo de autoayuda”. “Nos falta madurar. Voy de noche a los controles y veo a estos grupos, que se ubican a 100 metros de los operativos, para avisarles a los conductores. Después, cuando hay accidentes y gente que muere, se quejan de la falta de control”, protestó. Y continuó: “otro problema puntual: no podemos estar cada 10 metros haciendo operativos para evitar choques. Tenemos un mapa armado estratégicamente. El tema es lo que no se ve, nadie evalúa la cantidad de vidas que salvamos. Según nuestras estadísticas, en 2014 hubo un 10% menos de muertos en siniestros viales”, precisó.

El tercer inconveniente que tienen, y uno de los más importantes -según precisó-, es la falta de colaboración por parte de las direcciones de tránsito de los distintos municipios. “Necesitamos que se involucren y que hagan sus propios controles; no basta con poner cámaras de seguridad o radares para medir la velocidad”, indicó. Finalmente, precisó que de un total de 18.000 secuestros de vehículos que se hacen por año en la provincia, 627 son porque los conductores de esos conducían ebrios.

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