Inauguran en Holanda un museo de la prostitución

La sala se instaló en un antiguo burdel en la reconocida “zona roja”.

Inauguran en Holanda un museo de la prostitución
07 Febrero 2014
Un nuevo museo se inauguró en medio de la mundialmente conocida “zona roja” de Amsterdam, en Holanda. Allí, entre las prostitutas que ofrecen sus servicios tras las vidrieras, se inauguró “Red Light Secrets”, donde se expondrá todo el tabú detrás de las cortinas rojas de los prostíbulos del país europeo.

Instalado en un antiguo burdel, en este nuevo museo los visitantes podrán echar un vistazo tras las cortinas rojas, señaló Jan-Dick Heijs, uno de los impulsores de este nuevo museo, el primero dedicado a la prostitución, según consigna la agencia DPA.

La nueva sala busca satisfacer la curiosidad del visitante pero también informar. Una mujer que baila sensualmente en una pantalla atrae al espectador a esta antigua casa situada junto a un canal. “De lo contrario las mujeres no podrían aguantar con este frío”, explica Heijs.

Tras la cortina están las salas de trabajo. Se trata de habitaciones estándar de paredes alicatadas, donde impera el desorden y se puede ver un pequeño catre, una descolorida toalla amarilla y un enorme oso de peluche. Las habitaciones fueron decoradas con la colaboración de asociaciones de trabajadoras del sexo, que también colocaron a la vista condones, trapos de cocina o laca, por ejemplo.

Una prostituta paga un alquiler de unos 150 euros (200 dólares) por usar una de estas pequeñas habitaciones durante seis horas al día. Por cliente gana entre 30 y 50 euros (40 y 67 dólares) informa una pantalla al visitante.

Sin embargo la realidad es a menudo bien diferente. Según los estudios de la ciudad, muchas de las cerca del millar de mujeres que trabajan en el barrio rojo se ven obligadas a ello ya que son víctimas de la trata de blancas y de la violencia.

La situación puede resultar incómoda cuando se llega a la “sala de la confrontación”. El espectador se sienta sobre un taburete, como el que utilizan las prostitutas en su ventana, y a través de una pantalla de vídeo se le acercan cientos de hombres que pasan por delante mirándole. “No queríamos generar lascivia, ni crear un falso romanticismo, pero tampoco juzgar a nadie”, señaló el director. Hace unas semanas, trascendió una campaña realizada por las trabajadoras, informando que el 90% de las prostitutas de Amsterdam son mujeres de Europa del este, víctimas de la trata de personas, una de las peores tragedias que se mantienen en el siglo XXI.

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