“Preservar no significa congelar”

“Preservar no significa congelar”

Una arquitecta que estudió el crecimiento urbano y el patrimonio arquitectónico del municipio se suma a la polémica por la desvinculación de Marcos Paz de la lista de patrimonio. “No hay muchos lugares en el mundo con esas características”, dice y propone otras alternativas de conservación. Un casco histórico único en su tipo en el Norte argentino

DENTRO DEL PERIMETRO PROTEGIDO. La Villa de Marcos Paz comprende 25 manzanas situadas entre la avenida Aconquija, el Boulevar 9 de Julio y las calles Anzorena y Belgrano.  LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI DENTRO DEL PERIMETRO PROTEGIDO. La Villa de Marcos Paz comprende 25 manzanas situadas entre la avenida Aconquija, el Boulevar 9 de Julio y las calles Anzorena y Belgrano. LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI
02 Junio 2014
La villa de Marcos Paz no ha perdido sus vínculos con el pasado. Y no tendría porqué perderlos. Esas palabras sintetizan el pensamiento de Mónica Ferrari -45 años y una tesis de magister sobre el desarrollo urbano y el patrimonio arquitectónico de Yerba Buena-. Ella no comprende los motivos por los cuales el legislador Sisto Terán Nougués presentó un proyecto para sacar de la lista de bienes patrimoniales a Marcos Paz.

En su estudio doctoral, al contrario, la arquitecta y docente de la Universidad Nacional de Tucumán efectuó una valoración de la villa sobre tres aspectos que -a su juicio- deben preservarse: lo urbano, lo ambiental y lo arquitectónico.

- ¿Por qué es importante preservar la zona?

- El casco histórico de Yerba Buena es único en su tipo en el Norte argentino. No hay muchos lugares en el mundo que tengan las características de Marcos Paz. Por un lado, el paisaje urbano posee un importante valor, porque creció bajo las formas de la ciudad jardín. Por otra parte, la arquitectura más antigua de la ciudad se halla, especialmente, en esa zona. La tipología de la vivienda rodeada de un jardín y visible desde la vía pública se perdería si se le da lugar a una línea continua de edificaciones.

- ¿Qué opina del proyecto para desafectar al vecindario de las normas de protección?

- Me preocupa. Sería como vender las joyas de la abuela. Preservar no significa retroceder o congelar. No obstante, sí es necesario que cualquier intervención sea estudiada de un modo integral.

- ¿Se puede mantener el patrimonio y, a la vez, permitir el desarrollo?

- Sí, y muchas ciudades europeas y brasileras son un ejemplo de ello. El comercio puede acompañar las zonas residenciales, pero con ciertas restricciones. Es indudable que el crecimiento urbano de Yerba Buena ha traído como consecuencia la necesidad de incorporar nuevos equipamientos urbanos, pero éstos no pueden ser localizados en medio de un centro histórico. Si lo hacen, desarticularán un área ya estructurada.

-¿Qué pasaría si prospera la iniciativa de Terán?

- Una de las principales causas de la degradación de los centros históricos es, precisamente, la expulsión de la vivienda. La instalación de locales comerciales producirá la migración de la función residencial. El estacionamiento masivo de autos y la aglomeración de personas también provocarían impacto.

- ¿Cree que actualmente el casco viejo se encuentra bien conservado?

- La protección del patrimonio es una figura que no está instalada en nuestra sociedad. En otros lugares del mundo, en cambio, es un honor contar con bienes patrimoniales. Eso hace que un lugar sea especial, porque tiene valores. Deberíamos aprovecharnos de esas virtudes para mostrarnos al mundo.

Pensativa, ensimismada. La entrevista ha finalizado, pero esta mujer que mide cada palabra antes de dejarla salir de su boca quiere decir algo más. “El hecho de que la zona haya sido declarada preservable hace que resulte más fácil conseguir inversores. En vez de desafectarla del patrimonio, habría que ponerla en valor. Se podría generar, por ejemplo un circuito turístico”, concluye.

La historia del caserío

El casco fundacional comprende 25 manzanas situadas entre la avenida Aconquija, el Boulevar 9 de Julio y las calles Anzorena y Belgrano. Fue creada a principios del siglo XX, exactamente el 10 de diciembre de 1906, por Luis Nougués, un ilustre gobernador tucumano que autorizó la fundación del pueblo sobre la avenida Mate de Luna (como se la llamaba por aquel entonces).

Hoy, constituye un sitio de valor patrimonial, porque fue la primera villa veraniega de San Miguel de Tucumán planificada bajo las antiguas formas que utilizaban los españoles. Es decir, el trazado de las manzanas se ajusta a la tradición hispánica de perfectos cuadrados. Incluso, es el único caso en todo el municipio de Yerba Buena de traza en damero. Es decir, se ubicó la plaza en el centro y se obtuvo una figura simétrica.

Otro dato importante es que se dividió la manzana en cuatro solares. Todavía hoy puede observarse dentro del tejido urbano esa típica división.

La edificación de la Iglesia Nuestra Señora del Valle de Marcos Paz, situada frente a la plaza, demandó nada menos que unos 35 años, puesto que en 1916 se colocó la piedra basal del templo, y recién en 1951 acabó la construcción. En 1984, la Virgen del Valle fue declarada patrona de los yerbabuenenses.

La iniciativa de Terán Nougués no sólo busca eliminar de la lista de bienes patrimoniales a Marcos Paz, sino que también incluye a Villa Nougués, al poblado de San Pablo y a las Hostería y Primera Confitería, situadas en el cerro San Javier.

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