Salta: La Justicia confirmó el procesamiento a dos hermanos por trata de personas

Salta: La Justicia confirmó el procesamiento a dos hermanos por trata de personas

Benigna y Wilbert Gómez están acusados del delito de captación y transporte de dos menores y un joven de 18, con fines de explotación laboral.

03 Julio 2014
SALTA.- La Cámara Federal de Apelaciones de Salta confirmó el procesamiento impuesto en Jujuy a dos hermanos por captación y transporte de personas con fines de explotación laboral, agravado debido a que dos de las tres víctimas eran menores de 18 años.

Los imputados son Benigna Gómez González y Wilbert Gómez Gonzalez, quienes fueron procesados por el Juzgado Federal 2 de Jujuy por el delito de captación y transporte de personas para su explotación, agravado en tres casos por la edad de las víctimas, según prevén los artículos 145 bis y 145 ter del Código Penal.

El hecho se descubrió el 19 de junio de 2013, cuando personal de Gendarmería controlaba un ómnibus de transporte público procedente de La Quiaca y cuyo destino era la ciudad de La Plata, capital bonaerense.

Los gendarmes sospecharon que dos menores de edad y un joven de 18 años eran transportados desde Bolivia por los hermanos Gómez González, por lo que procedieron a la detención, mientras que las víctimas manifestaron luego que se dirigían a trabajar en talleres de costura bajo las órdenes de los acusados.

Los camaristas salteños Jorge Luis Villada y Renato Rabbi-Baldi Cabanillas consideraron las desventajosas condiciones de trabajo pactadas entre las esas personas y los imputados, con excesivas cargas horarias de labor e ínfima remuneración, entre otras cuestiones.

Además, se estableció que los tres jóvenes habían ingresado al país con finalidad laboral, sin contar con las autorizaciones correspondientes para hacerlo legalmente.

Los jueces acreditaron en grado suficiente que el costo de sus pasajes fue pagado por los imputados y cargado a la cuenta de las "futuras ganancias" que obtendrían las víctimas por el trabajo producido.

Ese mismo proceder emplearon sobre los gastos por hospedaje y alimento, la típica modalidad utilizada por los tratantes en este tipo de ilícitos para producir deudas continuas de las víctimas y prolongar así la dependencia en un país extraño.

Estos factores permitieron a los jueces concluir que esas personas eran transportadas para ser explotadas. (Télam)

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