Tuvieron en sus manos el arma homicida

Omar Darío “Pajarito” Ramos y Antonio Eduardo Sandoval reconocen que la carabina calibre 22 con la que mataron a Cassandre Bouvier, una de las turistas francesas asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo en julio de 2011, pasó por sus manos. Y aunque el entonces juez de Instrucción Martín Pérez los acusó por encubrimiento, los dos sostienen que no sabían que el arma estaba relacionada con el doble homicidio.

Ramos y Sandoval son los únicos acusados que llegaron al juicio en libertad, ya que el delito por el que están acusados es menor. La carabina era de Walter Lasi, padre de Gustavo Lasi (el principal acusado por los abusos sexuales y los homicidios). Cuando la Policía estaba realizando allanamientos, Walter Lasi le entregó el arma a Ramos. Este, a su vez, se la dio a Enrique Lasi (hermano de Walter) y luego llegó a manos de Sandoval, que la ocultó en una casa en la que trabajaba como jardinero.

Durante el debate oral, los acusados de encubrimiento mantuvieron un perfil bajo. No declararon ante los jueces y tampoco hablaron con la prensa. La defensora Oficial Graciela Belmont se ocupó de interrogar a quienes decían conocer a los imputados, sobre el concepto que tienen de ellos en San Lorenzo. Todos contestaron que en la zona los consideran buenas personas.

Ese será el eje del alegato final: “Su error fue recibir el arma, pero actuaron con buena fe”, manifestó Belmont.