Retratos que abren las puertas del pasado

Retratos que abren las puertas del pasado

Una gran cantidad de público colmó anoche los salones del Jockey Club durante la presentación del libro “Rostros del viejo Tucumán” (LA GACETA, 2014), concebido por Carlos Páez de la Torre (h) y Sebastián Rosso. La obra reúne unas 1.300 fotografías, daguerrotipos y pinturas de hombres y mujeres desde la época de la Colonia hasta 1930

SALÓN COLMADO. El público siguió con gran interés las exposiciones de Carlos Páez de la Torre (h) y de Sebastián Rosso, los autores de la obra. la gaceta / fotos de diego aráoz SALÓN COLMADO. El público siguió con gran interés las exposiciones de Carlos Páez de la Torre (h) y de Sebastián Rosso, los autores de la obra. la gaceta / fotos de diego aráoz
19 Noviembre 2014
“Las fotografías abren las puertas del pasado. Por eso fascinan y conmueven”, decía Susan Sontag. Y tenía razón. Anoche, en el salón del segundo piso del Jockey Club, una gran cantidad de tucumanos se dejó arrastrar por la historia de la mano de viejas fotografías, insólitos daguerrotipos y maravillosas pinturas de hombres y mujeres desde la época de la Colonia hasta 1930. Y es que la presentación del libro “Rostros del viejo Tucumán” (LA GACETA, 2014) generó una gran expectativa. A tal punto que el salón del Jockey se vio colmado.

La velada comenzó pasadas las 20.30. Los autores del libro, el historiador y periodista Carlos Páez de las Torre (h) y el licenciado en Artes Plásticas Sebastián Rosso, fueron entrevistados ante el público por el secretario de Redacción de LA GACETA, Roberto Delgado, y explicaron algunos detalles de la obra. Entre los presentes se encontraban directivos del diario y destacadas figuras de la cultura local. El libro es un conjunto de retratos (unos 1.300) cuya conservación es obra de un plan providencial: por un lado, la colección de fotos históricas del mismo Páez de la Torre (h) y otras que salieron del Archivo de LA GACETA y de acervos de particulares e instituciones; y, por el otro, la mirada estética del licenciado Rosso. El resultado es un libro full color de 408 páginas, impresas sobre papel ilustración que contiene fotos y retratos con sus respectivos epígrafes. “Yo veo en las fotos cosas que Sebastián no ve y él puede leer cosas que yo no leo”, explicó el historiador.

Cada uno a su modo, los autores explicaron que la selección de las imágenes tuvo, en un primer momento, un criterio histórico más que estético. Pero, a medida que el libro tomaba forma, la cuestión plástica también fue tomando fuerza. “Gran parte de este material son fotografías y quisimos publicarlas sin ningún tipo de intervención digital”, señaló Rosso.

Los personajes

Durante la presentación los autores mostraron al público algunos de los retratos que figuran en el libro. Desde aquel que aparece en la portada -el de Genuaria Iramain de Frías y de Zavalía- hasta el de Manuela Mónica Belgrano, la hija que Manuel Belgrano tuvo en Tucumán con Dolores Helguero.

Una de las fotos que más asombro causó entre los presentes fue la del cadáver de Urquiza, tomada por el fotógrafo Augusto Manuel Aráoz. “Esta imagen permite ver que Urquiza murió a causa de una puñalada y no de un tiro como se cree”, señaló Páez de la Torre.

Las historias detrás de las fotografías, también atraparon al público. Sobre todo la que vino a raíz del retrato de Trinidad Guzmán de Zavalía. Según Páez de la Torre (h), esta mujer fue conocida como la señora a la que se le apareció el diablo. “Cuentan que, un día, cuando dormía la siesta, Trinidad Guzmán sintió como un peso que se le asentaba al pie de la cama. Cuando ella se incorporó vio al mismo Satanás que la miraba. Entonces se hizo la señal de la cruz y el diablo explotó. Tras esta visión, ella se hizo monja de clausura”, relató el historiador.

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