Con una escopeta quiso ahuyentar a los ladrones de una casa vecina y lo acribillaron

Con una escopeta quiso ahuyentar a los ladrones de una casa vecina y lo acribillaron

La víctima tenía 53 años y murió en la vereda de su vivienda en el pasaje Payró al 4.600, al recibir entre cinco y seis tiros.

LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
08 Octubre 2014
A Ernesto Daniel Galván lo acribillaron. Fue a plena luz del día y a escasos metros de su casa. Quedó tendido sobre la vereda que caminaba todos los días, con cinco o seis disparos en su cuerpo y la intención de ahuyentar a los delincuentes que pretendían robarles a sus vecinos.

Policías, empleados judiciales y de laboratorio se apropiaron de la cuadra del pasaje Payró al 4.600, en el barrio Tarcos II (altura Ecuador al 4.600). Las cintas perimetrales impedían que los curiosos se mezclaran con los familiares de la víctima, que se desarmaban de dolor al conocer la noticia de su muerte. De lo único que se hablaba era de la heroica intervención de Galván, que tuvo el final más triste y menos esperado.

El hombre tenía 53 años, una pareja y tres hijos. Fue uno de estos quien entró asustado ayer, alrededor de las 17, y le avisó que un hombre armado había saltado la tapia de sus vecinos de enfrente. 

Galván no dudó en protegerlos, buscó una escopeta que había en la casa y salió con la intención de asustar a los intrusos para que desistieran de robar.

Fuentes policiales contaron que el vecino les habría disparado a los sospechosos, pero las municiones eran de tan bajo calibre que difícilmente podrían haberles producido heridas de consideración.

La respuesta de los ladrones fue acribillarlo. Personal de Criminalística encontró en el asfalto casquillos de pistolas de calibre 9 mm y 11.25. “Fueron entre cinco y seis disparos”, contó el subcomisario Javier Hidalgo, segundo jefe de la división Homicidios.

Al escuchar los disparos, el hijo de la víctima se escondió en el jardín de su casa, comentó una fuente de la investigación. Cuando los ladrones pasaron por el frente de la vivienda, lo vieron y le hicieron dos disparos. Afortunadamente, ninguno le pegó.


Con cascos

La investigación quedó a cargo de la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, a cargo de manera subrogante de Guillermo Herrera. Los testigos relataron que los asaltantes eran tres, que usaban cascos y que se movilizaban en dos motos de alta cilindrada.

En la zona no hay cámaras de seguridad, por lo que será difícil seguir el camino de los asaltantes. Los vecinos contaron que los ladrones, antes de intentar ingresar a la casa saltando la pared, habían tocado el timbre. 

Una de las habitantes de la vivienda los atendió por la ventana y ellos le preguntaron por la familia Argañaraz. Rápidamente les dijo que allí no vivía nadie con ese apellido y regresó al interior de la casa. A los pocos minutos se escucharon los disparos.

“¡Le han disparado! ¡Le han querido robar!”. Los gritos de los vecinos que iban acercándose al lugar completaron la trágica escena. Galván fue auxiliado por una ambulancia, pero los paramédicos nada pudieron hacer mientras lo trasladaban. Tal vez había perdido la vida en el mismo lugar en el que lo acribillaron, cuando quiso defender la propiedad de su vecina.

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