El temible investigador que no pudo con la FIFA

BERLÍN/ NEW YORK.- Cuando Michael J. Garcia subió en junio al estrado en el congreso de la FIFA en San Paulo, había una cierta inquietud en los dirigentes de las 209 federaciones nacionales que conforman el ente rector del fútbol mundial.

El discurso del estadounidense aquel día, en la víspera de la inauguración del Mundial de Brasil, no fue tan explosivo como muchos esperaban y otros tantos temían. Pero aún así fue claro: el norteamericano se tomó muy en serio el cargo de investigador jefe de la FIFA que asumió a mediados de 2012. Sin embargo, dos años después de su llegada a la comisión de ética de la FIFA, el temible ex fiscal estadounidense dio hoy un paso al costado al comprobar que no podrá llevar adelante los cambios que se proponía.

“Ningún comité independiente, investigador o panel puede cambiar la cultura de una organización”, lamentó al presentar su renuncia. Al jurista de Nueva York le llevó más tiempo del esperado las investigaciones sobre los polémicos procesos de elección de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022. Garcia investigó a las dos ganadoras, pero también interrogó a las siete candidaturas que terminaron sin éxito en la votación del 2 de diciembre de 2010 en Zúrich.

Con casi un año de retraso, García puso su informe sobre la mesa del jurista alemán Hans-Joachim Eckert, el encargado de dar un veredicto a las investigaciones de su compañero. La comisión de ética está dividida en dos cámaras, una encargada de investigar, dirigida por García, y otra de emitir un fallo, presidida por Eckert.

A pesar de todos los interrogatorios que llevó a cabo, a Garcia no se le acabaron las fuerzas. Apenas unas horas después de conocer el fallo que emitió Eckert en noviembre, que absolvió a Rusia y a Qatar de las acusaciones de compra de votos en el proceso, el que fuera investigador jefe del atentado terrorista de 1993 contra el World Trade Center de Nueva York anunció que recurriría la decisión, abriendo una crisis interna en la FIFA.

“La decisión del presidente de la cámara de decisión contiene numerosas interpretaciones sustancialmente incompletas y erróneas de los hechos y conclusiones detalladas por la cámara de investigación”, advirtió entonces el abogado en un comunicado.

Sin embargo, la comisión de apelaciones de la FIFA le dio la espalda al rechazar el martes por improcedente su recurso. Cada vez con menos apoyos dentro del ente rector, y ya sin margen para seguir impulsando una investigación de 430 páginas que ni siquiera fue publicada por completo, Garcia terminó presentando su renuncia.

El estadounidense no quiso quedar con el cartel del hombre que dio un certificado de buena salud a Rusia 2018, Qatar 2022 y a los miembros del comité ejecutivo que votaron en diciembre de 2010. Y en vista de su carrera judicial, es posible decir que no tiene miedo de nada. Su credo de trabajo lo resume él mismo con pocas palabras: “Castigar a la gente que hace cosas malas y que se salta las leyes”.

Garcia trabajó para el Departamento de Seguridad Nacional en la época de George W. Bush como presidente de Estados Unidos. Y como fiscal de Nueva York, destapó que el ex gobernador Eliot Spitzer era un cliente de servicios de “Call-Girl”.

Sus investigaciones también le dejaron consecuencias personales. Garcia no puede viajar a Rusia, por ser considerado persona “non grata” en el país de Vladimir Putin.

Según los rusos, el neoyorquino es uno de los responsables de que el traficante de armas Viktor Bout entrara en prisión en Estados Unidos, por lo que su nombre fue incluido en una lista negra junto a otras 17 personas. Y a partir de ahora, posiblemente tampoco será muy bienvenido en los cuarteles centrales de la FIFA en Zúrich. (DPA)