El crimen de Cecilia Brito aún espera justicia

El crimen de Cecilia Brito aún espera justicia

Hace tres años, la joven de 18 años fue hallada sin vida en una cancha de fútbol de La Cocha y la causa todavía no se elevó a juicio La acefalía en la fiscalía que investigó el caso demoró la investigación. Los padres de la víctima quieren una sentencia

INDISIMULABLE DOLOR. En la puerta de su casa, Paulino Brito, el padre de Cecilia, sostiene una foto de su hija. Más atrás, su esposa.  INDISIMULABLE DOLOR. En la puerta de su casa, Paulino Brito, el padre de Cecilia, sostiene una foto de su hija. Más atrás, su esposa.
12 Junio 2014
CONCEPCIÓN.- Las primeras luces del domingo 12 de junio de 2011 alumbraron en La Cocha el cuerpo estropeado y sin vida de la estudiante Cecilia Brito, de 18 años. La adolescente fue hallada por un vecino de la zona entre los matorrales que se habían levantado a orilla de la cancha de fútbol del barrio Ejército Argentino, ubicado al norte del microcentro.

Las pericias determinarían que la muchacha, que vivía a escasas tres cuadras del lugar del hallazgo, fue violada y luego asesinada a golpes. Los homicidas la habrían abordado esa noche a la salida de un boliche. El hecho conmocionó a los pobladores de esa ciudad que, junto a los parientes de la víctima, no tardaron en salir a exigir justicia. A tres años de ese incalificable crimen, los avatares del proceso instructivo de la causa podrían ingresar en estos días en su tramo final con el pedido de elevación a juicio.

El principal obstáculo que tuvo el trámite fue la prolongada acefalía que arrastró la Fiscalía de Instrucción de la Iª Nominación, subrogada por períodos, luego de que Cecilia Tasquer fue ascendida a jueza. Ahora asumió como titular el fiscal Miguel Ángel Varela, quien tendría todo dispuesto para dar por concluida la etapa de investigación.

Los principales incriminados son dos: Luis Alberto Aguilar y William Roger Dóldan, vecinos de la zona. Hay, por otro lado, siete personas imputadas de encubrimiento agravado. Entre ellos figura Carlos Burela, quien se quebró en un interrogatorio y confesó haber estado con los homicidas, sin haber participado directamente del hecho, y brindó detalles del caso.

También aparece José Alberto Aguilar, padre de uno de los principales acusados y propietario de una camioneta Ford Ranger. En este rodado fue en el que, presuntamente, se movilizaron los homicidas en la noche del crimen. Los acusados de encubrimiento, en tanto, estuvieron aprehendidos y recobraron la libertad pagando una fianza de $20.000.

Máxima condena

“Sólo asesinos con una carga de salvajismo propio de inhumanos pueden haber matado y ultrajado de esa forma a mi hija” dijo Paulino Brito, padre de la víctima. “Llevamos tres años de tortura al no tener una sentencia. Aunque sabemos que la angustia por la pérdida no se nos irá jamás, al menos luchamos para que esta gente peligrosa esté donde tiene que estar, porque son una amenaza para cualquiera”, añadió el hombre.

Brito agradeció los avances que logró en la causa el comisario Pedro Gómez, después de un año sin novedades. “Sabemos que los fiscales que pasaron por esta causa y el actual hicieron todo lo necesario para que los delincuentes paguen por lo que hicieron”, añadió.

El padre de Cecilia aseguró que el día mismo en que velaban los restos de su hija, a él ya le habían revelado quienes eran los homicidas. “Hubo avances y contramarchas hasta que finalmente se descubrió esa verdad”, concluyó.

Rosa Graneros, la madre de Cecilia, manifestó que lo que más lamenta “es la falta de arrepentimiento y la crueldad, no sólo de los asesinos, sino de los que los ampararon. Esperamos que la Justicia cierre pronto este caso con condenas que estén a la altura de la saña salvaje con que actuaron contra mi hija”, remarcó.

Confesión

Al comienzo de la investigación había sido aprehendido Sebastián Ledesma, conocido como “Chaveta”. El joven apareció como sospechoso en razón de testimonios que aseguraban que lo habían visto acosar a Cecilia en el boliche al que concurrió esta.

Sin embargo, luego se determinó que no tuvo nada que ver con el hecho. El caso quedó estancado durante un tiempo. Entonces el comisario Gómez, tras asumir la comisaría de La Cocha, retomó el hilo de la investigación. “Teníamos los datos de los sospechosos y sólo nos quedaba seguir averiguando y buscando las pruebas” contó Gómez.

Fue finalmente Burela el que reveló que en la noche del 12 de junio del 2011 estuvo con Dóldan y Aguilar en una reunión y que luego salieron en la camioneta. En el camino, relató, encontraron a Cecilia y la obligaron a subir al rodado. Luego la llevaron a una casa en la que fue abusada y golpeada por Dóldan y Aguilar, hasta que la mataron. Después, según el mismo relato, la arrojaron en la cancha de fútbol. Camino al lugar pasaron por el frente de la casa de la víctima.

Las pericias advirtieron que la joven tenía escrituras en la frente con trazos caligráficos similares al de Dóldan. En la camioneta de Aguilar se tomaron muestras de sangre y cabellos que, en principio, corresponderían a la víctima.

“A todos les llamó la atención la forma minuciosa en que al otro día del crimen, el padre de Aguilar se abocó a limpiar la camioneta. Pero la prueba de luminol y otros procedimientos, permitieron dar con muestras que, al igual que las declaraciones indagatorias, van a ser importantes para la sentencia”, observó Gómez.

En La Cocha, en tanto, hoy en la capilla San José se oficiará una misa en la que se rezará por Cecilia a tres años de su perverso asesinato. El clamor por justicia también estará presente. (C)

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