Los “hombres araña” buscan su lugar en la ciudad

Los “hombres araña” buscan su lugar en la ciudad

La práctica de esta disciplina, nacida en Francia, crece en Tucumán. “FunFlow” y “Freerun”, los créditos locales. Destacan que los ayuda a vencer sus miedos y ser mejores personas.

ACROBACIA. Los traceurs de Freerun entrenan y practican en la Primera Confitería. ACROBACIA. Los traceurs de Freerun entrenan y practican en la Primera Confitería.

Por donde van no pasan inadvertidos. En su recorrido superan todo lo que está a su paso: bancos, canteros, muros, barandas y escaleras.

Sus acrobáticos y extremos saltos sorprenden a los tucumanos que transitan por el parque 9 de Julio, por la plaza Independencia o por la plaza Urquiza, algunos de los lugares elegidos por los traceurs (trazador o el que hace el camino), nombre que reciben aquellos que practican la disciplina del parkour (PK). Un movimiento urbano, que se originó en Francia, que crece en nuestra provincia y en la Argentina, y que busca superar obstáculos naturales usando sólo el cuerpo.

Según la página web parkour.com.ar más de 4.000 personas practican o han practicado esta especialidad en nuestro país. Algunos quedan admirados por la destreza de estos jóvenes, mientras que otros los ven como unos vándalos que rompen los espacios públicos.

En Argentina, el PK fue introducido por Walter Bongard, un doble de riesgo y practicante de deportes extremos en 2002. Recién en 2006 se creó una asociación para nuclear a todos los traceurs. En Tucumán, sólo tiene un par de años: un grupo de jóvenes formó Tucumán Parkour. Hace poco tiempo, el grupo se dividió y nacieron FunFlow” y “Freerun”.

Ser y durar

Lionel Lawtie, de 18 años, es delgado y espigado. En el parque 9 de Julio demuestra un gran dominio de su cuerpo saltando muros, enormes piedras y haciendo acrobacias extremas. Empezó a practicar el PK hace dos años, cuando con un amigo vieron videos en internet y comenzaron a imitar los movimientos. Al tiempo se unieron a “Parkour Tucumán” y, luego de la separación, a “FunFlow”. Lionel considera que los que hacen PK “no sólo son unos chicos saltando”, sino que practican una filosofía, “una manera de vivir”.

El lema del PK es “ser y durar”. Para Lionel “ser” implica ser una mejor persona y “durar” es mantenerse, “tener conciencia, sin poner en riesgo nuestra vida”.

Los críticos del PK lo ven como una actividad peligrosa y extrema. Sin embargo, Enrique Ramírez Keller, de 21 años, integrante de “FunFlow”, considera que tiene muchos beneficios.

“Te ayuda muchísimo a superar los problemas, los obstáculos en la vida”, afirma Keller, quien se anima ante las cámaras de LA GACETA a repetir un salto con el que había sufrido un golpe. Le sale perfecto y sus amigos lo celebran como si hubiese marcado un gol.

“Es una disciplina que te ayuda a tomar decisiones, a controlar el miedo”, afirma Fabricio De Andrea, de 18 años, quien hace PK desde hace dos, cuando vio una película en YouTube.

“En el deporte hay un ganador y un perdedor, mientras que acá se trata de autosuperación, de ser mejor de lo que eras ayer”, sostiene Lawtie.

Sin competencias

En la Primera Confitería, una estructura abandonada al pie del cerro es el encuentro con el grupo “Freerun”. Algunos están cortando las malezas que invaden el lugar a machetazos y otros practican para la filmación.

La palabra “hermano” surge durante las charlas con los traceurs. Hugo Ortiz, de 16 años, dice que al principio no se conocían con la mayoría de los compañeros. “Nos fuimos haciendo amigos y ahora nos consideramos hermanos”.

Estos traceurs también coinciden que entre ellos no hay competencia y que sólo es una exhibición de lo que puede hacer cada uno. “El objetivo es divertirnos, disfrutar del movimiento, del arte”, sostiene Leandro Morales, traceur desde hace cuatro años cuando se unió al grupo de Benjamín Vargas, Facundo Berta, Giuliano Di Pietrantonio y Taloo Aid. Mientras que Leonel Etcheverry, de 18 años de edad, destaca que el PK le permite recorrer Tucumán entre amigos.

“Al principio uno lo ve como algo extremo, pero con la práctica el cuerpo se adapta a los movimientos, a los giros y a las caídas”, explica Etcheverry.

Sobre los riesgos de sufrir lesiones, Keller dice que diariamente hay que cultivar el cuerpo, fortalecerlo, mantenerlo y ser constante, “tanto para seguridad de uno mismo, como para llevar más allá las técnicas”. Etcheverry, por su parte, considera que en el PK se sufren menos lesiones que, por ejemplo, en el fútbol. “Se necesita estar en forma haciendo ejercicio todos los días”, aconseja Ortiz, integrante de “Freerun”.

Espacios para entrenar

Debido a que en las plazas, la Policía y los placeros les piden que se retiren, los traceurs tucumanos tratan de entrenar en lugares como los parques o en edificios o estructuras abandonadas.

Ortiz dice que en la escuela no tienen posibilidades de entrenar porque los recursos son destinados a otros deportes como el fútbol. En España, el PK forma parte de las actividades escolares. Especialistas brindan clases en colegios de La Coruña, Sevilla y Valencia. En ciudades de Estados Unidos, como Texas, Boston o California, el PK llegó a los grandes gimnasios y se ofrece como una alternativa para estar en forma.

Con respecto a las quejas de que rompen los lugares públicos por donde pasan, Keller aclara que ellos cuidan todo, desde un banco hasta una piedra. “Cuando llegamos a un lugar limpiamos todo para que no esté sucio y para que no se produzcan accidentes”, destaca. “No rompemos, sólo saltamos y nos divertimos entre nosotros”, aclara Ortiz.

Ante la falta de lugares para practicar, Keller adelantó que planean presentar un proyecto para tener un lugar fijo donde entrenar y enseñar. “Así no nos verán como los chicos que saltan y se arriesgan, sino como personas. También para mostrarles cómo el PK influyó en nuestras vidas”, sostiene.

Todos los años se realiza un encuentro de traceurs de todas las provincias para entrenar y compartir conocimientos. De Andrea confirma que el PK crece en todo el país. “Cada vez somos más”, cuenta entusiasmado sobre los encuentros anuales.

PK para todos

¿Quiénes pueden hacer esta disciplina? Según Morales, todos. “Cualquiera puede hacerlo, lo único que se necesita son ganas y mucho entrenamiento. El que quiere puede”, afirma. Lawtie coincide con este concepto: “para hacerlo sólo necesitás de tu cuerpo y voluntad de querer ser mejor persona”.

Para algunos, el PK es una filosofía que adoptan como forma de vida, una transformación física y espiritual. Para otros, una forma de superar sus miedos e inseguridades, un lugar para divertirse y cultivar la amistad. Mientras tanto, crece con cientos de seguidores en Facebook y con decenas de jóvenes que lo practican.

El sueño de muchos de ellos es tener un complejo propio para entrenar y practicar. También con una academia para enseñar a los nuevos traceus tucumanos las técnicas para desplazarse, superando todos los obstáculos que se les presente en el camino. También para difundir el “Ser y Durar”, la filosofía que abrazan quienes se dedican a esta disciplina.

ORIGEN
EL CREADOR APRENDIÓ DE UN MÉTODO DEL EJÉRCITO QUE BUSCA SUPERAR OBSTÁCULOS USANDO SÓLO EL CUERPO


El parkour (PK) nació en Francia y su nombre proviene de “parcours” que significa “recorrido”. El creador de la disciplina es David Belle, quien aprendió de su padre el “Método Natural de Georges Hébert”. Una disciplina usada en el ejército, que buscaba superar los obstáculos naturales usando solo el cuerpo. A la Argentina llegó de la mano de David Bongard, doble de riesgo y deportista extremo, en 2002.

Quienes practican el PK lo definen como el arte del desplazamiento superando obstáculos de un punto A hasta un punto B, tanto por el bosque como por la ciudad, utilizando sólo el cuerpo en forma fluida, rápida y con diferentes técnicas.

A quienes practican el PK se los denomina “traceur”, que significa “trazador”. También los define como “el que hace el camino”. “Traceur” fue el nombre del primer grupo de PK en el mundo. En Tucumán hay cientos de “traceurs” y decenas de ellos realizan esta disciplina en forma permanente, como una forma de vida. En Argentina, se estima que unos 4.000 jóvenes hacen o hicieron PK.

El lema del PK es “Ser y Durar”, del francés “Être et durer”, que deriva del méotod natural “Être forte pour être utile” que significa “Ser fuerte para ser útil”.

Fuente: pka.com.ar

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