Salteños de la más pura cepa

Salteños de la más pura cepa

El “acullico” delata a los viajantes de “La Linda”, que junto a los de Tucumán ponen el sello norteño

Los salteños marcan territorio. Se reconocen entre la multitud, se agrupan, encuentran afinidades y defienden cada centímetro de suelo brasileño ocupado en nombre de la zamba y del buen vino cafayateño. Ocurrió en Copacabana y en el Maracaná, y ahora le toca a Belo Horizonte, segunda parada del itinerario mundialista. Las banderas consignan el orgulloso nombre de la provincia, acompañado por la identificación con las patrias chicas (Tartagal, Orán, Mosconi) y las infaltables camisetas de Juventud Antoniana, Central Norte y una que otra de Gimnasia y Tiro.

Matías Rodríguez y Juan Guanca ponen una condición antes de posar para la foto: que se vea bien entre ellos la camiseta de Juventud, el “santo” salteño. “El mejor de todos”, enfatizan, objeto de un amor tan grande que por estos días sólo rivaliza con Messi y la “albiceleste”. Llegaron desde la capital provincial al filo del partido contra Bosnia, disfrutaron la fiesta de Copacabana y se hicieron fuertes en el Maracaná. “Nos quedamos hasta el 5 de julio, acompañando a Argentina lo más lejos que llegue”, anticipan.

Frente a ellos se mueve una banda compacta y entusiasta. Son integrantes de Mandingos, un equipo de amigos al que se sumaron extrapartidarios y algún familiar. Nicolás Fernández, periodista que carga las pilas antes de poner manos a la obra en un medio que está naciendo en Salta, destaca el esfuerzo que hicieron para llegar a Brasil. Muchos de los Mandingos no consiguieron viajar, así que a ellos está dedicada esta excursión, hasta ahora de tránsito feliz.

A Cristian Gómez le dicen “Tortu”. Lleva la voz cantante de una minilegión de tartagalenses ruidosos y divertidos. Uno de ellos parece una figura de cera, apoyado contra el enrejado, inmóvil. Se llama Gabriel Chedda, está recién operado y le prohibieron girar la cabeza, así que emplea el máximo cuidado para llevarse la lata de cerveza a los labios. ¿Perderse el viaje al Mundial? Ni loco. “Anotá los nombres”, ordena “Tortu”: Miguel Di Barbaro (“Gato”), Antonio García, Mario Gómez, Santiago Vercheli, Juan López y Gustavo Franco. Varios usan una remera blanca con el logo de Chalchaleros FC, equipo que milita en una liga amateur del interior provincial.

“¡Salud!”, se escucha desde un barcito. Brahma en mano, Ricardo Funez reparte sonrisas entre una marea de camisetas celestes y blancas. El acullico lo delató. Podía ser tucumano, jujeño… No, de Salta capital. “¿No tuviste problema para pasar las hojas de coca?” “Ni me miraron el bolso”, responde. Los anteojos oscuros evidencian una noche agitada en el Fan Fest. “Estuve un rato, después seguí por la playa -cuenta-. Es impresionante, hay gente de todos lados y con la mejor onda. No quiero irme de acá nunca más”.

El aluvión tucumano es el buque insignia del NOA en la Copa del Mundo. Detrás de los salteños se ganó un lugar Catamarca, con una bandera que recogió elogios y aplausos. Los portadores prometieron la entrevista con LA GACETA en Belo Horizonte, porque marchaban al trote. Imposible saber por qué estaban tan apurados. Las camisetas del “lobo” son el principal aporte de Jujuy. ¿Y dónde están los santiagueños? Encontrarlos será una interesante misión para los días que vienen. A fin de cuentas, el Mundial todavía está en pañales.

“SANTOS”. Matías Rodríguez y Juan Guanca se llevaron la camiseta de Juventud a Brasil.

MANDINGOS FOR EXPORT. Amigos en la cancha y en la vida, pasean el acento por Río de Janeiro.

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