“La providencia pasa a través de nuestra solidaridad” les recordó Francisco a los fieles que concurrieron al Ángelus. Recordó que la persona que muere no podrá llevar las riquezas consigo. “Sepan que el sudario no tiene bolsillos”, apuntó el Papa con un toque de humor. “Es mejor compartir porque llevamos al cielo sólo lo que hemos compartido. La providencia pasa a través de nuestra solidaridad... Debemos escuchar bien esto: mientras cada uno intente acumular para sí, nunca habrá justicia”, afirmó el pontífice.
“Un corazón ocupado por el afán de poseer es un corazón vacío de Dios. Por eso Jesús más de una vez advirtió a los ricos, porque es fuerte para ellos el riesgo de colocar su seguridad en los bienes de este mundo”, agregó el Santo Padre.
Francisco explicó que, en cambio, si se pone a Dios en el primer lugar, su amor lleva a compartir también las riquezas, a ponerlas al servicio de proyectos de solidaridad y desarrollo, como demuestran tantos ejemplos en la historia de la Iglesia.
“El camino que Jesús indica puede parecer poco realista respecto de la mentalidad común y los problemas de la crisis económica, pero si se piensa bien nos devuelve a la justa escala de valores -observó-. Para que a nadie le falten el pan, el agua, el vestido, la casa, el trabajo, la salud, es preciso que nos reconozcamos hijos del Padre y hermanos entre nosotros”.