El salero ya no está en la mesa: son los clientes los que lo piden

El salero ya no está en la mesa: son los clientes los que lo piden

La Legislatura se adhirió a la Ley Nacional que regula el consumo de sodio

EN BANDEJA. De chicos a adultos mayores tienen que cambiar hábitos. la gaceta / foto de franco vera EN BANDEJA. De chicos a adultos mayores tienen que cambiar hábitos. la gaceta / foto de franco vera
22 Abril 2014
Cinco gramos de sal por día y por persona: es lo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda. En Argentina, según el Ministerio de Salud de la Nación, el consumo medio es de ¡11,2 g!

En noviembre la Cámara Alta sancionó la Ley de Regulación del Consumo de Sodio. El objetivo es disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión reduciendo el contenido de sodio en los alimentos procesados y eliminando saleros de los locales de venta de comida.

En Tucumán, en la última sesión, la Legislatura aprobó el proyecto de Ley destinado a la utilización responsable de la sal en las comidas, en adhesión a la Ley Nacional.

Advertencia
Una de las medidas previstas es que todos los restaurantes, bares y establecimientos gastronómicos públicos o privados incorporen en las cartas de sus menús la leyenda “El consumo excesivo de sal es perjudicial para la salud”.

Si bien para que la norma entre en vigencia falta que el PE la promulgue y llegue al Boletín Oficial, LA GACETA hizo una recorrida para constatar cómo se comportan los tucumanos a la hora de salir a comer o cuando piden comida por delivery: constató que los saleros ya no están en las mesas y que aparecen sólo a pedido de los clientes.

“Desde hace un año no ponemos sal en las mesas. Los mozos la llevan cuando el cliente pide. Tenemos sal común y light”, contó David Estévez, de Bar 25. “Sólo a pedido, tenemos sobrecitos de 2 gramos”, comentó Agustín Alonso, de Mondo.

“La mayoría pide sal porque en las mesas sólo hay edulcorantes; también están quienes específicamente solicitan 0 sal al cocinero”, afirmó Patricio Lizondo, del restaurante Il Postino, y coincidió con Esteban Cuezzo, de Bona (ex Carlos V).

La situación se agudiza en el rubro parrillada: por influencia de la tradicional sociedad asado-sal muchos clientes piden sal agregada.

“En el delivery, cuando encargan el pedido especifican que les enviemos sal (aunque se trate de platos con salsa). En el restorán se sirven ensaladas, las condimentan con mucha sal, y quieren el salero en la mesa; sólo unos pocos que la tienen prohibida piden comida sin sal”, explica Pablo Ruiz, de Mi Nueva Estancia.

“En el salón solicitan ají y sal -y también pan- para agregarles a las empanadas”, contó Nélida, de El gauchito. En cambio en el delivery oriental El dragón dorado, por tradición cocinan con muy poca o nada de sal. “En algunos platos, como el arroz o fideos saltados, la reemplazamos por la salsa de soja”, afirma Ángel. En Almacén de sabores, Aída Savravsky indicó que para cuatro tartas medianas utiliza sólo 1/3 de cucharita de té de sal. Y en Sir Harris, Carina dijo que cocinan con poca sal y que los mozos la proveen si el cliente la solicita.

Comentarios