Francisco repudió la idolatría a la riqueza en una misa en Corea del Sur

Francisco repudió la idolatría a la riqueza en una misa en Corea del Sur

"Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres", afirmó.

EUFORIA. La Jornada de la Juventud Asiática es el equivalente de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizó el año pasado en Río de Janeiro. REUTERS EUFORIA. La Jornada de la Juventud Asiática es el equivalente de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizó el año pasado en Río de Janeiro. REUTERS
15 Agosto 2014

DANGJIN, Corea del Sur.- El papa Francisco criticó hoy la idolatría a la riqueza durante una misa ante 6.000 personas durante la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que se celebra en la localidad surcoreana de Dangjin.

"Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres. Vemos signos de idolatría de la riqueza, del poder y del placer, obtenidos a un precio altísimo para la vida de los hombres", aseguró ante jóvenes católicos de Asia en su segunda jornada de visita a Corea del Sur.

"Es como si un desierto espiritual se estuviera propagando por todas partes", lo que consideró que "afecta también a los jóvenes, robándoles la esperanza y, en tantos casos, incluso la vida misma".

"Deseo que puedan combatir el encanto de un materialismo que ahoga los auténticos valores espirituales y culturales, así como el espíritu de la competencia desenfrenada, que genera egoísmo y lucha; que también rechacen los modelos económicos inhumanos que crean nuevas formas de pobreza y marginación de los trabajadores", sentenció.



Este encuentro, que dura cinco días, es el equivalente asiático de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica y se celebró por primera vez en 1999 en Hua Hin, Tailandia, con el objetivo de conectar a los jóvenes católicos del continente más poblado del mundo, que cuenta con unos 137 millones de seguidores de este credo.

La ceremonia estuvo amenizada por actuaciones que mezclaban lo tradicional, el teatro musical o sonidos más contemporáneos, y las intervenciones de tres jóvenes de Hong Kong, Camboya y Corea del Sur que preguntaron al pontífice sobre sus problemas e inquietudes tanto espirituales como sociales.

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